viernes, 12 de diciembre de 2008

Gigantes de la Patagonia

En Pezcalandia recibimos estos tips y como es nuestra costumbre, le damos difusion a un buen tip. Es que comenzó la temporada de turismo 2008-2009. Un poco floja, pero partió.En cuanto a la pesca, los lagos y ríos están rebosantes de truchas arco iris, farios y fontinalis. Sanas y gorditas, como si supieran que deben estar bien preparadas para los casi siete meses de pesca que tienen por delante.
En la Patagonia, todo es extremo y salvaje. El clima es duro e impredecible. El viento es amo y señor absoluto durante la primavera y verano, obligando a adaptar todo tipo de actividad al aire libre a sus caprichos.
Estas condiciones extremas, al mismo tiempo, han ayudado a que los peces de la región sean grandes y poderosos. La abundancia de alimento, aguas puras, y bajísima intervención humana, crean las condiciones perfectas para que se desarrollen de manera exponencial.
A estas alturas ya no es un misterio para nadie que la Patagonia está de moda. Es verdad que los argentinos nos llevan bastante ventaja en cuanto a oferta y calidad de servicio, pero el lado chileno posee una condición única: la casi nula intervención y bajísima densidad de población, debido al aislamiento geográfico de Magallanes.
Esto hace que pescar aquí sea una delicia. Ríos, lagunas, lagos y arroyos, donde poder sentir toda la fuerza y belleza de este rincón salvaje del planeta, prácticamente solos.
Pero las campanas de alerta ya están sonando. Ejemplos:- Existe una presión enorme por levantar nuevos proyectos hoteleros en el Parque Torres del Paine, pese a que el lugar ya se encuentra prácticamente saturado con los ciento veinte mil turistas que lo visitan cada año. Sólo podemos observar con impotencia como nuestras autoridades aprueban ampliaciones y nuevas obras sin considerar que se trata de una reserva de la biosfera declarada por la UNESCO.
Esta política sería impensable en otras latitudes.- La industria salmonera, luego de dejar la escoba más al norte, ahora apunta sus dardos a los fiordos de Última Esperanza… Así suma y siguePero el presente, por ahora, no es malo. Podemos encontrar truchas de tres y más kilos muy cerca de Puerto Natales. Un poco más allá, en Torres del Paine, las corridas de salmones Chinook ya se hicieron periódicas, pudiendo alcanzar tallas de más de un metro de largo y pesos superiores a los veinticinco kilos.
Sin duda, se trata de animales hermosos que merecen todo nuestro respeto. Y es aquí donde me quiero detener un momento.
Durante mi vida en Santiago, donde trabajaba como periodista, poco y nada me importaba la naturaleza. La urbe lo absorbía todo sin darme cuenta. Pero aquí, gracias al kayak y la pesca, logré hacer el clic, y entender que al mundo y sus criaturas tenemos que cuidarlas.
Eso es lo maravilloso que tiene la pesca con mosca. Nos da la oportunidad única de capturar un pez salvaje, traerlo hasta nuestra mano, para luego en un acto casi incomprensible para muchos, liberarlo. La verdad es que todo el proceso va dirigido a ese instante mágico.
Cada vez que tengo un pez en la mano, me produce una sensación de felicidad absoluta. Durante esos breves momentos nada más importa. Soy yo con el pez, y él sabe que en esa ocasión no va a morir.
A la larga, la pesca me ayudó a cambiar todo mi estilo de vida.Eso es lo que me gustaría transmitirles con estas columnas. No me considero una persona intolerante. Viviendo en una ciudad tan cosmopolita como Puerto Natales, he aprendido a aceptar de todo. Pero que lo acepte, no significa que me guste o lo comparta.A lo largo de mi vida nunca he dejado de devolver un pez al agua, y en contadas ocasiones –con el dolor de mi alma- he tenido que sacrificar alguno debido a una mala picada.
Lo que me motiva a continuar esta columna en el tiempo, es poder iniciar o convertir al mayor número de pescadores a la modalidad de “Catch and Release”. Créanme, que no hay nada más gratificante para el espíritu.Ahora les dejo un adelanto para los próximos meses. Jornadas de pesca en los ríos Rúbens y Penitentes. Truchas marrones en los lagos y lagunas de Torres del Paine. Gigantescos salmones Chinook en el río Serrano, a los que les daremos pelea con cañas de dos manos con líneas del tipo Skagit.Pescaremos enormes y plateadas Sea Runs en el mítico Río Grande de Tierra del Fuego, posiblemente una visita al casi virgen río Azopardo.
Buscaremos truchas Steelhead en lagos escondidos del fiordo de Última Esperanza, a los cuales se puede acceder sólo en kayak de mar…
Espero así, con mis relatos, poder motivarlos a practicar la pesca con devolución en un país privilegiado y único como Chile.Antes de terminar me quiero disculpar por una inexactitud en la columna anterior. Por tratarse de la primera, cometí un error de tiempo. La trucha fue pescada el día jueves dieciséis de octubre. Escribí el artículo pensando que iba a ser subido el lunes diecinueve, pero fue el viernes diecisiete. Por esta razón, escribí que “la trucha fue pescada la semana pasada”. Agrego que mi licencia de pesca se encontraba al día, ya que vencía el día diecisiete.Lamento de corazón los malos ratos que a varios les hice pasar con esto.
En una jornada de pesca cualquiera tira un “tailing loop”!!!
Por Hermann Klasen
De Santiago - Chile