martes, 27 de enero de 2009

Pezcalandia y las Tarariras

Encontramos este informe o relato en la redaccion de Pezcalandia, de nuestro colega Victor de Victor, sin duda atrapante.
Acechando casi en el límite del espejo de agua, observa. Quieta, casi inmóvil, con sus dos kilos de pura potencia muscular, lista para dar el golpe certero.
De pronto, una explosión de agua interrumpe el silencio de la tarde.
Esta vez el junquero, ave tan inquieta como incauta, se salva, y la tararira reposa nuevamente en el lecho de la zanja hasta que todo vuelva a la calma aprestándose para arremeter sobre una nueva presa.”Este pequeño párrafo relata una escena típica de nuestro delta.Refleja como este voraz pez se alimenta utilizando una estrategia de espera sorpresiva y violentaNombres y Habitat.
La tararira común, se conoce científicamente como Hoplias malabaricus.
También se cita para nuestras aguas a Hoplerhitrinus unitaeniatus que es una especie de menor tamaño con el hocico romo y bien redondeado que se conoce con el nombre vulgar de tararira ñata.
Vernacularmente se la denomina tararira, tarucha, tarango, taralila y trahila.
Su habitat es muy amplio en virtud de la facilidad de adaptación al medio que posee.
La podemos hallar en muchos y muy variados ambientes. Habita en la cuenca del Plata, en los ríos Paraná Uruguay y tributarios, y en el río Salado y su sistema de lagunas hasta el límite natural que se establece en el río Colorado. No hay registro de capturas al sur de este último curso de agua.Es un pez de aguas cálidas. Su metabolismo funciona de manera óptima con las altas temperaturas, pero resiste las bajas marcas invernales aletargándose en el fango. Reduce su ritmo cardiorespiratorio y se nutre de sus propias reservas grasas hasta la llegada del calor, circunstancia en la que comienza a activarse nuevamente.Se distingue por ser una especie bravía que tiene un gran caudal de energía que se evidencia en la espectacularidad de los saltos y de las veloces corridas que emprende en el momento de la lucha.Una vez clavada despliega un combate poco común pleno de emociones que otorgan al pescador los ingredientes necesarios para disfrutar de una brillante experiencia.La tararira puede apreciarse llevando su exquisita carne a la mesa o bien, premiando su esfuerzo devolviéndole su libertad.Morfología.Morfológicamente se la describe como un pez tosco. Presenta el cuerpo fusiforme, cilíndrico y ligeramente alargado. La piel está cubierta de gruesas escamas cicloideas y de una abundante capa de mucus que servirá de protección contra los parásitos externos como las sanguijuelas que abundan en las lagunas bonaerenses.
Su color es pardo en la región dorsal, atornasolado con manchas en ambos flancos y blanco amarillento en la zona ventral.La coloración de la tararira puede variar por tener en su piel abundancia de células pigmentarias llamadas cromatóforos, unidades que reaccionan ante pautas impuestas por el medio externo (temperatura, transparencia y grado de salinidad del agua) y del medio interno (libreas nupciales, irritabilidad, etc.)La cabeza es grande y muy osificada. En ella se destacan dos ojos redondos, casi inexpresivos.
La boca es enorme y está armada por gran cantidad de dientes caniniformes presentes hasta en el paladar.Las dos especies tienen siete aletas: una gran dorsal, una caudal de contorno redondeado, una anal, dos pectorales y dos ventrales, todas ellas con rayos flexibles.Hábitos y costumbres.De hábitos alimentarios netamente carnívoros acecha a sus presas desde sitios estratégicos que busca entre la vegetación acuática. Cuando la posible presa se encuentra a su alcance descarga sobre ella una veloz arremetida que casi siempre finaliza de manera exitosa.Cazadora por naturaleza, vorazmente da cuenta de dientudos, mojarras, bogas pequeñas, sabalitos, bagres, ranas y pequeñas aves. Los pescadores tienen en cuenta esta característica para capturarla por medio de finas modalidades como el spinning o el fly cast.ReproducciónEl desove comienza a realizarse en primavera. La ovoposición es gradual, sucediéndose las puestas hasta fines del verano alcanzando a generar unas treinta mil huevas por temporada.A los pocos días de haberse llevado a cabo la fecundación, se completa el desarrollo embrionario eclosionando un inquieto alevino que en ocasiones puede llegar a medir hasta un centímetro de longitud.
En la primera etapa los pequeños se alimentan de un rico nutriente que llevan dentro de su saco vitelino. Luego predan sobre distintos tipos de microorganismos acuáticos y por último comienzan a capturar alevinos y juveniles de otras especies para así dar inicio a un régimen alimentario ictívoro por excelencia.
En lo que respecta a sus dimensiones rara vez supera los cincuenta centímetros de longitud y los cinco kilos de peso, pero sin lugar a dudas, un ejemplar de unos dos kilos clavado en el extremo de nuestro equipo, será mas que suficiente para comprender el inmenso poder batallador de las "Hoplias".Un especie vecina.Existe en diversos ámbitos de la República Oriental del Uruguay como el Palmar de Soriano, el río Yi o el río Queguay, una variedad de gran tamaño.Se trata de la tararira gigante llamada por la ciencia Hoplias lazardae. Esta especie puede superar el metro de longitud y alcanzar los quince kilos de peso.No hay registros de capturas de estas tarariras en nuestro país.La tararira es un pez muy interesante para estudiarlo en el campo del comportamiento animal. Tiene un alto sentido de la sociabilidad y de la familia. Macho y hembra alternan tareas de confección y oxigenación del nido y luego del nacimiento protegen celosamente a sus crías.
Fuente Víctor De Víctor
Photo de archivo ilustrativas