sábado, 17 de abril de 2010

Curso de supervivencia

Curso de supervivencia dictado por Pezcalandia, a cargo de Gabriel esquivel.
Desde los comienzos de la humanidad el hombre fue desarrollando habilidades naturales, como herramientas para sobrevivir. Inicialmente, para adaptarse al medio y superar sus amenazas, y más adelante, para superar situaciones extremas o mejor dicho, extraordinarias.
En algunas ocasiones por fuerza mayor, el estudio y práctica obligada en técnicas y procedimientos de supervivencia, se vieron forzadas a estudiarlas como materia y practicarlas mediante un duro entrenamiento, después de la finalización de la II Guerra Mundial, debido a las experiencias vividas por tripulaciones de aviadores y marinos, quienes algunos debieron sobrevivir en diversos medios agrestes y hostiles, debido a naufragios o precipitaciones de sus aeronaves a tierra aunque otros no corrieron la misma suerte, ya que se perdieron en el mar o tristemente, fueron devorados por tiburones que merodeaban la zona. Inclusive podemos contar, que no hace muchos años han encontrado a ex soldados japoneses sobrevivientes de la I guerra mundial viviendo en una isla del océano Pacífico, quienes ya en edad muy avanzada pensaban que la guerra seguía. Posteriormente y actualmente, estos aprendizajes son aplicados por diversas patrullas de rescates de zonas de montaña, guardaparques, especialistas en Búsqueda y Rescate (SAR), etc, Siendo que la supervivencia es una materia de estudio, algunos las han volcado como medio de práctica deportiva o simplemente, por medio de cursos de capacitación. La supervivencia como deporte El estudio técnico y la post capacitación en supervivencia se inició en las Fuerzas Armadas a fines del siglo XIX, la cual como ya se dijo, al finalizar la II Guerra Mundial. En Argentina existe una creciente demanda de turismo y deportes alternativos en general, y de la supervivencia como formación, dentro de ellos. Muchos hemos sido testigos de la influencia que ejercen los medios de comunicación como las películas “Náufrago”, series como “Lost”, realities como “Expedición Robinson” y concursos como “A prueba de todo”, entre otros. También, la popularización de carreras y competencias de alto rendimiento en zonas agrestes que demandan a sus participantes muchos conocimientos de esta materia impuesta. Quienes buscan la supervivencia como deporte recreativo no son profesionales de las Fuerzas Armadas o deportistas profesionales en la materia. En muchos casos, es gente que no está en contacto con la naturaleza y decide escapar a un extremo para encontrar su equilibrio o bien, para satisfacer otras necesidades”. En mi caso, como personal retirado de la Fuerza Aérea, y actualmente como Fundador y Director del Centro Argentino de Capacitación y Entrenamiento NORTHLATITUDE (C.A.C.E.N.), primer Centro de Formación Nacional e Internacional de Argentina, junto a PEZCALANDIA dictamos cursos de Supervivencia, Orientación, Navegación Terrestre y GPS en idioma español e inglés también. Ahí es donde brindamos cursos de Supervivencia para zonas de selva, montaña, monte y bosque en varios niveles, donde nuestros requerimientos son que puedan cursar personas de distintas edades, de ambos sexos, de diversas profesiones, donde no pedimos un perfil común más que probarse a sí mismo. Recuerdo que una de las apariciones que hice fue dictando dos cursos de supervivencia con el auspicio de PEZCALANDIA en el programa “Argentinos por su nombre” en Canal 13 y además, el año pasado estuvimos filmando con Freddy “Figuretti” Villareal para el programa ZOOM también de Canal 13 y para el programa de Roberto Petinatto que se emite por el canal América.. Para sacar el miedo al lector, como instructor deseo manifestarles que cualquiera con fuerza y ganas puede hacer esta capacitación porque no hace falta que se tenga el mejor estado físico, ya que durante el curso tenemos un lugar establecido (un campamento) hacia dónde vamos, practicamos y salimos llevando a cabo actividades en técnicas y procedimientos de supervivencia como también hacemos travesías en el terreno (caminata) utilizando métodos de orientación y navegación terrestre básicos con brújula y carta topográfica, entre otros métodos anexos”. Generalmente esta actividad parece ser “cosa de machos”, pero la mujer es tan importante como el hombre en un grupo. “Hay estudios científicos que demuestran que en una situación de supervivencia, por una razón biológica y de naturaleza, el hombre es más fuerte físicamente. Pero a la hora de la fuerza de voluntad, la mujer es más resistente y debo agregar que los cursos con mujeres tienen un componente diferente porque su presencia es muy inspiradora y motivadora. A continuación, trasladaré parte de una nota perteneciente a un ex alumno y periodista de un portal (Pablo Pleticha), quien fue invitado a realizar el curso con nosotros. Diferentes escenarios son buenos para realizar esta experiencia, y Argentina es un país especial para hacerlas: cuenta con todo tipo de climas y terrenos. Igualmente, los instructores, siempre tienen la obligación de reconocer un terreno y determinar si se pueden realizar prácticas de supervivencia, antes de llevar a los participantes a un lugar nuevo, con el fin de evitar riesgos mayores. Gabriel Esquivel nos contó que “los lugares donde venimos dictando los cursos pertenecen a zonas geográficas de monte bajo y bosque de Ezeiza, Islas con selva y monte del Paraná de las Palmas en Escobar, cercanías de la laguna de Lobos y Parque Pereyra Iraola (todos en Buenos Aires). Además, ofrecemos y hemos dictado cursos en otras provincias y países (ya nos han llamado de México pero estamos esperando confirmación), previo análisis del lugar natural a llevarlo a cabo”. Y de tanto preguntar, nos invitó a probar la experiencia, donde dictan cursos en 3 niveles: Básico, Avanzado y Superior. La cantidad de días, actividades y terreno dependen del nivel. Todo comienza con una reunión en un Centro Northlatitude de Barrio Norte (Capital Federal), para que los participantes se conozcan y brindar información sobre el curso. Todos los contenidos son experimentales y vivenciales. “Esto tiene una base en mis experiencias en la Fuerza Aérea Argentina durante 21 años. Por eso hacemos mucho hincapié en los Primeros Auxilios y la Orientación, ya que son nociones de vital importancia para el superviviente. Primero, para asistir a posibles heridos ante una emergencia y segundo, para orientarse en el terreno donde uno está sobreviviendo, para encontrarse en situación de conocer en que dirección deberá hacer una travesía para salir a buscar ayuda. Esto último se aplica después de permanecer perdidos durante varios días y sin que se tenga algún indicio de ser rescatados”, cuenta el instructor. Luego de esta reunión, el último fin de semana de mayo nos encontramos en un predio deportivo de la Fuerza Aérea, en Ezeiza. Allí primero se realizó una clase teórica donde se vieron los contenidos que se iban a experimentar a lo largo de las dos jornadas. El clima no entusiasmaba mucho, y la idea de estar en medio de una mezcla de monte y bosque con lluvia y frío, sin techo, no me daban muchas ganas de seguir. ¡Pero había que sobrevivirlo! Apenas entramos al monte el clima se encrudeció y debimos poner manos a la obra en la construcción del refugio por que iba a anochecer muy temprano y sin luz la cosa se complicaba más. Hicimos un refugio con una base de maderas y troncos para no tener contado con la humedad de la tierra, aprovechando ramas caídas, hojas y cortezas. Mirarlo de afuera no brindaba mucha confianza, hasta que nos subimos todos: éramos 15 personas ahí arriba. Esas maderas entrecruzadas soportaban casi una tonelada. El techo lo confeccionamos con un paracaídas, que hacía que no nos mojáramos pero que no detenía el frío. Lo bueno es que el grupo, al dormir todos juntos, generaba un calefactor humano que se sentía, y mucho. Al terminar esa tarea, nos dispusimos a realizar una travesía nocturna (caminata) bajo el mal tiempo. No se veía nada, pero las clases de orientación nos dieron confianza para no sentirnos perdidos y entrar en desesperación. Luego, mate cocido y a dormir. Al otro día el tiempo se apiadó de nosotros. El rayo de sol que calentaba levemente nos puso de buen humor y salimos nuevamente a caminar por el bosque. Llegamos a un claro e hicimos prácticas marcando rumbos con la brújula y cubriendo distancias en el terreno, aprendimos a leer una carta y conocer datos del lugar. Luego de eso, empezamos la clase de Primeros Auxilios donde construimos una camilla con elementos del bosque, entre otras cosas. Seguidamente, vino la explicación de varios nudos. Para terminar, por medio de las cuerdas y dándonos seguridad Gabriel desde abajo, nos trepamos a los árboles usando arneses construidos por nosotros mismos, una experiencia maravillosa. El curso no demandó conocimientos previos ni estado físico. Sí, la decisión de no contar con la abundancia o la variedad de alimentos que uno diariamente está acostumbrado a comer. Eso justamente lo hace interesante, porque brinda la posibilidad de probar la resistencia y fuerza de voluntad. Asimismo, de no requerir elementos tecnológicos complejos, sino de depender de la naturaleza que lo rodea para construir refugios, señalizar el lugar por métodos diurnos y nocturnos, obtener alimentos de origen silvestre, conseguir agua y purificarla, hacer fuego sin fósforos ni encendedor, orientarse conociendo los puntos cardinales con la ayuda del sol y las estrellas, etc. Junto con el conocimiento y las técnicas aprendidas, se rescata la sensación humana, la relación con la vida diaria, y con la naturaleza. Sin dudas, se trata de una experiencia que brinda la posibilidad de ponerte a prueba, de sentir cosas que uno nunca sintió. “Cambia la manera de ver las cosas” me dijo un integrante, y sí que lo hace. A veces los problemas de la ciudad a los que nos enfrentamos parecen gigantes, pero cuando uno está en situación de supervivencia pasan a ser ínfimos: la confianza en uno mismo y el compañerismo son lo único que te puede salvar. Valores que nunca está de más trasladar a nuestro quehacer cotidiano.
Por Gabriel Esquivel
Staff Pezcalandia
Instrutor
Director de NORTHLATITUDE