domingo, 8 de agosto de 2010

Vallejo tiene doping afectivo

En Pezcalandia queremos compartir los comentarios del colega y montañista nacional Iván Vallejo. Describe así el impulso que recibe de su familia cuanto está en la cima Según Iván Vallejo, el primer pensamiento que viene a la cabeza de los montañistas nacionales cuando se encuentran en la cumbre es "la familia, los hijos, los afectos".
Vallejo compartió el jueves y viernes pasados sus vivencias y las del grupo con el público quiteño durante la exposición de videos y fotos de su último proyecto. Vallejo, acompañado de Joshua Jarrín, Oswaldo Freire, Franklin Varela, Julio Mesías, Esteban Mena y Édison Oña, cumplieron con el proyecto Somos Ecuador, en las montañas del mundo, realizando tres expediciones el año pasado.El monte McKinley, en Alaska (América del Norte); Mont Blanc, en Los Alpes Suizos (Europa); y la Pared Sur, del Aconcagua (América del Sur) fueron las montañas en las que incursionaron los escaladores.Los sentimientos que aferran a los alpinistas ecuatorianos con sus familias y su tierra se explican, según Vallejo, en un "doping afectivo". "Son los pensamientos en nuestros seres queridos los que nos impulsan cuando las fuerzas nos abandonan", acotó el deportista.
Ese "doping afectivo" del que habla Vallejo se manifiesta también en la relación con sus compañeros del grupo Somos Ecuador. "Es fundamental dentro de un equipo que exista un vínculo para que el grupo humano se fortalezca", mencionó Freire.
El cariño por la tierra se expresa cuando los montañistas alcanzan la cumbre y despliegan la bandera ecuatoriana, que la llevan en sus pesadas mochilas, pero sobre todo en el "corazón y en la piel", acotó Vallejo.Uno de los objetivos de Vallejo es encontrar una nueva ruta para escalar en las más complicadas montañas del mundo y "poner el nombre del Ecuador a esa ruta".
Esa pasión por la aventura escalando montañas es heredada a sus hijos o la recibieron de sus padres, como es el caso de Freire, quien se inclinó por el montañismo gracias a su padre (Jaime). "Desde muy pequeño, me inculcó la pasión por la montaña", dijo. Además agregó: "Ahora yo se los transmito a mis cuatro hijas".
Cuando están en la cima, los sacrificios que han hecho, las jornadas de entrenamiento y lo duro de la ascensión se olvidan y lo que sienten es "paz y la comunión con cada uno", comentó Mena.
Los escaladores comparten la pasión por la montaña y por la familia. (JJ)EscalandoAntes de cada expedición, el grupo estudió las rutas de acceso.EL Mont Blanc de 4 810 msnm fue la cima que no pudieron coronar debido a las condiciones climáticas.
El aconcagua de 6 962 msnm lo escalaron en dos ocasiones, por la ruta normal y por la pared sur.El proyecto fue grabado en video y fotografiado.
Como motivación, Oswaldo Freire llevó en su equipaje los regalos de sus cuatro hijas.
Fuente hoy com ec