miércoles, 18 de enero de 2012

Pesca con mosca, la vedette del verano

A grandes rasgos, hay dos tipos de personas que deciden comenzar a pescar con mosca; y en Pezcalandia te las contamos. Están las personas que practicaron distintas modalidades desde hace años y se sienten atraído por esta posibilidad y la que nunca pescó “en su vida”, pero que a través de amigos, a través de algún programa televisivo o por un artículo periodístico, se propone a incursionar en esta modalidad. Pero... ¿por donde se empieza? Cada uno podrá suponer que con la información que se baja de internet será suficiente, evitando así la inversión que implica tomar un curso y no molestando a sus amigos. Para ello el interesado tipeará en su pc el término “pesca con mosca” o “fly fishing” (si maneja el idioma inglés) y en pocos segundos se encontrará abrumado por un volumen de información tan grande, que no sabrá por donde empezar.
Y no significa que la pesca con mosca sea difícil; se la puede sintetizar o ampliar de modo inimaginable: los peces y sus hábitos, cañas, reels, líneas, leaders, moscas, técnicas de pesca y lanzamiento, técnicas de atado, bibliografía, entomología, historia y pesca deportiva en distintas aguas de nuestra tierra, son algunos de los principales temas que cada uno de nosotros podremos ir abordando, casi sin darnos cuenta, en la medida de nuestra inquietud.Tampoco es necesario que, desde un principio, uno deba dominar todo esto para poder pescar. Tan solo sabiendo lanzar (esto es fundamental) y acompañado por un guía especializado o un amigo con algo de experiencia, se podrá disfrutar de jornadas de pesca muy exitosas.
UN EXTRAÑO LENGUAJE
Como todo deporte de origen extranjero, los elementos y las técnicas suelen tener nombres extraños a nuestros oídos. ¿Acaso el fútbol, el tenis o la náutica, -entre otros deportes- no tienen su idioma propio? La pesca con mosca también lo tiene y si bien en un principio podrá confundirlo un poco, en pocos meses verá que lo irá dominando. En síntesis, hay que armarse de un poco de paciencia, leer y aprender. PEDIR ASESORAMIENTO
Este estilo de pesca va creciendo en nuestro país y cada vez hay más asociaciones de Pesca con Mosca donde el interesado podrá acercarse para encontrar la respuesta a sus dudas. Además, en todas ellas suelen dictarse cursos. Otra alternativa es la de contratar un instructor particular.
CONSULTA PREVIA
La elección del equipo deberá adaptarse al tipo de peces y la zona que se pretende frecuentar.Si el objetivo de uno es pescar dorados (en el río Paraná), los elementos serán más pesados que los indicados para pescar truchas (en la zona patagónica), por lo cual será importante una elección acertada para evitar así la compra inmediata de un segundo equipo.
NO PESCAR SOLO
Es muy importante, de ser posible, contar desde un principio con la presencia de un compañero de pesca que entienda sobre el tema y pueda darle una respuesta a sus planteos y dudas. De no contar con nadie y si su presupuesto se lo permite, contrate un guía de pesca. Uno no tiene idea de lo que se aprende y del tiempo que se ahorra con esa decisión. Es común que en un principio el novel pescador se tensione y se sienta un poco desorientado por el desconocimiento sobre el tema. No hay que impacientarse. Esto es solo un juego, un juego tan vasto que uno no termina nunca de aprender. Cada jornada de pesca presenta distintas situaciones las cuales uno debe enfrentar y superar, además cuanto más conocimiento tenga, mayores serán sus beneficios. VADEAR UN RiO POR LO SEGURO
“Vadear” es cruzar un río a pie y, por extensión para los pescadores, es también “caminar por su lecho”.
La práctica del vadeo permite desplazarse por el río y elegir la ubicación ideal para la pesca.
Por este motivo es importante conocer cual es la manera mas segura de “vadear” y poder así llegar a donde uno quiere, evitando dificultades innecesarias.La seguridad comienza por el equipo adecuado como ser un waders, botines de vadeo, cinturón y en lo posible un bastón; y además sigue por la prudencia y el sentido común, que “no están a la venta en los comercios”, sino que se adquieren a través de la experiencia propia o transmitida por otros. EL EQUIPO
El wader le permite al pescador “vadear” sin mojarse. Si hace calor y no le importa mojarse, no lo use. Sin embargo, siempre use botines.
El wader debe ser del tamaño que calce correctamente al cuerpo de uno y que no restrinja los movimientos amplios, que pueden ser necesarios en medio de un cruce. Si uno no puede ponerse en cuclillas con facilidad o levantar una pierna sobre una roca, no tenemos la libertad de movimientos que nos hace falta. Los waders hechos de neoprene son ajustados pero elásticos, aíslan del frío y tienen flotabilidad positiva.
Tómelo en cuenta en el momento de comprar un par extra o reemplazar los que actualmente tiene en uso.
Por otra parte el cinturón le impedirá que los waders se le llenen de agua en caso de una caída. Un chaleco inflable es una buena medida de seguridad aun para los buenos nadadores, ya que el shock por inmersión en agua muy fría puede ser paralizante y el chaleco nos mantendrá a flote. LOS BOTINES
Lo mas importante es usar un buen par de botines de vadeo con suela de fieltro. Un buen par de botines es una necesidad en los ríos en que pescamos truchas, que en su casi totalidad tienen en su lecho piedras redondeadas sueltas (a estos ríos o tramo de río se los llama freestone) y con algunas algas adheridas. El plástico, la goma o el cuero que se usan como suela en el calzado común patinan sobre estas piedras mojadas, mientras que el fieltro se afirma y le permite a uno caminar con seguridad. En caso de necesidad también pueden usarse suela de cáñamo o alfombra (tapizmel) pegados con cemento de contacto, pero son mucho menos durables. El mejor fieltro es el sintético, con los que vienen equipados los botines que se compran en los negocios especializados y que también se vende como repuesto. Este fieltro tiene una vida útil determinada por el desgaste y también porque se compacta con el polvo adquirido por el uso sobre terreno seco y el peso del usuario, perdiendo así parte de su característica principal de afirmarse sobre la piedra mojada. Conviene cambiarlo cada dos o tres temporadas, dependiendo del tamaño del pescador y de cuanto camine. ELEGIR EL LUGAR
Lo primero que uno debe hacer es observar bien el río y decidir por donde intentar el vadeo. El cauce del río no es homogéneo, como lo sería una canaleta de desagüe. Por el contrario, es una sucesión despareja de desniveles que con el tiempo y las crecidas se han ido trasformando en correderas y pozones, a través de la acumulación de material. El río ofrece de manera permanente variaciones de anchura y profundidad, así como cambios en la textura, conformación del fondo y la velocidad de la corriente. Esto hace que uno deba elegir con atención el lugar por donde vadear, planificando el cruce con anticipación y cuidado.
Es recomendable cruzar por vados conocidos y tomar buena nota de la altura del agua y la velocidad de la corriente, que pueden alterar el curso del río en ese lugar en particular. Cuando uno pesca en ríos que no conoce íntimamente, es conveniente contar con el auxilio de un guía o un conocedor que podrá enseñarnos cruces o lugares nuevos para nosotros. LA TeCNICA
La técnica es uno de los puntos más importantes dentro de la pesca con mosca, ya que es imprescindible que sepamos colocar la mosca en el lugar y en la distancia elegida. Muchos pescadores suponen que junto al río pueden aprender más, pero lo cierto es que cuando ingresan al agua suelen encontrarse con que un viento huracanado, la corriente que arrastra la línea, las piedras, los troncos hundidos, los árboles y arbustos que tiene al frente o a la espalda de uno se confabulan para que no pueda siquiera hacer un tiro correcto, con lo cual la jornada de pesca se transforma en una verdadera pesadilla. Si uno piensa ir a pescar deberá tomarse el tiempo necesario para practicar lanzamiento y nada de esto es difícil, es sólo cuestión de práctica.Además el riesgo de clavarse un anzuelo es mayor si no tenemos experiencia.Cruce la corriente en forma perpendicular o algo aguas abajo. Comience despacio, moviendo primero el pie que esta aguas arriba, avanzándolo como medio paso. Es su pie de avance, mientras que el que queda aguas abajo es su pie de anclaje.
El pie de avance apunta en la dirección de avance y algo aguas arriba, mientras el de anclaje se apoya, formando con el primero un ángulo de 45 grados. De esta manera se obtiene una buena sustentación.Cuando el pie de avance encuentre un buen apoyo, transfiera el peso de cuerpo y avance el pie de anclaje la misma distancia de medio paso.
El de anclaje no debe superar al de avance o se perderá la estabilidad. De esta forma ambos pies brindan sustento y estamos cortando la corriente con la pierna de avance. Si en algún momento debe darse vuelta, por ejemplo para retroceder, hágalo de cara a la corriente. Es la mejor posición para recuperar el equilibrio en caso de perderlo. CRUZAR DE A DOS
Vadear en equipo es una manera muy segura de cruzar un río. Tal vez dos cabezas piensen mejor que una, pero seguramente cuatro piernas son mejores que dos. Si tiene a mano un compañero de pesca propóngale la formación de una “sociedad cuadrúpeda transitoria”, para encarar cruces difíciles. El más fuerte, pesado o experimentado deberá ir aguas arriba, cortando la corriente y dirigiendo el cruce. El segundo, quien hará de anclaje, deberá coordinar su avance con el primero, manteniendo siempre tres pies apoyados entre ambos.
Los vadeadores se sujetarán y apoyarán firmemente por el brazo, hasta terminar el cruce. No es siempre necesario “vadear”.
Es más, a veces no es aconsejable, o sencillamente no es posible, cuando el río es grande y viene crecido.A principio de temporada, con aguas altas, el vadeo se dificulta y además puede ser inconveniente, ya que los peces se ubican cerca de las orillas y lo aconsejable es pescar la propia orilla y no intentar un cruce improductivo.
Camine los ríos con cuidado y respeto, evitando golpear las piedras del fondo y dando así “aviso” a las truchas de la presencia de “predadores” en la proximidad. Cómo liberar al pez Al pez hay que tomarlo con sumo cuidado para que no se lastime en el momento de la devolución. Un buen pescador tiene en cuenta estas siete reglas fundamentales a saber:
1. No agotar totalmente al pez.
2. Tratar de tocarlo lo menos posible. Si es necesario sostenerlo, hacerlo dentro del agua, apoyándolo sobre la palma de la mano, sin apretarlo.
3. No introducir los dedos u objetos en la cavidad de las branquias («agallas»).
4. Utilizar anzuelo sin rebaba, basta con girarlo con una pinza fina para su extracción.
5. Si la extracción es dificultosa, cortar la línea cerca de la boca del pez. No tironear del anzuelo.
6. Si el pez encuentra dificultad para su recuperación, colocarlo enfrentando a la corriente y moverlo suavemente hacia adelante y hacia atrás, alternativamente, de tal forma que penetre agua fresca por su boca y salga hacia atrás por debajo de los opérculos o agallas.
7. No golpear ni arrojar al pez. Siempre dejar que el pez se escape por sus propios medios después de recuperarse.
Fuente Diario El Chubut