viernes, 14 de septiembre de 2012

Emergencia ambiental en humedal de Entre Ríos

En Pezcalandia damos a conocer, que un conjunto de organizaciones ciudadanas de la región presentó ante la Legislatura entrerriana un proyecto que busca impedir el avance de endicamientos ilegales y el desmonte de bosques nativos en las islas de la vecina provincia, hasta tanto se cumpla con el ordenamiento territorial necesario para preservar este ecosistema estratégico del Delta del Paraná. Cinco organizaciones ambientales nucleadas en la Red Delta del Paraná, presentaron a través de Fundación M'biguá un proyecto para declarar "la emergencia ambiental de la sustentabilidad ecológica, social y productiva del sistema de humedales y selva en galería de la provincia de Entre Ríos, de conformidad a las competencias y derechos dispuestos en los artículos 41º, 43º y 124º de la Constitución nacional, y 83º a 86º de la Constitución de Entre Ríos", reza el texto de la iniciativa. El proyecto está dirigido particularmente a la Comisión de Tierras y Obras Públicas, Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados de Entre Ríos, y fue elaborado "a raíz de los últimos acontecimientos en el Delta y de los retrasos de la provincia de Entre Ríos en dar cumplimiento a su ordenamiento territorial de Bosque Nativo", con el propósito de impulsar y retomarlo. La ONG pide además "acompañar el Piecas y volver a instalar la necesidad de contar con normas claras para el Delta", según señala la nota que acompaña al proyecto, firmada por las organizaciones que integran la Red Delta: Fundación M'Biguá (Paraná), Taller Ecologista (Rosario), Centro Ecologista Renacer (Villa Constitución), Ala Plástica (La Plata) y Fundación Oga (San Nicolás). Fundamentos. A finales de julio, un equipo formado por miembros del Taller Ecologista y la Asociación Ecologista Renacer, comprobó el avance de la agricultura industrial y la reconstrucción de terraplenes ilegales en las islas de Victoria, particularmente frente a Villa Constitución, situación que viene siendo denunciada por pobladores y ambientalistas desde 2008 a causa de los severos impactos que supone para el ecosistema, y por violar las normativas vigentes. Una de las irregularidades más graves que pudieron comprobar los ambientalistas es la que tiene como responsable a " la empresa holandesa Bema Agri, propietaria de un predio de casi 10 mil hectáreas en las islas entrerrianas, que ha reconstruido un terraplén para avanzar con el cultivo de soja, trigo y colza en parte de sus tierras, en las que se confirmó la utilización de glifosato", señala un comunicado de la Red Delta del Paraná. Simultáneamente, el movimiento de ciudadanos autoconvocados "El Paraná No se Toca" alertaba sobre el cierre de un curso de agua en el humedal, frente a la costa rosarina, mediante el uso de palas mecánicas y retroexcavadoras, para poder destinar tierras a la actividad agropecuaria. Esta misma organización denunció el avance de otros terraplenes ilegales de distinto tamaño, cerca de Rosario, de los que productores isleños se valen para resguardar ganado, abrir caminos, y alterar los cursos de agua, según sus necesidades. Y a principios de este mes, el mismo secretario de Medioambiente de Entre Ríos, Fernando Raffo, reconoció la existencia de al menos seis o siete terraplenes más, además de los denunciados. Después de que derogara en enero pasado una ley de explotación arrocera de algunos sectores del Delta, el Ejecutivo entrerriano manifestó su intención de convocar a todos los sectores involucrados a discutir el ordenamiento territorial del Delta del Paraná, pero según las organizaciones todavía no se han producido novedades al respecto. "Ello profundizó la necesidad de avanzar con esta iniciativa" para la declaración de la emergencia ambiental en los humedales de Entre Ríos y la prohibición del desmonte y de "toda modalidad de endicamiento, represamiento y obstaculización de los cursos de aguas públicas de conformidad a las normas del Código Civil y de la Constitución Provincial", concluyó la ONG.
Fuente nuestromar.org