miércoles, 17 de abril de 2013

A la sombra de la carpa

En Pezcalandia te contamos que el camping es una tradición de las playas de Rocha, en un turismo agreste a orillas de un océano verde y bravo. Eso viene de mucho antes de que el sabor de esas playas fuera descubierto por la multitud. 


La Paloma, en su momento, cedió por un breve lapso su perfil familiar para dar paso a una moda de turismo de adolescentes y veinteañeros, aunque pronto la preferencia de los más jóvenes pasó a La Pedrera, que en el último lustro empezó a explotar, cada año, hasta el clímax en carnaval.

Los campings alrededor de La Pedrera abundan, y tienen perfiles muy diferentes, desde la variante de “glamping” hasta los más tradicionales, que cobran por día por persona y la gente se acomoda donde le plazca, con una carpa para cada uno o una sola carpa para seis.

A medio camino está el camping de Punta Rubia, con todo el sabor de los campamentos tradicionales pero muy ordenadito, con sus zona para familias, otra para jóvenes en plan pura diversión, otra para los que viajan con sus mascotas y otra mixta.

En La Paloma, según el puesto de información turística ubicado en pleno centro del balneario, hay un solo camping: el complejo de La Aguada, ex Los Delfines. En realidad también existe el camping municipal y un puñado más, aunque no para el público en general sino para policías o militares o funcionarios del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.

Glamour en el monte

Glamping es una palabra que combina glamour con camping y se refiere al resort Pueblo Barrancas, pegado a La Pedrera pero muy lejos del ruido del balneario de moda. Es un barranco de cinco hectáreas a orillas del océano, poblado de cabañas y de carpas, cada una de  ellas instaladas sobre un deck apuntalado por pilares.
Una noche en carpa cuesta US$ 130 por día, en base doble, con desayuno, ropa blanca, toallas  y servicio de carpa,   (por llamarlo de alguna manera) incluido en la tarifa.

Las carpas también disponen de baño en suite, para sentirse como un jeque. La forma de las tiendas tiene, por lo demás, reminiscencias mongolesas o africanas.

La construcción sobre pilares tiene que ver con un concepto ecológico, que preserva el carácter de barranco del lugar, aunque hoy lo que era erosión está tapizado por monte nativo. Las carpas tienen hamaca paraguaya, ventilador y un sommier. Las hay para dos personas y para cuatro, en tres variedades: yurt, de campaña y del monte.

Gastón vive en La Pedrera y trabaja hace un año y medio en la recepción de Pueblo Barrancas y explica que el concepto es la fusión de la comodidad del hotel y la aventura del camping. Además hay un restorán gourmet, con huerta orgánica propia, y una piscina en el deck del restorán. Los pasajes por corredores de madera se iluminan con velas por la noche y forman una atmçosfera romántica ideal para parejas, aunque en la actualidad la mitad de los pasajeros son familias.

Lo normal es que quienes visitan el lugar lo hagan para quedarse en el predio y no para salir de noche ni recorrer. La playa está a unos 150 metros del famoso barco de La Pedrera. Solo los que se quedan por largos períodos preguntan por actividades en la zona.

La Aguada

Es un camping de 15 hectáreas  que en sus épocas de oro, según Marcelo Silva, su encargado, llegó a estar colmado, con 5.000 huéspedes. “Ahora habrá unas 600 personas”, calcula Silva. Tiene 450 parcelas con conexión eléctrica, mesa y banco de hormigón.

Hay también espacios libres y un “espacio verde”, que tiene mesas y fogones compartidos. Los precios en esta temporada son $200 por persona por día, en el caso de uno o dos días de estancia; $190, si la persona se queda 3 ó 4 días; $170 si permanece 5 ó 6 días y $150 por día por persona si la estadía es de una semana o más.

El público está formado sobre todo por personas de entre 25 y 40 años, y también niños. “Ahora que no están los boliches, los jóvenes se fueron a La Pedrera, o a Punta del Diablo”. Se refiere a boliches que hicieron época en la zona, como Pogo y Arachanes.

Punta Rubia

La particularidad del camping de Punta Rubia es la división geográfica que separa a familias y jóvenes y a personas con mascotas. Eso evita que los niños molesten a los jóvenes de mañana y que los jóvenes molesten a los padres de los niños de noche.

Hay unas 170 parcelas en total en un espacio a 80 metros del océano, al este de La Pedrera.
El espacio cuesta $270 por perona por día, y hay hasta un 10 por ciento de descuento, por ser cuatro o más personas en una parcela, o por pagar al menos siete días por adelantado o por tener Tarjeta Joven.

Se entra por la ruta, apenas pasando La Pedrera, o por la playa, para los que van a pie desde La Pedrera.
En este momento tiene cerca de un 60% de ocupación, apenas un poco menor que el año pasado. Entre las comodidades del lugar figura la conexión inalámbrica a internet, a doce metros a la redonda de la administración, y la cobertura médica de urgencia a todos los acampantes.

Los salidores tienen los boliches de La Pedrera a disposición y pueden volver por la playa sin miedo a que los atropelle ninguna 4x4. 



Fuente El Observador