lunes, 3 de septiembre de 2007

Gigantes del Uruguay

Puerto Yeruá nos permitió lidiar con grandes surubíes en la modalidad de trolling, un pesquero único a 430 km de Capital Federal. Según nos cantaba Pedro Rivero, nuestro guía, durante un concurso de variada realizado hace años atrás, “pincharon” un surubí de 28 kilos encarnando con lombriz, estos pescadores eran asiduos concurrentes a pesqueros correntinos y la situación no pasó inadvertida, muy pronto organizaron una excursión a trolling obteniendo respuestas asombrosas, a partir de ahí, el mundo de la pesca deportiva se vio conmovido con la asombrosa aparición de un pesquero entrerriano que nos permitía lidiar con grandes surubíes a corta distancia de Capital Federal. El 1º de Julio se abrió la temporada de pesca y nos pusimos en contacto con Marcelo Sterki para organizar una salida, debido al poco tiempo disponible, Marcelo nos conectó con Pedro, ambos residentes y guías de Yerúa que conocen el ámbito como ninguno. En la bajada del segundo puente de Zárate Brazo Largo, obtuvimos la licencia de pesca ($ 10 por pescador) que habilita al transporte de un solo ejemplar de medida por vehículo o grupo de pescadores, luego nos percatamos que el trámite también se puede realizar en la bajada de Puerto Yeruá. Los controles realizados por Prefectura son eficientes en Puerto Yerúa, pero pudimos apreciar como pseudos-guías de otras zonas realizaban depredación transportando surubíes agua arriba para luego bajarlos en zonas determinadas. CONDICIONES CAMBIANTES La jornada comenzó a las 8 horas con temperaturas bajo cero que pudimos soportar con un camperón de pluma de la firma GIBSONS. Pedro bajó cómodamente su embarcación utilizando su camioneta, le sorprendió la fuerte creciente de 3 metros en el término de dos días, la represa esta trabajando a destajo para suplir la falta de energía en el país. Estos factores, alteran el ámbito y son una de las condiciones cambiantes que puede perjudicar la pesca. Mientras navegábamos hacia la zona de pesca (muy cerca de la bajada), armamos un equipo ultra liviano para hacer lo mas deportivo posible, en nuestro caso usamos una caña de 2 tramos de 15 libras íntegramente de grafito. Aquí el Uruguay permite este tipo de lujos ya que no es tan correntoso como el Paraná y hay menos cantidad de piedras. La mañana transcurrió sin respuestas, tan solo enganches que en la mayoría de los casos logramos zafar gracias a la destreza y al saca señuelos que disponía nuestro guía. Decidimos hacer un alto al mediodía y justamente en ese momento comenzó el pique, mientras degustábamos nuestro almuerzo, pasaron dos embarcaciones delante nuestro ambas combatiendo con lindos surubíes. Pedro percató en primer lugar el señuelo que tenía éxito, se trataba de un viejo señuelo NG de paleta de chapa y en segundo lugar observó donde se lograron las capturas, esta vez a diferencia de los días anteriores y como consecuencia de mayor caudal de agua, los cardúmenes se desplazaban mas cerca de la costa y no en los pozones donde habíamos intentado a la mañana. En la siguiente bajada, Pedro hizo el derrotero en cercanía de la costa donde la ecosonda marcaba entre 5 y 7 metros, ahí se produjo otra tranca (enganche en la jerga piscatoria), marcha atrás y a recoger, a simple vista lo que parecía un enganche más, se transformó en fuertes cabezazos a medida que nos acercamos al lugar del pique, Pedro parado en la proa traccionó levemente el reel regulando la estrella para no apurarlo en ningún momento. Por diez minutos se vivieron momentos de tensión hasta que ya extenuado, se entregó un hermoso surubí que acusó 9,500 kg en la balanza y que fue devuelto con sumo cuidado. EL EXITO EN LA CAJA AJENA Con la emoción de haber disfrutado tanto o mas que el pescador, decidimos cambiar nuestro señuelo CUCU (logran mayor profundidad que otros), en menor profundidad no era necesario un artificial de paleta larga, revisamos la caja del jefe Rodolfo Giménez y encontramos un NG Depredator articulado de paleta media y color azul sin estrenar, ese fue la elección recordando que el mismo señuelo, pero en colores blanco y rojo, nos había dados buenos resultados el año anterior. La siguiente pasada nos dio la razón y nos dimos cuenta de inmediato, a diferencia de los anteriores enganches, este se manifestó con golpes en la caña y enseguida Pedro exclamó: ESE ES BICHO, ES BICHO !!! Poco a poco nos fuimos acercando hacia el pez, dejando correrlo cuando lo solicitaba, el multifilamento del 0,22 mm no daba cierto respiro por su fortaleza. Cansado se mostró a 10 metros de nuestra posición era otro ejemplar de porte similar al anterior que fue devuelto nuevamente. Mientras tanto, la tarde era muy fructífera para la mayoría de las embarcaciones, pudiendo filmar varias capturas (pocas de la boca) realizadas por otros pescadores. En la siguiente pasada, Pedro nos advirtió, estamos en la zona de pique, la había marcado por medio de un matorral en la costa y nuevamente nos tocó disfrutar a quien les relata, esta vez, traccionamos unos 15 metros sin identificar si se trataba de un enganche o de un pez, la caña estaba muy firme completamente arqueada y solo lográbamos ganar algunos metros a duras penas, pasaron pocos instantes más hasta que el “enganche” caminó hacia el centro del río sacando varios metros de nuestro reel, no hizo falta que nos dijeran que era pique, todos nos dimos cuenta de que se trataba de un surubí y de los buenos. En estos momentos, la emoción y la adrenalina suele jugarnos en contra, por eso Pedro nos recomendaba tranquilidad y que disfrutáramos la pesca. Tardamos 20 minutos en lograr levantarlo a superficie, apenas mostró la cabeza, se dio vuelta y con un coletazo gano nuevamente unos metros, otra vez “a remar” y a acercarlo hasta tenerlo en posición para izarlo, lo tomamos de la cola con la ayuda de un guante para poder afirmarlo y los subimos lentamente, era un hermoso surubí que estuvo cerca de los 20 kilos, gritos de júbilo y foto de rigor antes de la devolución. Según Pedro esos portes eran normales y la semana anterior se lograron portes de hasta 30 kilos, verdaderos gigantes que están al alcance de los capitalinos, solo resta que usted planifique una salida de pesca en busca su trofeo.
EQUIPOSCañas de 15 a 25 libras, reeles rotativos con capacidad de carga para 200 metros de multifilamento del 0,22 mm., señuelos del tipo Cucu, Banana Alfer o NG Depredator, paleta larga en lugares de 15 a 25 metros y paleta media para 7 a 12 metros, lider de acero de 80 centímetros. Estos equipos los puede conseguir en http://www.pezcalandia.com.ar/catalog Fuente: Gabriel Lopez