jueves, 8 de marzo de 2007

Ciervo Colorado y Antílope Negro

Apasionante rececho de un Ciervo Colorado de 11 puntas un Antílope negro "El cazador y el bosque pampeano de caldén se estremecen ante el bramido gutural del ciervo colorado"
Es muy difícil explicar en una nota con palabras el sentimiento de los cazadores esperando el mes de marzo. Solamente los apasionados a la Caza Mayor pueden sentir o experimentar el efecto psicológico dentro de su organismo al escuchar un bramido proveniente de la profundidad del monte. En ese preciso instante, la adrenalina y palpitar del corazón se apoderan de cualquier aficionado a este ancestral deporte.
Son momentos inolvidables, al mismo tiempo, puede ser una desventaja para algunos cazadores algo emotivos que intentan recechar estos magníficos cérvidos. Y digo esto, ya que el esfuerzo de caminar y caminar entre los caldenes del monte luego de varios días, puede verse frustrado por el apuro del cazador al no escuchar o esperar la señal del guía para jalar el gatillo en el momento indicado. Un segundo antes o un segundo después puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. El más mínimo ruido o movimiento puede ser divisado por el macho aunque este se encuentre entre un rebaño de hembras. O todo lo contrario, una hembra nerviosa puede alertar al macho. Tirando por la borda el trabajo de rastreo y rececho efectuado durante una intensa jornada cinegética.Sin duda por las temperaturas los ciervos siguen bramando. Mi trofeo no era un ciervo colorado, si bien esperábamos la brama de éstos para combinar la salida fui para ser testigo de la cacería, escribir la nota y luego intentar cazar un Antílope negro originario de la India. En mi opinión, el príncipe y el más elegante entre todos los rumiantes arctiodáctilos. Esteban es empresario inmobiliario oriundo del balneario de Monte Hermoso. El iba a ser el protagonista en la cacería del colorado, acompañándonos con un clientes del Coto.
UNA NOCHE PARA EL RECUERDO O PARA EL OLVIDO
Llegamos al campo de la familia Domecq donde abundaron anécdotas de cacerías, nos acostamos como a las 2: 30 de la mañana. Desde la casa de Martín, situada sobre una colina, se escucha perfectamente la brama proveniente de los montes aledaños, incluso mientras uno duerme. Al dia siguiente, a las 6 de la mañana el Guía nos despierta para desayunar rápido y efectuar las primeras inspecciones de rutina.
Empezamos el recorrido, y el Guía nos explica que este es un campo de cría bovina donde el objetivo es vender los terneros de destete con un peso de 170 kilos aproximadamente. Hay residencia de hembras de colorados y los machos entran a su campo en el celo durante el mes de marzo. Ya sea, con la finalidad de buscar y formar grupos de hembras para satisfacer su instinto sexual. O para pelear con padrillos vecinos que defienden su harén y su territorio.
Grandes son las sorpresas por la calidad de los trofeos que se obtienen en esta región. En el living de la casa hay colgado un trofeo de ciervo colorado de 20 puntas cazado por Martín. Deje mi fusil, pero Esteban, por consejo de Martín, lo llevó en la camioneta . Yo no tenía apuro para recechar la manada de antílopes. La idea era que primero que Esteban lograra cazar su colorado antes que se corte la brama. Los antílopes en cambio, si bien son muy esquivos, tienen residencia permanente. El Inicio tiene una superficie de 2000 hectáreas, no es un encierro, son 700 hectáreas limpias y 1300 de monte aproximadamente. Esta situado en el sudeste de la provincia, en el corazón de varias estancias con grandes extensiones de monte. Estratégicamente está ubicado en una zona privilegiada, tanto como para practicar recechos o acechos. Ciervos colorados, antílopes y jabalíes son los animales exóticos y salvajes que con un manejo racional y conservador son laureles frecuentes en "El Inicio".
De vez en cuando aparece algún puma, felino autóctono y escurridizo que es muy difícil de percibir entre la espesura del monte. Al recorrer el campo vemos en la parte limpia grandes extensiones de médanos tapizados por llorón, aflechilla, alfirerillo y olivillo. La zona de monte da la sensación de no tener límites. Hay bosque abierto de caldén, algarrobo y sombra de toro con suelo arenoso. En cambio, en otros lugares se puede observar monte cerrado representado por piquillín, alpataco, jarilla, molle y chañar. Refugio impenetrable pero ideal para los encames de jabalíes. Esta flora nativa permite además nidificar a varias especies de aves, entre las que se destaca el cardenal amarillo.
Para los verracos el campo cuenta con dos apostaderos cebados con maíz días antes de cada luna. Estos mangrullos se realizaron en dos abrevaderos (aguadas) naturales. Martín nos cuenta que el monte abierto es el sitio preferido por los ciervos colorados y sus manadas de hembras. Según la experiencia del Guía,..."Los machos más viejos entran en celo después que los jóvenes"... Al contrario de lo que sucede en otros lugares de La Pampa .
Importante aclarar que en el período de celo de estos rumiantes salvajes influye la línea de sangre (no es lo mismo sangre del este europeo que sangre inglesa), ambiente, disminución de horas de luz, estado nutricional y el complejo juego hormonal de feromonas, entre muchos otros factores a tener en cuenta. Algunos zoólogos afirman que los machos más viejos, de diez años o más, braman antes que los jóvenes. Las hembras entran en celo cada 18 días y generalmente tienen 3 ovulaciones por temporada. Luego de una gestación de 234 días (+/- 5 días) nacen los cervatillos (un cervato por hembra), entre los meses de noviembre y diciembre. El volteo (o desmoche) en los machos se produce en el mes de agosto, volteando primero generalmente los más viejos.
UNA GRAN OCASIÓN
Al pasar una tranquera hacia un potrero limpio, no habiendo transcurrido ni 30 minutos desde que partimos de la casa, Martín frena en forma brusca . Saca sus binoculares y nosotros para no ser menos hacemos lo mismo. ..."Allá hay un grupo de hembras"..., señala el Guía, ¿ donde ?,... preguntamos al mismo tiempo. En un caldéen, a unos 200 metros de distancia, logramos advertir varias hembras y cervatos con un macho que tendría 14 puntas. Pudimos contar 4 puntas en una de sus coronas. Era de porte majestuoso y altivo. Las hembras estaban pastando tranquilas. En un momento el macho gira sobre su enorme cabeza y mira con atención hacia nuestro vehículo. Empezó a correr, saltó el alambrado y se perdió en el monte achaparrado.
Seguimos el recorrido y como si esto fuese poco, al fondo del campo pude descubrir sobre un rastrojo de avena una piara de jabalíes, compuesta por cachorros, lechones y algunas chanchas. Nuestro anfitrión estaba muy contento. Es una buena manera de comenzar que sus clientes puedan observar animales salvajes en el campo. Eran las 10 de la mañana y la temperatura empezaba a ascender, por lo que decidimos volver. Pablo Ruber y el Conejos Bustos, encargado y ayudante del coto respectivamente, nos ensillaron 3 caballos criollos para partir hacia el atardecer.Martín todavía estaba estupefacto por el 14, ya que me confesó que no es frecuente avistar un macho así desde la camioneta. Los caballos eran mansos y enfilamos hacia un rincón del campo donde habíamos visto el 14 esa misma mañana. Sin embargo empezaron a bramar varios machos a eso de las 7 de la tarde y justo a nuestras espaldas. Los mugidos surgían en todas las direcciones. Olvidamos el 14 y ahora dimos la vuelta buscando el monte. Llegamos al borde del bosque de caldén y atamos los caballos a unos piquillines, rodeados por sombra de toro. Árbol preferido del ciervo para quitar la felpa de su cornamenta. Un macho bramaba a una distancia que parecía a 500 metros de nuestra posición. Pero el Guía nos explicó que las distancias engañan a todos los cazadores ya que hay médanos y grandes lomadas que producen un eco muy confuso, según donde se produzca el bramido. Entramos al bosque caminando en forma muy sigilosa. Cada 10 metros frenábamos. Esperábamos que el bramido nos guíe hasta la ubicación del ciervo. Hubo tres claros mugidos roncos, pero luego el ciervo se enmudeció como si supiera de nuestras intenciones. Paso una hora y nada. El macho no bramaba más. Nos quedamos un largo rato escuchando los mugidos que emergían de los campos vecinos y viendo como el sol se escondía en el horizonte, justo detrás del monte. Al emprender el regreso hacia el casco, un rebaño compuesto por 10 hembras de antílopes y 2 machos bien negros saltan el alambrado buscando la protección del monte. Con suerte ya los volveríamos a encontrar. Estaba muy oscuro para intentar algún rececho. Los antílopes frecuentan los pastizales y terrenos abiertos, ya que gracias a su sagaz vista pueden divisar sus enemigos naturales a gran distancia. Al día siguiente nos esperaba un día muy intenso.
Fuimos recibidos en un ambiente muy cálido y familiar. Nos sentimos como en nuestra propia casa. Este coto todavía apuesta y trabaja con cazadores argentinos y a tarifas accesibles. Actividad deportiva que no es frecuente encontrar en otros establecimientos pampéanos, de características más exclusivas y de precios exorbitantes. A la mañana muy temprano, salimos nuevamente a caballo. Resulta que hacía tiempo no montábamos. Era obvio para Fernando, nuestro especialista cocinero, según el,... "parecíamos pingüinos al caminar".
SEGUNDA OPORTUNIDAD CON EL REY DEL BOSQUE
A las 5.30, nos dirigimos hacia la avena ubicada en el fondo del campo. Sí, otra vez los chanchos haciendo estragos, pero esta vez estaban sobre un mijo. Martín ya preocupado porque el destino del sembradío son sus terneros y no los jabalíes. Comenta: ..."Menos mal que no esta Chichito, mi padre".... De repente un bramido muy intenso nos obliga a desmontar y comenzar el rececho internados en el bosque. Unas hembras salen corriendo detrás de unos caldenes. Aparece un macho pero que no estaba a distancia de tiro, sale del monte y al trote se dirige al cuadro de los chañares. Esteban y Martín comienzan a seguirlo caminando sigilosamente. Yo me quedo esperando tieso, para no provocar muchos ruidos. El Guía empieza a mugir con su bramador (un cuerno de vaca) y lo hace a la perfección. El macho le contesta tosiendo en dos ocasiones. Al instante escucho un sonido ensordecedor, clásico del 300. A los 10 segundos otro tiro. Al ratito Martín me pega un grito para que me aproxime. Era un 11 puntas majestuoso, astas robustas y muy lindo perlado. Corrió herido desde los chañares y cayó con el segundo tiro en una picada, por suerte antes de entrar al monte tupido. El primer tiro estaba muy bien pegado, con bala Winchester de 180 grains. El animal tenía mucha energía. Según Martín fácilmente alcanzaba los 200 kilos de peso. Luego fuimos a buscar los caballos y pronto la camioneta para cargar el pesado animal. Esteban utiliza en su fusil una mira Meopta 7 x 50.
ANIMALES ESBELTOS Y AGILES
Al día siguiente era mi turno . Mi fusil para estos animales más livianos es un 7,62 x 51, con una mira Bushnell 3-9 x 45. En vez de partir a caballo, fuimos en la camioneta. Martín me dejó apostado en la picada de un monte por donde suelen pasar y cruzar por el alambrado. Es decir, desde el monte de caldén hacia los médanos, donde frecuentan comer durante las horas del día. Silla, binoculares, termo con café, fusil y nada más. En tres horas, a las 10 de la mañana me pasaría a buscar. El se fue con Esteban en busca del ya famoso "14 puntas". Al rato veo una gran cantidad de charitos, ñandúes y un astuto zorro procurando su almuerzo entre estas aves corredoras. Por el pasadero asoman 4 hembras de antílopes pero ningún macho.
Esa misma tarde practicamos acecho, pero probamos suerte en otro lugar del campo. Esta vez Martín me acompañó al potrero de los médanos, pasan algunas hembras y un macho corriendo. Por fortuna se detiene arriba de un colina, ostentando orgulloso una figura esbelta y bonita. Por mis prismáticos aprecio unos cuernos interesantes. Martín me indica por señas que lo siga y lo rodeamos por un costado, con el viento siempre de frente. Caminamos escondidos entre la espesura de un fachinal, que esta vez era nuestro aliado. Finalizado el recorrido, Martín me dice al oído que ahora el antílope esta ubicado abajo del médano. Me aconseja que me adelante yo sólo cuerpo a tierra hasta distancia razonable. Efectivamente, me arrastré 50 metros y apunte tranquilo al codillo. Al sonar mi .308 el macho cae desplomado exactamente en el mismo lugar. Martín grita;..." Cayó, cayó, no lo puedo creer. Pegaste bien, te felicito".... La distancia del disparo fue de 150 metros aproximadamente. Caminamos hacia el animal. A pocos metros de llegar se levanta. Que sorpresa. Hizo falta un segundo disparo que impactó en el cuarto trasero para detener su corrida. Sus espiralados cuernos midieron 40 centímetros. Su piel era de color negro matizado con marrón. El rececho programado por el Guía resultó a la perfección. En ese instante sentí una mezcla de satisfacción y alegría, aunque debo confesar también,... algo de melancolía. Mucho respeto ante tan bello animal. Calculamos que pesaría 35 kilos aproximadamente.
La despedida fue cena que Fernando nos deleitó con solomillo de jabalí al champignon, puré y ensaladas de todo tipo. En "El Inicio" se respira un aire de tranquilidad, pasión y respeto por la naturaleza.
Ojalá siga habiendo, en esta preciosa provincia de caldenes, muchas familias Domecq que abran sus tranqueras a los cazadores argentinos. "La buena puntería por si sola, no hace al cazador. Quien no sepa hacer nada más, mejor será que se quede en casa. Pero quien disfruta de la fauna y del bosque, incluso cuando no resplandece el fuego ni se oye el fragor de las armas, y sale también en tiempo de veda, cuando la campiña y la foresta están heladas o cubiertas de nieve, cuando los alimentos escasean, la necesidad es acuciante y la muerte acosa al venado...Quien entonces la ahuyenta, y cuida, alimenta y protege a los animales, sólo ese merece el título de cazador." (Hermann Lons, La Caza)
Pezcalandia, agradece el material enviado y textos al Sr. Eduardo Galdeano como a todos los protagonistas de esta cacería.
Pezcalandia y su redacción, agradece especialmente por los contenidos e imágenes Sr. Martín Domecq (0291) 154-318343 / (0291) 4885922 (part.)Sr. Fernando Domecq (0291) 154-228929 / (0291) 4534681 (part.)
Fuente Diego E. Laura, Vet.