
A fines de Junio estuvimos en Esquina. En realidad en el Delta formado por el Río Corriente, alojados en la Estancia La Brava que está frente al Arroyo Aguará a unos veinticinco minutos de marcha desde la ciudad. Atilio, anfitrión de la Estancia nos recogió del Puerto y nos llevo a lo que sería nuestra casa durante los próximos dos días. Un buen desayuno y salimos a pescar. Atilio y el guía, para completar las modalidades de pesca que relevaríamos, pescarían con nosotros con carnada y nosotros lo haríamos en spinning, bait cast y con mosca. El dato que habíamos recibido era que había cardúmenes de mojarras desparramados por todo el Delta y que la pesca estaría garantizada. Lo que no imaginamos era la generosidad que ofrecería el río en estas condiciones.
Mojarras y dorados

Cuando las mojarras arriman, por causas migratorias de la especie, los dorados las siguen mostrando su voracidad y angurria. Esta situación sucede alternativamente desde mediados de junio hasta el mes de agosto incluido, todos los años. La visión de este espectáculo de la naturaleza así como el éxito de la pesca tendrá que ver con la localización de estos cardúmenes en ese intrincado mapa de agua que ofrece el Delta de Esquina. Es un festival ver saltar como monedas brillantes a las mojarras corridas por los doradillos o ver en las costas a los caranchos garronear su almuerzo con las que quedan bailando en la costa después de alguna de esas atropelladas feroces. El que vivió alguna vez esta instancia de la naturaleza no podrá olvidarlo.
Día frío y buena pesca

Al llegar y acercarnos a las zonas de pesca elegidas por el guía, teníamos temor porque el día era exageradamente frío. El sol remiso, apenas se lo presentía en un cielo desapacible, triste. Cuando esto sucede, los correntinos dicen que los dorados están duros de boca y por lo tanto les cuesta atacar los artificiales dejando como única posibilidad a la pesca con carnada. Esta vez esa premisa se repitió pero la abundancia de doradillos y cardúmenes de mojarras era tal, que siguiendo esa ecuación, la pesca fue infalible con carnada, más austera con señuelo y difícil con mosca, pero aún, todo fue abundante.Nuestra zona de pesca.Pescamos en la zona comprendida entre el Arroyo Aguará al oeste, el Río Paraná al este, el Arroyo El Toro al Norte y la ciudad de Esquina al sur. Una extendida zona de pesca donde el gasto de combustible es una obligación. Cuando contraten en Esquina adviertan que no quieren dejar de ir a algún lugar por falta de nafta. Por supuesto deben de hacerse cargo de uno o dos tanques mas de combustible, pero ¿cuantas veces al año van a pescar dorados como para fijarse en este gasto que suma pesca y diversión?. Si van a la Estancia La Brava allí tendrán todo incluido (alojamiento, embarcaciones, guías, servicio de cocina, luz eléctrica propia, canilla libre, etc) y estarán cerca de la zona de pesca Piques y capturas. Mientras armábamos la cañas de mosca Atilio y Horacio ya habían subido, con carnada, dos o tres dorados. Los playados que estaban a la vista en esa primer parada mostraban bulos y corridas de doradillos que no paraban de cazar. Bajamos a una esas playas y comenzamos la tozuda tarea de lanzar nuestras moscas. Usamos en los dos días líneas de hundimiento y de flote indistintamente y los piques se dieron en ambas. Quizás sacó alguna ventaja la línea de flote, porque el dorado caza en agua bajas en las playas de la costa o bañados donde la mojarra busca la protección de la poca profundidad. Durante todo el día fueron incontables los piques y las capturas en todos las modalidades en el orden que señalé. Con el pique tan intenso las morenas fueron escasas y se pudo suplir con éxito y sin notar la falta, con un eficiente mojarrero que ofrecía la carnada que necesitaramos.
Fin del día
La jornada termino a todo orquesta. Paramos en el encuentro de dos correderas provenientes de tres islas que encajonaban el caudal del río. Anclamos justo detrás de los remansos. Los piques no dejaban apoyar las carnadas en el agua. Atilio con un señuelo tipo mojarra mostraba, que aunque algo menos que con carnada, también los artificiales grandes eran eficientes. Nosotros, con las moscas, intentábamos llegar a donde se sucedían los piques pero terminamos con muchas clavadas en falso y sin ningún dorado en ese festival de depredación natural. El fin del día nos sorprendió en esta bacanal y volvimos con la última luz satisfechos de una buena pesca.
Nuevos amigos
Al segundo día habían llegado nuevos clientes a la Estancia. Decidimos encontrarnos para almorzar todos juntos. La mañana era gris. Las nubes gordas y sin prisa enfriaban con su tristeza aun más la baja temperatura del día. Nuestra experiencia anterior les dio ánimo a los recién llegados. La pesca no decreció en todo el día. Cuando nos encontramos para almorzar en la confluencia del Arroyo el Toro con el Río Paraná, todos habíamos tenido el mismo resultado. Los pequeños acantilados que borden al Río Paraná fueron motivo para que Julio y Yo lanzáramos nuestras moscas paralelas a la costa logrando furibundos piques y un dorado que alegró el almuerzo.
Fuente Enrique Gómez
Solo recordamos a nuestros lectores que si o si debemos pescar con devolucion, siempre!!!! no utilizar señuelos de triple anzuelo ellos dañan la pieza y por mas que la regresemos algua, si esta muy herida todo es en vano, seleccione señuelos o la modalidad Fly la cual si aun no incursiono les comentamos que es apasionante. Mas adelante les contaremos como las especies toman el señuelo, carnada, la mosca y el daño que estos ocasionan si no se los maneja con debida cautela y presicion. Recuerden que los estamos retando, pero siempre en pezcalandia es un lindo dia...
Por Jorge Vicente