
En época de feriados la mayoría de los amantes de la actividad elige sitios donde pueda realizar la pesca de costa. Para recordarles fuimos a casi todos los lugares de costa cercanos a La Plata, pero quisimos reeditar una nota en el puente el destino junto a Néstor Sosa y Juan Bravi; pero esta vez con una particularidad nos tuvimos ir mucho antes de terminar la pesca a causa del comienzo de una nevada, increíble pero real. De todas maneras pasamos un día magnifico.Cada vez que visitamos a este pesquero nos da una sorpresa, le cambian el curso con el trabajo de las dragas y las maquinas niveladoras que están trabajando en la remodelación del puente y del mismo río salado.El lunes 9 de julio, feriado para los argentinos, cuando visitamos la zona nos encontramos con un panorama totalmente diferente. con dos vertientes, aguas arriba del puente del lado derecho si venimos de Lezama.
Para llegar a Puente El Destino debemos tomar ruta 2 hasta la rotonda de Lezama, desde allí doblamos a la derecha por ruta 57 y tras recorrer aproximadamente 14 kilómetros nos encontraremos con el río Salado. El puente lleva el nombre homónimo al paraje que se encuentra un kilómetro antes, donde se puede observar un cartel que dice paraje El Destino.Luego de acomodarnos rápidamente, el primer intento lo realizamos en la margen derecha del puente, antes de cruzarlo. Recorrimos por un camino de tierra hasta el final del mismo casi donde se termina la calle cortada por la obra. La correntada se mostró bastante fuerte, con mucho pasto y otros elementos en suspensión, algunos afirman que esto es producto de las máquinas y la draga que trabaja en el lugar, con el objetivo mencionado anteriormente.Luego sí optamos por intentar desde arriba de un terraplén formado por la obra, entre el río y el puente. Así armamos los equipos que consistieron en cañas de 4.00 a 4.20 metros, reeles frontales cargados con nailon del 0.22 y las líneas de tres boyas chicas yoyo o con una incorporada en la madre, con anzuelos N° 3. La carnada fue mojarras que llevamos de Juan elegidas especialmente por él para no llevar grandes.La correntada continuó fuerte tal como se había anunciado de entrada; las líneas deambulaban de un lado hacia otro y no se movían como era debido, por lo que tuvimos que cambiar varias veces para dar con la correcta, aunque esto no resultó una tarea fácil.
Ya había varios pescadores, los cuales no tenían los elementos adecuados para este tipo de pesca, solo dos con las líneas adecuadas pescaban bien.
El lugar era muy chico para tantos pescadores, así que tuvimos que ingeniarnos para no enganchar al de al lado. Los pejes variaban entre los 18 y 22 cm, con algunos que llegaba a las perdidas de 25 cm, pero no de mayor porte. Luego de un rato el lugar se complico y dejamos de pescar para buscar otro.
Fuimos de la otra margen del río cruzando el puente, aquí a pesar de tener menos espacio estábamos solo con un par de pescadores de Lezama.
Algunos pejerreyes medianos, aunque a juzgar por la línea y el tamaño del ejemplar nada invitaba a pensar que allí habría más oportunidades.
Caminando por debajo del puente nos encontramos con un remanso de aguas claras, formado entre el cauce del río y el agua que salía del terraplén de piedras, el cual lograba un remolino por afuera. Esto hizo que en un rectángulo de 20 por 40 mts donde se daban las condiciones para poder pescar.
Sin tardar armamos los aparejos. El viento nos favorecía al ser del sudoeste nos daba de espalda, al menos no se sentía tanto el viento. Juan tiró para el centro del remolino y debajo que llevase a su línea para afuera del mismo, cuando paraba la línea tenía pique de pejes chicos a medianos.En cambio Néstor, unos metros más abajo ceca del puente capturaba algunos esporádicamente, y erraba más de los que pescaba, unos de los pescadores de Lezama con filet de pejerrey ni siquiera un pique, lo que indicaba que comía solo mojarra.Cuando la pesca se había puesto buen, nos encontramos con el Martín Tamborenea (pescador del Club Río de la Plata), que también mostró todas sus cualidades de buen pescador, en apenas 20 minutos ya había sacado casi como nosotros. El comenzó con panzudo y luego con filet de dentudo teñido con colores rojo y verde, con resultado dispar.
Lo que pudimos ver es que solo se pesca cerca de esa cascada o terraplén donde el agua baja con mucha fuerza, en el resto del río solo algunos pejerreyes, nos falto recorrer para el lado del rincón del toro para ver como rendía. Aquí debajo del puente sin ser pejes grandes sobran a pesar trabajo de las dragas y la nevada.
Agradecimientos a Hugo Gallo y Sra. por el contenido del relato de Fabian Macrinos

