lunes, 3 de septiembre de 2007

Chalecos inflables

No muy vistos en nuestro medio, los chalecos con salvavidas incorporado juegan un papel muy importante en la seguridad del pescador.
Los pescadores conocemos las ventajas de usar un chaleco de pesca durante nuestras salidas. A diferencia de la clásica valija, el chaleco nos permite transportar encima el equipo necesario gracias a sus múltiples bolsillos y anillas, a la vez que tendremos una mano libre para afirmarnos cuando nos desplacemos de un lado a otro durante un vadeo o en un bote, mientras que con la otra sostenemos la preciada caña. Pero existe otro modelo de chaleco no muy visto en nuestro medio: el que incorpora un salvavidas inflable del tipo herradura. Así, esta versión tiene la ventaja de otorgar la seguridad a la que los pescadores, en su mayoría, le rehuyen cuando se trata de utilizar un chaleco salvavidas tradicional, por una cuestión comprensible aunque de ningún modo justificable: estos son incómodos y dificultan los movimientos naturales de la pesca, principalmente uno tan delicado como fundamental: el lanzamiento.
Pasemos a su descripción. Al igual que los chalecos de pesca comunes, tienen múltiples bolsillos y anillas de metal o plásticas donde llevar el equipo necesario. La diferencia radica en que son más gruesos debido a la cámara que se mantiene plegada entre las caras externa e interna de la prenda: una “U” invertida que nace en la cintura, sube por el pecho, rodea la nuca y baja hacia la cintura. Pero de ningún modo son rígidos e incómodos, por el contrario resultan muy flexibles. Hay dos formas de inflado disponibles para estos chalecos: manual, que incorpora en la zona más cercana a la boca un tubito por el cual se insufla a la cámara el aire necesario para mantenerse a flote; y automática: al accionarse con una manilla, el sistema perfora un cartucho de aire comprimido que termina inflando el pulmón de goma del chaleco. Como esta cápsula alcanza sólo para un uso, siempre conviene adquirir un par de repuesto. Al comenzar la salida es necesario darle al chaleco un preinflado, leve para que no moleste, de modo que pueda flotar con lo mínimo cuando uno caiga al agua. Luego habrá tiempo de hincharlo al máximo. Esto nunca está demás, ya sea cuando nos encontramos a bordo de una lancha o vadeando en zonas de aguas profundas o con corrientes. Al inflarlo por completo, el formato de “U” ubica al usuario en posición de rescate, es decir con el pecho casi paralelo a la superficie y con la cabeza fuera del agua. Pero no sólo es útil para el caso extremo de que alguien caiga al agua, sino que también estimula la confianza de aquellos que no saben nadar o tienen cierto temor de verse en apuros. Se trabaja más distendido y uno se anima siempre un poco a más cuando se sabe resguardado. Lamentablemente, los modelos que se pueden adquirir son importados, ya que nadie se animó a fabricarlos todavía en nuestro país.
Pensando solo en la seguridad del pescador
Existen otros modelos alternativos al chaleco inflable de pesca. Uno de ellos es el formato herradura: una “U” invertida que se sujeta al cuerpo con un cinturón. Cuando no se usa, se lo lleva plegado como una riñonera. Normalmente su sistema de inflado es automático, aunque hay modelos, los menos, que se accionan con la boca. Otro diseño muy visto en los Estados Unidos en un cinturón que viene con un estuche. Dentro se aloja un pulmón inflable que se acciona automáticamente (cartucho de CO2) al tirar de un manillar. Viene provisto de una cinta por donde se pasan los brazos para quedar sujetos a él como si fuera una mochila, pero puesta en el pecho de la persona. También incorpora un tubo para inflarlo con la boca en caso de fugas.

Fuente Diego Guglielmi