
El activista chileno, Gustavo Vergara, quien está a cargo de los botes indicó que “Esta masacre es una barbaridad, tal cómo lo hemos constatado con nuestro equipo de investigación. No se necesita matar las ballenas para poder investigarlas. Esto refleja que la tan nombrada "caza científica" de la flota ballenera de Japón es una farsa y por eso ha sido descartada por la Comisión Ballenera Internacional”.
En una declaración a la flota ballenera, el coordinador de la campaña de Océanos de Japón, Sakyo Noda dijo: “Estamos aquí en el Océano Austral para condenar esta matanza que incluye especies amenazadas, y también para exigir que dejen el Santuario Ballenera Austral y que vuelvan a puerto inmediatamente”. Cuando la flota ballenera abandonó el puerto Shimonoseki, en noviembre pasado, el gobierno de Japón confirmó un sólo propósito detrás de su denominado programa científico: retornar a la caza comercial de ballenas."La población japonesa claramente no está de acuerdo con la caza ballenera que se ha estado llevando a cabo con este nombre científico y con el dinero de sus impuestos” dijo Junichi Sato, líder del proyecto de ballenas de Greenpeace Japón. “Es hora que el Primer Ministro Fukuda ponga fin al escándalo ballenero de Japón, y llame a la flota a regresar a Japón”.
Esta es la novena expedición de Greenpeace al Océano Austral a defender las ballenas, y la segunda en los últimos 12 meses. En febrero de 2007, cuando el fuego que dejó al buque factoría japonés Nisshin Maru incapacitado y con un tripulante japonés muerto, el barco Esperanza de Greenpeace fue el que asistió y luego escoltó al buque factoría fuera de las aguas Antárticas.
Fuente: Greenpeace Argentina