
Al fin llegó el ansiado día, luego de numerosas llamados a nuestro amigo - guía Dario combinamos esta salida de pesca para el último sábado y la verdad que no nos equivocamos porque resultó un día de condiciones muy favorables con vientos leves del sector noreste como lo habían pronosticado.
Al igual que el año pasado, el dream team estuvo conformado también por otro amigo: el gaita Manuel, quien construye estos deslizadores en Mar del Plata con motores de vehículos (AUDI), estos aparatos nos permiten “volar” por sobre los bochones calcarios para llegar rápidamente hasta las zonas más rendidoras.
En Diciembre, la temporada arranco irregular, nos contaba Darío que hubo días en el que el espejo había quedado con tan poca agua que hasta los deslizadores habían tenido problemas para navegar con vientos muy fuertes que “vaciaban” la laguna, sin embargo las mejores pescas se hacen en los meses comprendidos entre Enero y hasta principios de Abril.
Pusimos en marcha el motor, tomamos nuestros gorros para evitar que se desprendan de nuestra cabeza y fueran a golpear las aspas del motor y a partir de ahí comenzó esta travesía/aventura. El ruido es ensordecedor pero la sensación es hermosa, por un momento nos sentimos los Hermanos Wright tratando de imitar una de sus proezas aeronáuticas.
Estos aparatos se desplazan muy rápido tomando por sorpresa a las lisas que huyen despavoridas produciendo bulos y corridas en forma constante, además la transparencia de sus aguas nos permite detectarlas más fácilmente aumentando nuestra adrenalina. No conocemos un pesquero con mayor concentración de cardúmenes de lisas, lo que acrecienta las posibilidades de éxito sabiendo que es una de las especies más difíciles pero a la vez fascinantes.
Pescadores mañosos
Los liseros son pescadores muy especiales, extremadamente detallistas y estudiosos de esta especie, han logrado descifrar ciertos aspectos claves que hacen que esta pesca sea mucho más factible.
Lucha inigualable
El tema pasaba por incentivarla para que pique, moviendo constantemente el multifilamento. Un poco nervioso, tratamos de atender a todas las indicaciones que nos dieron, en primer lugar cambie la carnada que estaba completamente lavada y comida por pejerreyes, si pejerreyes entre 15 y 25 cms que hay en cantidades asombrosas y descarnan el peceto coloreado de rojo. Nos indicaron el lugar donde estaba comiendo la lisa, a pesar de que había cantidades industriales, solo picaban en un determinado sector, errar 2 metros a esa posición, significaría no tener éxito, por lo que tratamos de acertar en el lanzamiento. Realizamos un buen lance, depositando el aparejo donde nos indicaron y esperamos…, tuvimos varios piques pero eran pejerreyes por lo que no cañamos, seguimos esperando hasta que se produjo un pique distinto, esta vez se sentía como si el pez comiera realizando cabezazos (lo llaman “tongo”) que se evidenciaban en el multi y en la caña, clavamos: pique errado, no hay que clavar, solo levantar la caña porque la boca de la lisa no aguanta. Renovamos la carnada y lanzamos al mismo lugar, la espera duro poco, esta vez solo izamos la caña y la respuesta del otro lado se transmitió fuertemente a través de este liviano equipo.
Luego de una excelente pelea pudimos lograr la primer lisa, era chica de unos 800 gramos, pero era de la especie y rompía el maleficio.

A partir de ahí, cambio nuestra suerte y se sucedieron los piques, siendo el punto máximo un doblete logrado por el guía y quien le escribe, logrando 2 lisones de 2,500 y 2,700 kg, verdaderos torpedos imparables que nos regalaron enredos y corridas inolvidables. Entre las 10:30 y las 14:30 horas, obtuvimos 25 capturas de muy buenos portes, luego el viento se intensificó demasiado enturbiando el agua y las lisas cambiaron de actitud, estaban asustadas y dejaron de comer, así de sensible es esta pesca, donde el menor cambio puede ser perjudicial.
Estos torpedos pelean tanto que hay que trabajarlos con la estrella correctamente regulada para lograr cansarlos, solo se entregan cuando están totalmente extenuados.Una sola captura, le deja al pescador un sabor inigualable por la potencia y la furia de sus corridas. Aquel que pesque una por primera vez, quedará marcado para siempre.Sabemos que se trata de una pesca muy difícil, pero aquí en Mar Chiquita, las chances se incrementan.
Por Gabriel Lopez