
Nos cuenta Nicolás que la experiencia indica hoy por hoy, (aun no tenemos el factor) a la hora de salir de pesca contemplar las dos opciones. Colocamos tres cañas en popa, una generalmente se la libera con unos 100 metros de línea lo que genera en el señuelo una profundización de alrededor de 7 - 8 metros, la otra se la coloca a unos 50/60 metros que a esta distancia logra profundizar los señuelos a unos 4-5 metros y la ultima en el medio, esta trabaja en la estela del barco y la turbulencia genera cierta atracción en los limones.
El limón toma el engaño, en una primera instancia realiza una estampida y corrida hacia el fondo en busca de las piedras, es una mordida muy violenta y hay que aguantar sin generar ningún tipo de clavada, dejar que libere lo que permite la tensión del freno del reel, corremos el riesgo de desgarrar el labio, seguidamente y con cautela, a medida que va cediendo se comienza a recoger línea, siempre teniendo la precaución de no perder la tensión en la línea, si reitera el pedido de nylon hay que dejarlo manteniendo la caña firme y mas aun, cuando lo acercamos a la embarcación, en ese momento comienza una nueva estampida con un potencial increíble.
Importante el tip de la clavada, muchos pescadores piensan que se hace más incisiva y asegurar la captura, error, con el limón todo lo contrario, tiene una boca retráctil con labios de gran dureza, entre estos tienen una comisura muy blanda, que con el cabeceo, tironeo y con acentuar una clavada solo generamos que esa membrana se desgarre, dejando el anzuelo bailando y al primer cabeceo se pierda la pieza.
Los limones tienen un patrón de comportamiento bastante irregular, se mueven en grandes cardúmenes, y se detectan con ecosonda, podemos estar sobre ellos y muchas veces ignoran nuestros cebos, artificiales o naturales. Su alimentación es irregular, en distinta profundidad, dentro de una misma jornada, lo hacen en superficie, media agua y cuando más difícil es capturarlos a fondo.
El limón es una especie migratoria que se encuentra desde fin de noviembre hasta mayo, desde el sur de Brasil, en éste período en nuestras costas permanece la corriente cálida de Brasil. Como podremos observar realiza un largo y desgastador viaje y como no se alimenta en todo su trayecto toca nuestras aguas sumamente hambriento, es por eso que la mejor época para pescarlos es durante sus períodos migratorios, después su frecuencia alimenticia es irregular.

Nuestro mejor tip es la elección de su operador local o guía de pesca. Mariano de la Rua, Capitán de Aquafish, los guiara y les asegurara una jornada espléndida, no dejen de visitar el site desde nuestra tienda virtual, haciendo click en Aquafish.
Por: Jorge Vicente
Staff Pezcalandia