domingo, 11 de mayo de 2008

Cartografía y técnicas de Orientación y Navegación Terrestre

Desde hace unos años, a través del Centro que fundé y del cual soy Director, venimos dictando una serie de cursos orientados a preparar personas que necesiten realizar actividades de aventura y deportivas mayormente, al aire libre (outdoors), relacionadas con las disciplinas deportivas de Paracaidismo (Aire), Cartografía, Orientación y Navegación Terrestre - Supervivencia para zonas de selva, monte y bosque (tierra), Buceo (agua) y Búsqueda y Salvamento –SAR- (aire y agua), etc. Los mencionados cursos los dictamos en forma teórica (aula) y práctica (terreno) en idioma español y en inglés también, ya que me especializo en traducciones de manuales de paracaidismo de Estados Unidos y Europa para el Inspector Nacional de Paracaidismo de la República Argentina (dependiente de la Fuerza Aérea Argentina) y además, realizo traducciones en forma independiente sobre Cartografía, Orientación, Navegación Terrestre y Supervivencia para cualquier tipo de terreno (Selva, Monte, Desierto, Montaña, Agua y Zonas Extremas. En lo que a mi respecta, mi especialidad primaria es aquella de dictar cursos de Orientación y Supervivencia, del cual soy Instructor certificado, en las modalidades teórica y práctica, algo que me apasiona. Siempre he trabajado tanto en forma independiente como para dictar clases, con la cartografía local oficial, es decir, con cartas topográficas a distintas escalas, pertenecientes al Instituto Geográfico Militar argentino (I.G.M.).
Ahora, cambiando un poco de tema, hace un aproximadamente un mes, hubo un punto de inflexión en mi vida porque tenía pensado ir a ascender el Volcán Lanin (Provincia de Neuquén – Argentina) y después cruzar a Chile a ascender el Volcán Villarrica, algo que no resultó ser así porque junto a un amigo montañista decidimos cambiar el lugar donde ir. Así fue que viajé por tercera vez a la Patagonia Argentina (Ushuaia) donde hice actividades deportivas de Trekking en terrenos naturales de sierras, montañas y glaciares y posteriormente, nos dirigimos hacia la Patagonia Chilena, precisamente, al Parque Nacional Torres del Paine (ubicado cerca del Glaciar Perito Moreno del Parque Nacional Los Glaciares, quien este se encuentra del lado argentino), a recorrer maravillosos lugares naturales característicos de esa zona, donde se destacan Los “Cuernos del Paine” y “Las Torres del Paine”. A estos bellos y pintorescos lugares naturales se los puede conocer mediante el recorrido de un circuito del terreno, a través de senderos que conducen hacia distintos campamentos establecidos estratégicamente, donde desde un extremo del circuito se puede observar la imponente figura de piedra de Los Cuernos del Paine y desde el otro extremo del mismo circuito, se puede observar la imponente belleza natural de las Torres del Paine.
Para recorrer ese circuito en el cual junto a mi amigo montañista y corredor de carreras de aventuras, Alejandro Routurou hicimos, debimos comprar un mapa que en realidad, por las características técnicas de impresión que el mismo representaba en el plano, podría decirse que era similar a una carta topográfica de Torres del Paine, aunque el título del mapa dice textualmente “Torres del Paine – Trekking Map”, se vende como un “Mapa de Trekking”. El mismo lo adquirimos en un negocio de la ciudad de Puerto Natales (Chile). Con la carta en mis manos, comencé a hacer la lectura e interpretación de su información y enseguida noté que el mismo había sido diseñado para que el lector adquiera una muy buena información en forma clara y comprensible en idioma español e inglés. Noté que estaba bien representada por medio de dibujos que facilitan una buena orientación al aventurero, desde hostales (en el sur de Chile no le llaman “hosteles” ù “hosterías” como en Argentina), pasando por aquellos servicios que se ofrecían en los campings, como aquello muy importante para uno mismo, que era conocer con que tipo de terreno físico y altitudes se encontraría en otros campamentos. Los datos provistos eran aquellos de distancia, tiempos de marcha, como asimismo, importante información acerca de las variaciones de altitudes representadas por las curvas de nivel, ubicación de los campamentos, de glaciares, de lagos y lagunas, donde había una cuesta o un acarreo importante que pudiera demorar el paso durante un ascenso. Aquello que me llamó la atención es que traduciendo al español el significado de lo que en la cartografía oficial de nuestro país se conoce como las “curvas de nivel” o líneas de contornos, el mapa de esa zona de Chile lo presentaba como “intervalos de contornos”. De todos modos, no interesaba porque el fin era el mismo.
Así fue que esta pequeña inquietud tuvo su respuesta porque en los días siguientes en que permanecimos en algunos campamentos de Torre del Paine solo para pernoctar, entablamos amistad circunstancial de acuerdo a la actividad común que todos hacíamos, con muchos extranjeros (éramos los dos únicos argentinos en medio de aventureros procedentes de España, Chile, Japón, Inglaterra, Italia, Australia, Irlanda, Escocia, Estados Unidos, Israel, Alemania, República Checa, entre otros). Entre ellos estuve con tres aventureros europeos y una chica procedente de Norteamérica pero fue con uno de ellos, de nombre Kálendar, un europeo a quien conocimos durante la cena en un Campamento, quien este se encontraba junto a un matrimonio irlandés, a quien después de mantener una charla sobre el tipo de terreno de la zona, le ofrecí dictarles nociones básicas de “Cartografía, Orientación y Navegación Terrestre”, accediendo éste inmediatamente porque quería conocer como se leía una carta topográfica (según noté de antemano) y como se utilizaba una brújula para orientarse en un terreno y llevar a cabo una navegación terrestre. Así fue que nos sentamos en un comedor del campamento y comencé a dictarle totalmente en idioma inglés, lo básico que requería explicarles algunas técnicas y métodos sobre Orientación, Navegación Terrestre y sus métodos en forma Artificial, Natural, Diurna y Nocturna. Para ello, extraje de mi mochila aquellos elementos de escritura que un orientador y navegante terrestre siempre deber tener a mano por cualquier circunstancia: birome, lápiz, goma de borrar, papel, regla y transportador, además de dos brújulas y un navegador satelital GPS, que utilicé varias veces para comprobar la posición geográfica y altitud de los campamentos del circuito marcados en la carta, por medio de la lectura de las coordenadas geográficas (meridianos y paralelos). Así fue que Kálendar comenzó a aprender a leer la información contenida en la carta o plano y posteriormente, como debía conocer la ubicación un navegante terrestre tanto en la carta topográfica como en el terreno, por medio del método de “triangulación inversa” (intersección) y a partir de ahí, diseñar un itinerario en la carta para materializarlo en el terreno. Después de esta “mini clase”, este señor nunca mas se despegó de Alejandro y de mi, no solo porque quería seguir aprendiendo sobre estas técnicas sino porque a veces lo invitábamos a comer con nosotros (me decía: -Gabriel, explícame como se usa el compás en la carta de navegación-). Precisamente y saliendo un poco del tema, hace unos días mientras me encontraba en Buenos Aires, encontré de casualidad a una chica europea acarreando su mochila grande, quien recién llegaba de ese mismo lugar (había estado con nosotros en Torres del Paine) y comenzamos a contarnos nuestras experiencias del sur. Entre tantas cosas, me había contado que este hombre (Kálendar) también estaba detrás de ellos, pidiéndole comida cuando llegaba el almuerzo y la cena. Y era su compatriota! Así y todo, nos quedó un buen recuerdo de este señor. Volviendo al tema: acerca de la topografía perteneciente a Torres del Paine, la misma se compone de cerros y montañas de baja y media altitud, algunos nevados en su cima, con presencia de algunos arbustos y bosques abiertos en algunos tramos del circuito, con lagos de diversos colores en las tonalidades esmeralda, verde y celeste. Durante el Trekking que realizamos para dirigirnos hacia los distintos campamentos del Torres del Paine, para completar un circuito en el terreno que por la formación natural que tenía, si se miraba ese circuito desde la misma carta topográfica, los senderos dibujados que unían a los distintos campamentos, formaban una letra “W”, en mi caso, antes de partir de un campamento a otro, estudiaba el terreno por venir a través de la lectura e interpretación de la información del mapa. Lo importante también fue que pude constatar por medio de charlas mantenidas con muchos extranjeros, es que todos teníamos el mismo tipo de carta de la zona y además, no existía el peligro de poder perderse en el lugar porque el camino estaba muy bien señalizado. Eran normal cruzarnos con trekkers que iban y venían hacia las distintas direcciones de los campamentos, con quienes era usual ante nuestro visible cansancio a veces, preguntarles la distancia y tiempo aproximado para llegar a un campamento.
De este viaje tengo el fresco recuerdo no solo de los bellos lugares que conocimos y recorrimos, sino del grupo de personas con quien entablamos amistad, con quien ciertamente formamos una familia de aventureros porque a cada campamento al que íbamos a pernoctar, siempre éramos los mismos. Siempre nuestras charlas y preguntas se centraban desde consultarnos algo, pasando por contarnos nuestras experiencias, inclusive de nuestros países de origen hasta mantenernos en alerta para cuidarnos nuestras pertenencias personales dentro de las carpas.
Me gustó el lugar y mucho y haciendo un análisis acerca de si una persona puede orientarse en el eventual caso que se pierda, para llegar a buen destino, creo que puede hacerlo pero todo depende de factores subjetivos relativos a su experiencia, estado de ánimo y salud. En ese terreno uno puede orientarse por la salida del sol (conocer los puntos cardinales) como también, puede orientarse siguiendo huellas viejas o nuevas de calzados y marcas de las puntas de los bastones de Trekking, donde en algunos tramos había barro y en otro no, aunque las huellas, pueden conservarse durante dos días como mínimo, según mi estima de acuerdo a factores como el clima y los permanentes vientos. Si uno se pierde y no posee agua para hidratarse, abundan fuentes naturales de agua que se puede obtener de Los lagos Grey (existe un glaciar de ese mismo nombre también), Nordenskjold, Los Patos, Skottsbergs, Ríos Olgún, del Francés, del Valle Bader, del Arriero, Asencio y otras fuentes de agua menores que se encuentran al paso del circuito de la “W”. No hace falta potabilizar el agua de los lagos y ríos porque es un recurso natural que no se encuentra contaminado pero si, debería potabilizarse el agua de algunas fuentes de agua menores que se encuentran al lado o próximo a los senderos, debido que he visto huellas de caballos en algunos senderos y es muy posible que las heces de estos animales hayan contaminado esa agua.
Para cerrar esta nota, dejo en evidencia que me gusto el interés que se le dio al diseño y la carta topográfica del lugar, con datos muy precisos en lo que respeta a la topografía del lugar, servicios ofrecidos, tiempos y distancias de recorridos entre campamentos, etc.
Gabriel Esquivel
Staff Pezcalandia
Director de NORTHLATITUDE