miércoles, 4 de junio de 2008

Pesca en el Corcovado - Chubut

Luego de varias idas y venidas con respecto al destino que tomaría mi cierre de temporada y tras una nueva invitación por parte de Leo Mareque y Meche Dal Bianco, ambos amigos de La Pampa, decidí tomar el desafío personal de volver tras los grandes arco iris chubutenses, que a decir verdad me habían dejado con las ganas el año pasado. Casi sin darnos cuenta y habiendo recorrido más de 2000 kilómetros desde Córdoba, nos encontrábamos ya en Río Pico, pueblo de destacada fama entre los pescadores actuales. Desde aquí, subimos 44 km más por camino de ripio llegando a nuestro primer destino: El nacimiento del río Corcovado y su boca sobre el lago Vinter. Al llegar, el otoño nos recibía con su paisaje de lengas rojizas y húmedas. El amanecer lluvioso ya comenzaba a abrirse dándonos augurio de buen tiempo para las jornadas venideras. La calma de la tarde planchó el lago y nos decidió a intentar esas últimas horas en las piedras cercanas de la boca, donde luego de un rato clavamos unas lindas fontinalis, buen comienzo para estirar las líneas y calmar un poco la ansiedad del viaje. Una enorme y luminosa luna llena asomaba entre los cerros, esa noche, al igual que las sucesivas nos brindarían momentos únicos de amistad, brindis entre risas e intercambio de experiencias, el lugar de encuentro para la familia de pescadores que pueblan “la boca” durante estos últimos días de temporada. Pero esto merece un capitulo aparte. El amanecer al día siguiente nos despertó con un cielo azul haciendo bandera con el fondo blanco de la helada, salimos a pescar entre la bruma espesa dirigiéndonos directamente a los pozos de río abajo. Con las camionetas llegamos hasta el conocido pozón del Llao Llao y desde allí nos distribuirnos aguas arriba y abajo, pescando entre otros el Joaquín, la pasarela, el Fisher, la Parrilla y el Guacho. Concluimos la mañana con buenas fontinalis aunque las arco iris brillaban por su ausencia. La tarde no fue distinta, “las mimosas” como las llama Paulino a las fontinalis aparecieron nuevamente, dentro de las que destacamos una de Pablo que alcanzaría casi los 3 kilogramos. El día siguiente decimos regresar a Río Pico para pescar una laguna conocida como “La isla”, espejo que forma parte de una serie de lagunas que se encuentran entre el lago 1 y el lago 2. Tras transitar varias horas por caminos difíciles, llegamos al lugar. Rápidamente algunos decidimos probar en las costas despejadas de vegetación, mientras otros inflaban los flotadores pataleando en busca de los juncos. La tarde nos encontraba reunidos con experiencias variadas, algunos no habíamos tenido ni siquiera un toque mientras que otros habían clavado varias, siendo la frutilla un espectacular macho de unos 7 kilogramos que logró capturar “el Doc” Perico, desde las piedras. La noche nos hacía nuevamente acampando. Al día siguiente algunos decidimos madrugar para pescar temprano la boca, pero al bajar, divisamos en la penumbra las siluetas de otros pescadores que ocupaban ya los mejores lugares, por lo que tuvimos que obviarla y salir directamente aguas abajo del puente llegando hasta el famoso pozón conocido como “el Paniza”. Allí tuve el primer encuentro con una de las grandes arcoiris que me habían llevado al Corcovado, tomó una “kristal bugger oliva” derivando a la mitad de la corredera llevando con fuerza toda la línea hasta el fondo sin parar, la primera reacción que tuve fue gritarle a Meche a la distancia “barraco”, no podía creer lo que tenía clavado, una fuerza descomunal que luchaba y luchaba. Luego de unos 25 minutos de pelea pudimos verla nadar, era una hermosa y pesada hembra que me brindaría uno de los mejores momentos del viaje. Desarmé el equipo, ya era suficiente para mí. Al regresar nos enteramos que en la boca se habían prendido varias, algunas de las cuales imposibles de frenar, pasaron por el otro lado del pilar del puente, cortando y perdiéndose en la blancura de los rápidos. Por la tarde con la alegría y serenidad del cometido, armé nuevamente la caña y decidi repasar una de las correderas que más me gusta pescar, el “agua y energía”, se trata de un canal largo y profundo con mucha correntada donde los streamer trabajan muy bien. Barrimos el lugar pescando dos por cada margen, yo arranque por atrás de los demás y al llegar al sector medio, antes del cable, nuevamente una fuerte tomada al medio del canal y otra vez la corrida, luego de un rato pudimos ver una flecha plateada que subía a mil por la corredera, esta vez se trataba de un macho joven y robusto que tras una sesión de fotos se perdía nuevamente en la corredera, la alegría desbordaba. Con la experiencia hecha, pude comprobar que más allá de técnica y sapiencia que poseamos cada uno como pescadores, la clave del éxito, algunas veces puede pasar por la fe que le tengamos a un lugar, una mosca, etc. El amanecer del día siguiente nos encontraría armando los bártulos y tomando rumbo a nuestro segundo destino, “Laguna de los Monstruos”. Equipos, moscas y otras recomendaciones, en Pezcalandia entendemos como oportunos los comentarios del autor, lo que no asumimos ninguna responsabilidad por el contenido del presente relato. Para cubrir todas las situaciones que se nos pueden plantear lo ideal es llevar una caña #8 y otra #6, o de lo contrario solo una #7 con una línea shooting head de 9 metros, eventualmente más corta. Lo ideal para mi es una Shooting head de Rio modelo Big Boy (24 ft.) de 200 a 250 grains. Armada con slick shooter, esto nos permitirá castear más corto atrás evitando los árboles y profundizar con mayor rapidez, recordemos que es un río relativamente angosto. Para la boca lo correcto es utilizar un Shooting de hundimiento lento, fast 2 o 3. De esta manera podemos hacer una deriva larga hasta el final sin que la línea se frene en el talud de piedras, evitando también la pérdida de moscas. Para los pozones inferiores recomiendo otro shooting más rápido, el fast 6 es ideal. Los leaders que utilizamos son de 7.6 ft.(2,25metros) 1X o 0X. Las moscas que mayor resultado nos dieron fueron streamers tradicionales como Kristal Buggers, Rabbits, Fuzzys, etc. Lo llamativo fue que en general dieron mejores resultados las atadas en las siguientes combinaciones de colores blanco/naranja, oliva/naranja y negro/naranja, por lo que el naranja funciona como gatillo tanto para las fontinalis como para las arcoiris. Como recomendaciones generales podemos citar como fundamental para nuestro confort el llevar un buen equipamiento y ropa de abrigo, recordemos que estamos a fin de abril y seguramente no nos salvemos de fuertes heladas, viento, mal tiempo e inclusive alguna que otra nevada. Para finalizar, no puedo dejar de destacar la labor que desempeña el guardapesca Juan Zimic, un personaje comprometido con el cuidado del lugar y responsable de vigilar celosamente el bienestar de las truchas, haciendo cumplir a rajatabla la reglamentación vigente.
Fuente Gerardo Martinetto
Agradecimeinto Dr Eliceo Martinez