jueves, 24 de julio de 2008

Un tucumano se lució en la pesca de siluros

Fernando Vidal vive en España y experimentó la sensación de capturar un ejemplar de 44 kilos.
Escribió hace unos meses a esta sección para sugerir la posibilidad de sembrar siluros en el NOA. Si bien su intención chocó con las características bionaturales de la región, que no son propicias, aportó sobre el tema en el relato de su experiencia con esta especie. “Fui a pescarlos en el embalse Mequinenza, en Zaragoza”, señaló a través de un e-mail.“En el lugar me esperaba el guía Alexandre Kürten. Pasamos por la localidad de Caspe, donde saqué el permiso de pesca de Aragón (cuesta 9 euros y es por un año) y fuimos al pesquero”, explicó Vidal. “El día no era el más propicio.
El embalse estaba al tope y seguía entrando mucha agua. El viento era fuerte y dificultabala pesca”, remarcó. La captura de siluros se realiza desde la costa y con equipo pesado. La línea es de un sólo anzuelo y la plomada de más de 500 gramos. “No hay lanzamiento. Es el guía quien lleva la línea en un bote pequeño, a 150 metros de la orilla y la tira junto con unos 8 kg de pellets (ceba), que también se usa de carnada”, apuntó.
Según Vidal, los equipos de pesca están cargados con multifilamento de 0,45-0,50 mm (muy resistente) y los anzuelos son relativamente pequeños, un 4/0 “pata corta”.“A las dos horas de haber lanzado las cuatro cañas se dio el primer pique. Luego de varios minutos de pelea salió el primero.
Un siluro de 16 kilogramos, de 1,16 metro. Luego de las fotos y las filmaciones de rigor, se lo devolvió al agua”, relató su experiencia el tucumano. Y agregó: “una hora después, otro pique fuerte y otra una intensa pelea, pero se trataba de una carpa grande, que pesaba 14 kilos”.
Al igual que todos los ejemplares capturados, fue devuelto al agua.
Sin embargo, la excusión de Vidal aún no había finalizado. “Ya a la tarde enganchamos uno de los siluros más grandes. El pique fue bien suave y la clavada vigorosa, y tuvimos que aguantar la embestida. Estos especímenes son lentos pero fuertes, y cuando hay que pelearlos con la línea a distancia, se vuelve complicado traerlos hacia la orilla”, explicó. Para sorpresa, esa lucha de más de 15’ tuvo su premio.
El siluro pesó 35 kilogramos en un cuerpo de 1,63 metro.Entusiasmado, Vidal se quedó un día más en lugar. En esa jornada de pesca sólo se dio un sólo pique, que la suerte transformó en el premio mayor: otro siluro, pero de 44 kilogramos y de 1,76 metro.“Tanto el guía Alexandre como la gente que pescaba cerca nuestro (dos grupos de ingleses y uno de alemanes), todos devolvieron al agua las piezas”, resaltó el tucumano.
Y apuntó que otro grupo que sacó tres carpas las guardó, y cuando sacaron otra más se acercaron todos los guías a esos pescadores y los obligaron a devolverla, ya que tenían cubierta la cuota.“Quiero destacar cómo se cuida el recurso en esta parte de España. Matan lo mínimo.
Si se trata de algún siluro, buscan que sea pequeño porque la intención es preservar el ciclo reproductivo”, señaló. Al mejor estilo del pescador tucumano, no pudo con ese cóctel que resulta de mezclar la satisfacción y la indispensable jactancia en la despedida. “Les mando la foto del último siluro que pesqué; las demás no entraban por que eran demasiado pesadas; saludos”.Por los pesquerosResultados del interno.
El Club Náutico de Pesca y Caza del Personal de la UNT realizó el fin de semana un nuevo concurso interno de pesca de pejerrey. En la categoría A, el primer lugar fue compartido entre Ramón Núñez y Rodolfo Romano Norry, y luego se ubicó Jorge Agüero. En la categoría B se impuso Francisco Delgado, segundo fue Aldo Flores y el tercero lo compartieron Julio Belén y Hugo Franceschi. En categoría menores, el ganador fue Ezequiel Rueda, segundo fue Joaquín Maciel y tercero Julián Torres. El próximo concurso será el interclubes, el 3 de agosto, por la “Copa Amistad”, con el Club de Pesca de Concepción.
Es flojo el pique desde la costa. La pesca de pejerreyes en el dique El Cadillal es efectivo si se realiza embarcado. Si los lanzamientos son desde la costa, es probable que se cierre la jornada con un “sapo”, salvo las pequeñas emociones por algún bagrecito o algún bocacho que se prende en la línea. Para los que pueden acceder a un bote, las zonas de India Muerta y El Cardumen son las indicadas para no fallar.
También cerca del río Tapia y en las adyacencias de la presa 1 y la confitería, en el ingreso al embalse, se pueden lograr piques y tamaños interesantes de las “flechas de plata”. En todos los casos se debe tentar a fondo, con boya anclada o plomada casi al barro.Excelente pique de dorados.
Las últimas dos semanas, el dorado se convirtió en el protagonista exclusivo en el dique El Frontal, en la ciudad santiagueña de Termas de Río Hondo. Según explicó el guía de pesca Carlos Alvarez (03858/156-89-147), realizando trolling por la zona del Toro Mocho, con señuelo atigrado/cardenal de semiflote, se capturaron dorados entre 3 y 12 kilogramos. Incluso se les escapó un ejemplar de más de 15 kg. También por las inmediaciones de los ríos Gastona y Salí se puede realizar una pesca variada con excelentes resultados. A cuatros metros de profundidad se logran bagres y bogas de más de 1,5 kg, con carnada natural. Desde Pezcalandia lo felicitamos a Fernando.
Fuente Fernando Vidal