El alpinista italiano, Marco Confortola alcanzó por fin el campo base del K2, tras permanecer una noche bloqueado en el campo 1 debido a las malas condiciones meteorológicas. Marco es el último de los supervivientes de la tragedia en "la montaña de las montañas".
“Por fin estoy en el campo base. Me siento verdaderamente contento de haber salido con vida”, es la conclusión más importante de Marco Confortola, el último de los alpinistas puesto a salvo en las trágicas jornadas precedentes vividas en el K2.
Acaba así la odisea de Marco, que ya se encuentra en el campo base, tras permanecer una noche más bloqueado en el primer campo de altura a causa del mal tiempo. Han sido cinco días de puro esfuerzo, de dramática supervivencia, que se han cobrado un tributo de 11 alpinistas. Ahora, Marco deberá tratarse las severas congelaciones que el K2 ha impuesto como peaje necesario para todos los supervivientes.
“Confortola se ha salvado por su impresionante fortaleza mental”, aseguraba Roberto Manni, uno de los italianos que apoyaron en las labores de rescate y que acompañaron a Marco durante su descenso.
Sus palabras eran escuchadas por Agostino da Pollenza, que coordinaba parte de las tareas en la montaña. El descenso se tuvo que realizar por completo a pie, pues el helicóptero solicitado para recogerles en el campo base avanzado no podía despegar a causa de la intensa lluvia.
Confortola ha sobrevivido a lo imposible, a una de las mayores tragedias del himalayismo de todos los tiempos. “Ahora solo quiero quitarme las botas”, sugería éste cuando llegaba al campo base, en compañía también de George Dijmarescu, un escalador americano que arrimó el hombro en el rescate del transalpino.
La infinita voluntad de llegar a la base era recompensada con los cuidados del médico estadounidense Eric Meyer y de la asistencia de su compatriota Mario Panzeri. Pero el camino fue inmensamente arduo, pues desde antes de su llegada al campo 1, Roberto Manni, Dijmarescu y los dos porteadores pakistaníes que apoyaron a Marco durante todo el descenso, tuvieron que cargar literalmente con Confortola cuyos pies habían llegado a su límite. "Todavía no sé cómo lo hemos conseguido", reconocía Manni.
”La nieve aquí se pone fea –explica Manni-. Estamos esperando a que el clima mejore para que nos trasladen en un helicóptero pakistaní hasta el hospital de Skardu, donde los médicos evaluarán el estado físico de Marco”.
Así es nuestra montaña: trágica y solidaria. Y por encima de todo, vital.
Marco Confortola
Photo: Fuentes discoveryalps.it -
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