El grupo llegó este jueves en la tarde a la cima del llamado 'techo de América', situado a 6.962 metros de altura, en inmediaciones de Mendoza (Argentina).
Nos han informado en Pezcalandia que cuatro de ellos son discapacitados, lo que implica un esfuerzo extra a esta dura travesía o tour Argentino.
La redacción de Pezcalandia quiere dar difusión de este logro y hacerles llegar desde nuestro medio nuestras felicitaciones, sin duda un orgullo para los Colombianos en la imagen de izquierda a derecha: Juan Loaiza (cabo tercero), Gabriel Cardona (coronel), Santiago Hernández (médico acompañante) y los soldados profesionales Édgar Cardona y Bernardo Prieto.
Una expedición integrada por ex integrantes colombianos del Ejército Nacional que perdieron una de sus piernas llegó este jueves en la tarde a la cumbre del Aconcagua, el pico más alto de América.El grupo de montañeros que en la tarde de este jueves llegó a la cima del llamado 'techo de América', situado a 6.962 metros de altura, está liderado por cuatro ex soldados discapacitados, víctimas de minas antipersona. “El grupo hizo cumbre hoy y están en perfecto estado de salud”, indicaron las fuentes de la embajada de Colombia en Buenos Aires.Todos conforman la denominada expedición 'Huella 2009', una iniciativa de la Dirección de la Liga de Discapacitados de las Fuerzas Militares de Colombia, que tiene como objetivo rendir homenaje a los militares heridos y caídos en combate, según informaron sus organizadores.El grupo había iniciado el ascenso al Aconcagua el pasado día 10 y llegaron a los 6.962 metros de altura este jueves a las 13.10, hora de la provincia argentina de Mendoza (16.10 GMT), según precisó el equipo en un comunicado.
La expedición está integrada por el coronel Gabriel Cardona, el cabo Jesús Loaiza, y los soldados profesionales Bernando Prieto y Edgar Cardona, además del civil Nelson Cardona. Junto a ellos ascendieron los guías Alejandro Bernal y Libardo Arango, el médico Santiago Hernández, la directora de Logística Nubia Bernal y el camarógrafo Luis Carlos Rosero.
Fuente El Espectador - EFE