miércoles, 23 de septiembre de 2009

Parques Naturales de Ischigualasto y Talampaya

En Pezcalandia, tras un rally de autos antiguos de un cliente, recibimos algo mas del turismo para nuestra Argentina.
Ambos parques abarcan una superficie de 275.300 hectáreas en una región desértica de las provincias de San Juan y La Rioja. Contienen la evidencia fósil continental más completa que se conozca del Período Triásico (245 a 208 millones de años atrás).Las seis formaciones geológicas de los parques contienen fósiles de un amplio rango de antepasados de mamíferos, dinosaurios y plantas que revelan la evolución de los vertebrados en el Período Triásico.
No hay otro lugar en el mundo que tenga evidencias fósiles comparables a las de Ischigualasto–Talampaya.Talampaya (situado en la provincia de La Rioja) proviene de las voces quechuas “Tala”: árbol autóctono; “Ampa”: río y “Aya”: cosa extinguida o que ha dejado de existir.
Tanto los hallazgos fósiles de reptiles y plantas como los estratos geológicos analizados responden a un período en el que los grandes reptiles gobernaban la tierra.
Acumulados durante cientos de miles de años, los sedimentos de diferentes colores y texturas quedaron al descubierto al elevarse junto con la Cordillera de los Andes.La erosión del viento y el agua formaron en el Cañón de Talampaya -originado en el curso de un río seco- rocas de extrañas siluetas que fueron bautizadas por la imaginación popular con los nombres de las imágenes que recreaban: El Monje, La Catedral, La Chimenea o El Tablero de Ajedrez.
Labrado en tierra roja, en el cañón de varios kilómetros de longitud se erigen formaciones inmensas y las paredes que lo encajonan llegan hasta 160 metros de altura. El punto culminante del recorrido que puede hacerse en una camioneta es La Catedral, con una dimensión grandiosa y paredes rocosas de más de 100 metros. En el Parque Talampaya quedó además registrada la huella de sus antiguos pobladores, que narraron en petroglifos y pictografías sus vivencias con la caza de distintos animales.
En tanto, en San Juan, se encuentra el Parque de Ischigualasto o Valle de la Luna. La llamada Hoyada de Ischigualasto es un valle desértico de temperaturas extremas y un viento casi permanente que erosionó el terreno y modeló esculturas naturales.
El viento, el agua y diversos elementos climatológicos definieron el paisaje actual dando lugar a extrañas formas. Tal es el caso de El Submarino, que es una de las esculturas rocosas más conocidas; El Hongo o La Esfinge.
Via Eduardo Macera
Textos Argentina.com