lunes, 19 de abril de 2010

La costa del Río Salado

Les contamos un relevamiento que ha llegado a Pezcalandia del colega Jorge Basavilbaso que efectuó para un portal del sector.
Esa madrugada fresca la autovía 2 marcó el paso de 3 automóviles y una camioneta agrupados con rumbo sur. Conmigo viajaba Mauricio Tallata, el aprendiz más joven de los concurrentes ese día, uno de los más avanzados dentro del nivel cadetes y junto e él el gran maestro quien iba provisto, fiel a su estilo de enseñar y dar apoyo, con gran cantidad de elementos de todo tipo para reforzar cualquier necesidad de los participantes.
El vehículo mas grande, además de parte de los entusiastas, llevaba mesas plegables, sillas y elementos de confort elemental para pasar un día a orillas del Salado en posibles lugares donde no hubiera infraestructura.
Sumando quienes iban en los autos, conformamos un grupo de 12 personas: 11 socios y directivos y el invitado, quien escribe.
El instructor había puesto su empeño para conseguir también buenas respuestas con los mayores.Los informes venían bien pero una lluvia previa, importante e imprevista cargó mucho el Río Salado.
La parada se hizo bajo el puente de la ruta ingresando al conocido recreo Don Eduardo, lugar donde, como se puede apreciar en fotos, la correntada se mostraba con intensidad, peligrosa.Ante la falta de responsabilidad que muchas veces se hace presente, el encargado del lugar debió recurrir a la policía para retirar del cauce a dos “pescadores” que, entre otras cosas, corrían riesgos inútilmente.
El grupo armó sus cañas telescópicas con líneas sutiles. En algunas se destacaban las coloridas boyas terminadas con pinturas especiales que Misi, una creciente firma de artículos para pesca deportiva provee generosamente a la escuelita.De acuerdo a las enseñanzas del maestro, alentados por la experiencia anterior, en la que los chicos “dieron cátedra” y también por los buenos informes en cuanto a cantidad de pejerreyes de tamaño chico o mediano, se prepararon para demostrar todo lo aprendido, pero como contrapartida obtuvieron la visualización de aguas muy rápidas y extremadamente turbias que complicaban mucho el panorama.El intento de pesca duró poco pues los pejerreyes no estaban. La decisión ante la propuesta de un habitué de canal 15, en cuanto a cambiar de lugar fue inmediata.Unos pocos Km. más adelante y varios circulando por camino de tierra nos llevaron a La Cascada donde en una fracción algo mas separada de las instalaciones del lugar, en una parte donde lógicamente se agrupa mayor cantidad de gente, se armó “la base”, un tramo de unos 70 metros, un poco más cerca del puente, donde paralelos al canal se ubicaron vehículos, mesas, equipos y pescadores.
La correntada se hacía sentir y las respuestas curiosamente no se daban donde debieran, lo que obligó en algunos casos a fondear líneas, cosa que no resultaba sencilla o a pescar pegado a la orilla, aunque resultara incómodo por la difícil visualización de las boyas.Pronto se demostró, una vez más, lo servicial que resulta ser el grupo, mientras unos insistían con la pesca cuando crepitaba el carbón al compás de la limpieza de parrilla, otros armaban las mesas, preparaban los asientos, las ensaladas, etc. etc.
El asado organizado y realizado por esta buena gente de la Peña Amigos de Villa Maipú, tomaba color al compás de un cielo que se despejaba después de la llovizna y el frío del amanecer, reforzando el excelente humor de los participantes en una pesca en la que en su función de instructor, por las condiciones del agua, el maestro no pudo desplegar toda su habilidad de pescador y conductor.
La mención es para Norberto Oscar Montes, más conocido como “Tío Beto”, quien lleva adelante la escuela para menores y adultos, de la que hace pocos años observo y a veces acompaño y de la que he ido “enganchándome” cada vez mas viendo sus resultados, las respuestas de la gente y los conocimientos que les transmite, muchos de los cuales van a parar a la audición de radio en la que participo junto a él.Los pejerreyes, especialmente los de medida y algunos más grandes, fueron pocos, pero a ellos se pudieron sumar patíes, amarillos, bagres blancos, dientudos, etc., lo que en términos generales terminó variando entre 10 y 45 unidades por persona.Cabe destacar que salvo algún dientudo para carnada y unos pocos pejerreyes de medida para consumo, todo fue devuelto al agua en buenas condiciones para su supervivencia, ejemplo que invito a seguir por otros pescadores.Los tonos rojizos en el horizonte marcaron el momento de guardar los equipos y demás pertenencias, revisar el lugar buscando y recogiendo cualquier residuo para entregarlo embolsado en el sector de ingreso.
Aceptando las limitaciones hidroclimáticas, una pesca bastante numerosa y entretenida, donde se destacó la excelente disposición. Un día disfrutando el aire libre, sin las preocupaciones habituales, en un programa económico dónde, como muchas veces se ha dicho: Lo importante no es la cantidad y calidad que se pesca sino estar pescando y compartiendo.
Esta agrupación se reúne todos los martes a partir de las 19.30 hs. en la sede de la Sociedad de Fomento, Junín 2147 Villa Maipú, San Martín. Dentro de ese día y horario, además de las actividades de la Peña, hay clases gratuitas con Norberto O. Montes, alguien que sabe y le gusta transmitirlo.Los que van tienen la posibilidad de integrar un grupo donde aprender y participar en un lugar que día a día suma gente satisfecha en un ámbito de seriedad y responsabilidad.
Hasta la próxima, buen aprendizaje y mejor pesca.
Por Jorge López Basavilbaso
Fuente Pescanet