En Pezcalandia queremos contarles un nuevo relato de supervivencia de nuestro amigo Gabriel.
Por febrero de año 2009, recuerdo que uno de mis alumnos de un curso de “SUPERVIVENCIA con nociones básicas de Primeros Auxilios, Orientación y Navegación Terrestre” que dicté en Ezeiza, Buenos Aires, fue Mario Alem, un rosarino hoy amigo, quien aparte de cursar con nosotros, en mayo del mismo año viajó nuevamente desde su ciudad natal para realizar nuevamente el curso en Buenos Aires,
ya que a través de Northlatitude y Pezcalandia brindamos la posibilidad a todos aquellos ex alumnos que ya han cursado algún nivel de curso con nosotros, volver a cursarlo las veces que deseen en forma totalmente gratuita, porque para ello pensamos en forma profesional y seria, para que sigan capacitándose y manteniendo la aptitud profesional por medio de la práctica.
De esta amistad nacida con Mario, quien es el Vicepresidente de la Asociación Ju Jitsu de Argentina y Director Provincial de la misma Asociación, surgió que yo viaje a la ciudad de Rosario a dictarles un curso, algo que llevé a cabo los primeros días de febrero de este año 2010.
Finalizados los preparativos, empezamos a dictar el curso con la presencia de sus alumnos y otros interesados de la ciudad quienes ya me habían contactado anteriormente para hacer el curso, quienes esta vez se habían sumado.
El curso se inició en un aula cedida por el II Cuerpo del Ejército Argentino ubicada en la ciudad de Villa Gobernador Gálvez, donde junto a Mario, quien fue Ayudante en el curso, expusimos los temas relativos a las técnicas de Supervivencia y Orientación y la invalorable clase de Primeros Auxilios brindada por Adrián Costanzo, rescatista de la Fuerza Aérea y Presidente Provincial de la Asociación Ju Jitsu de Salta.
Finalizada la clase teórica, hicimos un chequeo de los equipos básicos pedidos a los alumnos ya que para estos cursos buscamos enseñarles a ellos a no depender de elementos propios ni artificiales sino, a depender exclusivamente de la naturaleza a la hora de construir camillas de circunstancias para traslado de personas heridas de diversa consideración, a señalizar el terreno para poder ser vistos de día y de noche por equipos de rescatistas tanto desde el aire o por tierra, a obtener agua y purificarla en el eventual caso de no saber si es bebible, a obtener alimentos de origen silvestre y saber si son comestibles por medio de algunos procedimientos, a hacer fuego con elementos naturales no procedentes de medios artificiales como encender o fósforos, y sobre todo, a orientarse en el terreno, algo fundamental para el superviviente.
Así fue que al finalizar el chequeo del equipo, iniciamos una travesía en dirección a un terreno con vegetación propia de monte bajo, donde luego de elegir un lugar apropiado, empezamos a construir el campamento de supervivencia, por el cual iba a ser nuestra casa durante tres días, que es el tiempo de duración de la fase práctica del curso. En virtud de la urgencia, utilizamos el velamen de un paracaídas para implementar el techo de un refugio, en medio del clima nublado que anunciaba lluvia para las próximas horas. Cada alumno, incluido nosotros los instructores, llevábamos una ración mínima de comida para tres días y de ello no solo debíamos depender sino, debíamos racionarla y quedaba a nuestra suerte y voluntad de búsqueda encontrar alimentos silvestres, algo que pudimos hacer y ese alimento mantuvo nuestra voluntad en alto a pesar de no comer la cantidad de comida en cantidad y calidad que necesitamos diariamente.
Así se fueron desarrollando los días del curso, donde realmente realizamos un “verdadero curso de supervivencia” porque el mal tiempo con lluvia, barro y mosquitos, sumado a la falta de alimentos nos obligó a extremar medidas para por ejemplo, armar una suerte de colchón para evitar embarrarnos y la humedad del suelo, usar nuestros tules antimosquitos por la presencia de estos bichos que a veces molestaban, etc. Pero, no debo dejar de olvidar la importante práctica por medio de técnicas de Orientación y Navegación Terrestre diurna y nocturna, donde hicimos una travesía de varios kilómetros en el terreno primero de día y luego de noche, en medio de la vegetación reinante, donde a nuestro paso en la navegación nocturna pudimos experimentar la presencia de algunos animales que salían a casar por la hora, los ruidos característicos de ese lugar natural y la afluencia de alimañas. Una verdadera práctica para la cual utilizamos para navegar aparte de algunas brújulas y una carta topográfica de la zona, algunos elementos naturales y otros artificiales como puntos de referencia.
El cierre del curso durante el último día estuvo a cargo de Mario Alem, quien nos brindó una importante clase teórica y práctica de Jujit Su, algo que hemos agregado a este curso y fue la novedad para que NORTHLATITUDE junto a PEZCALANDIA la auspiciemos.
Finalizada la clase bien tarde y casi de noche, llegó el merecido momento de la entrega de los certificados de cursos a los participante, donde fue muy grato para mi que el señor Mario Alem, alumno del curso y como Director provincial de la Asociación Jujit Su, me entregue una mención de honor (un diploma) en virtud de lo que ellos consideraron mi esfuerzo en viajar y dictar el curso.
Finalizado ese acto, llegó el momento esperado…un asado de despedida.
Gabriel Esquivel
Staff Pezcalandia
Director de NORTHLATITUDE