Hace más de una década, Puerto Gaboto era un excelente pesquero de dorados, surubíes y tarariras. Grandes bajantes en el río Paraná, sumado a una indiscriminada pesca furtiva lo llevaron al ostracismo.
En estos meses, la naturaleza le brinda otra posibilidad al comprobar en este relevamiento la gran cantidad y calidad de los dorados presentes.
Durante los meses de mayo y junio, varios amigos destinaron días de pesca para visitar la localidad santafecina de Puerto Gaboto, ubicada a escasos 70 kilómetros de la ciudad de Rosario. Todos, a su regreso, comentaron idénticos resultados: ”Excelente pesca de dorados con artificiales. Si bien, los tamaños no fueron sobresalientes, la gran cantidad, empleando equipos acotados, hicieron que la pesca fuese sumamente interesante.
Además, entre tantos ejemplares, alguno de medida se capturó”. Ni bien le contamos a nuestro auditor de Pezcalandia Norte (hiper-fanático de la pesca con señuelos), bastó para que él se encargara de organizar todo.Un Puerto con historiaPuerto Gaboto es una localidad del Departamento San Jerónimo, provincia de Santa Fe, Argentina, ubicada a orillas del río Carcarañá, a sólo 7 km de la desembocadura de éste sobre el río Paraná. Se encuentra al sudeste del departamento San Jerónimo. El río Carcarañá desemboca sobre el río Coronda formando un virtual límite sur del poblado.
Lleva el nombre de Gaboto en honor a Sebastián Gaboto, uno de los primeros exploradores españoles de la región, y quien fundó en la zona que hoy ocupa Puerto Gaboto el pueblo de Sancti Spiritu, primer asentamiento realista en la actual Argentina.
La fundación de dicho fuerte se produjo en el año 1527. El pueblo de Puerto Gaboto fue fundado en 1891. En sus comienzos tuvo una significativa importancia económica, debido fundamentalmente al puerto de ultramar que hay en su costa, junto al cual se instalaron una curtiembre y un saladero.
El presidente Domingo Faustino Sarmiento ya había fundado una escuela Normal en la zona 4 años antes de la fundación del poblado. A principios del siglo XX alcanza al pueblo el ferrocarril que venía desde la localidad santafesina de Maciel.
Con las ilusiones intactas.
Por razones laborales postergamos la salida un día. Marcelo, Osvaldo y Fabián viajaron el viernes para anticiparnos como estaba la pesca.
Tomi, Diego y yo partimos el sábado después de cerrar el negocio, para encontrarnos con nuestros amigos esa misma noche y compartir un rico asado. Entre achuras y buen vino, nos pusieron al tanto de cómo había sido su jornada inicial de pesca. Como no podía ser de otra manera, la pesca fue brillante; obtuvieron más de 100 dorados y todos fueron devueltos al río.
El panorama no podía ser más alentador. El domingo por la mañana amaneció despejado y con viento del cuadrante oeste de 20 km/h. El canto del gallo, nos decía que era tiempo de tomar nuestros equipos y dirigirnos a la costa, para que, antes que el sol asome, estar en la guardería prestos para comenzar la jornada planeada.
La modalidad de pesca fue muy particular ya que se pescó en las salidas de agua que emergen de los campos formando lagunas internas sobre tierras bajas e inundadas.
Teniendo en cuenta que el río ha bajado considerablemente luego de su gran repunte, los lugares donde se encuentra cazando el dorado son de poca profundidad.
Fue por esa razón que debimos pescar anclados. El agua corría raudamente, haciendo que cada captura nos genere una adrenalina espectacular. La potencia propia del dorado sumado a la fuerte correntada, hacían la lucha muy pareja, dándole opción al dorado de ganar su libertad.
En varias ocasiones los tigres del Paraná lograron, con sus cabriolas, deshacerse de los engaños.Empleamos cañas preferentemente cortas, que no superen los 6,6 pies, ya que el ámbito, pletórico de dorados, no requiere de lances largos.
Apenas los señuelos tocaban el agua eran atacados con avidez. Otro punto a tener en cuenta a la hora de elegir las cañas cortas es minimizar el cansancio. La actividad es permanente y al final del día se nota la diferencia, sobretodo en los brazos. En cuanto al tipo de cañas, algunos optaron por el spinning y otros por el baitcasting para realizar una pesca más rápida y dinámica.
Cargamos los reles con multifilamento no superior a las 30 libras; con ese grosor, nos aseguramos que los señuelos recorran la distancia necesaria y al mismo tiempo nos sobre resistencia para disfrutar de la captura o en caso de algún enganche no perder el señuelo.
Cabe señalar que al actuar en poca profundidad, los enganches en el fondo son posibles.Los señuelos que más rindieron fueron los “minnows”, de cuerpo delgado, con una paleta que no supera en ancho el cuerpo del mismo, muy corta para evitar que el artificial baje demasiado. Probamos con toda la gama de colores, con marcado éxito. De las conocidas marcas utilizamos, entre otros: Duel Ailen Magnet F632, Yo-zuri Cristal Minnow F11 y Tobimaru F4, Marine Sports Wave, Rapala X-RAP 12 y Sumax Tobby Minnow 130.
La pesca se desarrolló, en su gran parte, a media agua, haciéndola muy atractiva, Puerto Gaboto fue muy generoso en cuanto a la cantidad y los tamaños variados que pudimos cobrar a lo largo de la jornada. Pero, sin duda, lo mejor que nos ofrecieron los tigres de Gaboto sucedió en un playón, donde los dorados atacaron con voracidad nuestros señuelos de superficie como los Rapala Skitter Walk, Skitter Pop, haciéndonos vivir un momento inolvidable.
Puerto Gaboto es hoy, un referente en la pesca de esta especie, siempre guardándonos alguna sorpresa como algún dorado que supere la medida, que en esta oportunidad, tampoco faltó a la cita
Equipos utilizados
Equipo Spinning: Caña Vika 2.10 Sabre acción media con reel Daiwa Regal 2000 xia , multifilamento Samurai 30 libras
Equipo Bait Cast: Caña Daiwa Procaster 1.80 de 8 a 17 libras acción MH, reel Daiwa Exceler 100 SHL, multifilamento Sumax Spectra 30 libras y Marine Sports Brisa GTO 5000, multifilamento Sumax Scorpion Braid X8 en 35 libras.
Saludos para todos
“Popper”
Staff Pezcalandia