sábado, 30 de octubre de 2010

Trekking realtos Himalaya y...

En Pezcalandia, llega información on line de todas partes del mundo, de temas sobre nuestro sector, esto es diario y no ponemos todas, ya que no es nuestra actividad, pero saltan a los titulares cuando se meten en problemas, como este verano que no buscan el riesgo, sino experiencias extraordinarias
Era noche cerrada, pero el Himalaya se iluminaba como si unos focos gigantes proyectaran sus haces sobre las montañas. El diluvio golpeaba con fuerza las ventanas del hotel donde se había refugiado Francisco Salas, que contemplaba el panorama sobrecogido: ríos de agua y barro bajando por las calles, gentes huyendo para salvar su vida. Leh, la capital de Ladakh, al norte de la India, se había convertido en pocas horas en un escenario de película de ciencia ficción de esas que cuentan el fin del mundo. Descubrí Ladakh en un programa de televisión y me pareció fascinante, así que decidí apuntarme a un trekking que incluía la ascensión al Pico Sin Nombre (6.055 metros).
Es una zona extremadamente árida y fría a la que no afecta el monzón. Lo que ha ocurrido este verano no lo recuerdan ni los más viejos del lugar, señala Francisco. A más de 3.500metros de altura, Leh es la lanzadera perfecta hacia unos parajes remotos.
Como bajes del avión y te agaches para atarte un zapato te da un vahído, así que es necesario aclimatarse antes de empezar la marcha».
El día en que el cielo se desplomó sobre la ciudad este empresario estaba subiendo un monte cercano. Tuvimos que bajar corriendo. Por suerte los guías interpretan muy bien la climatología. A las doce de la noche empezó el infierno. Doscientos muertos y 800 desaparecidos, aldeas enterradas bajo el lodo. Al día siguiente, otra tormenta arrasó una base militar dejando un rastro de muerte.
La agencia sacó a Francisco y al resto de los expedicionarios de allí; les dio la opción de hacer un tour a bajo coste por el sur del país para que el viaje no se arruinara del todo. Nuestro protagonista regresó a casa, perodos clientes desoyeron los consejos de los guías y decidieron iraNepal para hacer un trekking en el valle del Khumbu hacia el campobase del Everest. El monzón los atrapó en Lukla, donde han estado bloqueados hasta hace pocos días. Sé que este verano ha habido problemas con turistas españoles en diversas partes del globo, pero yo hablo por mí mismo», añade Salas. Si voy con una agencia y un equipo de garantías, ¿por qué voy a tener que renunciar a este tipo de viajes? Si un fin de semana mueren 20 personas en las carreteras españolas... ¿el lunes ya no cojo el coche?.Las lluvias torrenciales acabaron con la vida de la mallorquina Lourdes Morro en Ladakh. Otros dos montañeros españoles a los que se dio por muertos estuvieron incomunicados durante esos días terribles y, por suerte, no se vieron afectados por la catástrofe. Tres jóvenes fallecieron en México cuando intentaban cruzar el río Gallinas, en el centro del país, y una fuerte corriente volcó su embarcación; uno más continúa desaparecido. Cuatro cooperantes que trabajaban en un proyecto de una ONG peruana murieron en un accidente en la región de Cuzco al caer su vehículo por un barranco.También en Perú la tragedia atrapó a dos expertos alpinistas que intentaban abrir una nueva vía en el difícil Nevado Chacraraju, en la Cordillera Blanca. En total, una veintena de españoles han perdido la vida en el extranjero en julio y agosto. Muchos de ellos habían elegido unas vacaciones fuera de los caminos trillados. Regiones remotas... y asequibles.
Hay más peligro en una ascensión técnica en los Pirineos que en una ruta de senderismo tranquila en el Himalaya. Pero cuando ocurren desgracias en lugares exóticos tienen más repercusión en los medios, comenta Enrique González, responsable del departamento de trekking en Bhutan, Nepal y Tibet de la agencia Tarannà. Tenía clientes en Leh cuya intención era visitar templos; el Dalai Lama disfruta allí de su residencia de verano. No es un lugar peligroso, ya que según subimos en el arco himaláyico el monzón pierde fuerza. Nadie podía prever lo sucedido. En Lukla, por ejemplo, donde vas en avioneta, te encuentras a cinco jornadas de la carretera más cercana. Es una zona muy aislada que cuenta, en cambio, con excelentes infraestructuras. Nepal es probablemente el destino más popular entre los viajeros que buscan algo distinto. Reúne cultura y paisaje como ningún otro lugar en el mundo: compartes camino con caravanas de yaks y con monjes en peregrinación, y cuando levantas la cabeza ves las montañas más espectaculares del planeta. Allí pueden realizarse actividades asequibles para muchas personas. El Kilimanjaro también tiene mucho tirón, aunque es más exigente de lo que parece.El personal que trepa al techo de África es bastante variopinto. La nómina incluye tipos con kilos y años de más, sudorosos e hiperventilando. Unos 20.000 excursionistas intentan todos los años hollar Uhuru Peak (5.895 metros), el pico cimero de este volcán situado al norte de Tanzania. No hay acuerdo sobre cuántos lo consiguen; hay fuentes que hablan de un 40-50 por 100 en la ruta Marangu, conocida como ruta Coca-Cola, la más directa, popular y transitada, y que las estadísticas de Rongai y Machame son mayores, pero quién sabe. Los porteadores cuentan con camillas metálicas con rueda de bici de montaña para evacuar a los derrotados. Machame es más larga, más rompepiernas, pero también la que permite una mejor aclimatación a la altitud y la que regala las vistas más impresionantes sobre el Kibo, el cráter principal del Kilimanjaro. Esa vía fue la que eligió el escritor y viajero Javier Jayme, al borde de los sesenta años, pero con ánimo juvenil. Poco antes de llegar a la cumbre, cercado por el cansancio y la hipoxia, sufrió alucinaciones; ni eso le detuvo. La vida es esto. Esto me llevo, reflexiona. Cuando en la cumbre vi amanecer y disiparse el mar de nubes me dije: es increíble haber llegado hasta aquí, y ahora mismo no querría estar en otro lugar.Disfrutar, no sufrir.
Más de 12 millones de españoles viajan al extranjero cada año, de los que un millón lo hacen a zonas consideradas de riesgo, aunque en este punto conviene matizar, pues entre los países catalogados de no recomendables por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación hay zonas libres de conflictos o enfermedades.
Este tipo de viajes está abriéndose a un público más amplio por el aumento del nivel adquisitivo. Es cierto que la crisis se ha notado, aunque la gente prefiere prescindir de otras cosas antes que de las vacaciones, afirma Erik Rubio, director de Viajes Sanga, agencia especializada en trekking y expediciones que incluye en su catálogo sietemiles y ochomiles -como el Cho Oyu-.
Nuestra responsabilidad es ofrecer al cliente algo acorde con sus posibilidades. Lógicamente nos fiamos de su palabra, de lo que dice que es capaz de hacer. Pero no escondemos las dificultades para vender más productos. Se trata de disfrutar, no de sufrir. Tenemos rutas que exigen experiencia, así que es necesario realizar cursos o entrenamiento previo. Y metidos en harina el guía manda: si por seguridad se debe parar, se para.
Alfonso Carrasco trabajaba en una empresa de transporte urgente. Trabajaba, en pasado, porque su pasión por los viajes de aventura terminó ganando el pulso. Amante de la antropología, al principio dirigió sus pasos hacia el África occidental, siempre en solitario, que es como te mezclas de verdad con las personas y te empapas de su cultura», recuerda. Conocía de oídas el filón de Papúa, donde hay etnias que no han tenido contacto con el mundo exterior (de las 250 catalogadas, algunas han sido descubiertas hace muy poco), y cambié el rumbo. Quería ir allí y conocer estos pueblos que viven como nuestros antepasados antes de que desaparezcan. En la selva de las tierras altas de Nueva Guinea el tiempo se detuvo hace miles de años. Los yali, una etnia hostil y belicosa que habita una fortaleza natural formada por profundos cañones y ríos caudalosos, fueron el objetivo de Alfonso.
Individuos que en sus campeos llevan flechas especiales para cazar hombres (en la punta enrollan un hilo de orquídea que, cuando la víctima trata de extraer la saeta, queda dentro y provoca una infección) y que poseen una forma peculiar de expresar el luto por la muerte de un pariente: cortarse un dedo. Empiezan por el meñique de la mano izquierda, luego el anular... y respetan los pulgares.
En fin, unas vacaciones alejadas del «sol y playa» en una de las regionesmás conflictivas del planeta.
Los forasteros somos allí carne de cañón. Donde vemos ramas, lianas, hojas y barro, los indígenas ven presas.
La experiencia le entusiasmó y repitió varias veces. En 2002 fundó una agencia de viajes, Catur, para organizar viajes en Indonesia. Hace unos meses dejó su trabajo en la firma de mensajería y se instaló en Bali, donde pasa gran parte del año. La zona es problemática, no lo voy a negar, perohay sitios perfectamente visitables. Raja Ampat, en Papúa, es el sueño de los buceadores; ningún otro lugar en el mundo alberga semejante biodiversidad marina. Java, Borneo, Sulawesi, Bali, Komodo, isla de Flores... hablamos de auténticos paraísos fuera de los circuitos habituales.
Cólico en el Baltoro Whilly Usaola, guía de montaña, estaba días atrás realizando uno de los trekkings más hermosos que existen: el del glaciar Baltoro, en la cordillera del Karakórum, un poema de piedra donde se encuentran montañas legendarias como las Torres del Trango, con las paredes verticales más altas del mundo, y ochomiles como el K2, los Gasherbrum I y II y el Broad Peak. Si no fuera porque los hoteles de Islamabad sufren atentados terroristas de vez en cuando este viaje estaría en la agenda de muchos más montañeros. A pesar de ello, los hay que no pueden esperar y pasan el incómodo trámite de la capital de Pakistán lo más rápidamente posible.
Usaola remitió un correo electrónico a ABC el miércoles pasado: A 4.300 metros de altura, cuando iniciábamos el ascenso a los 5.600 metros del paso del Gondogoro, Eduardo Márquez, componente de la expedicion y vicepresidente del Club Alpino Madrileño, sufrió un repentino y agudo dolor en el costado izquierdo. Ante la posibilidad de que fuera algo grave decidimos evacuarlo inmediatamente.
La actual situación de Pakistán impidió un rescate en helicóptero, así que el enfermo tuvo que recorrer 50 kilómetros durante cuatro días a lomos de un caballo, pasando por tramos helados donde el animal resbalaba.
Para llegar a Skardu, la población más cercana con hospital, hubo que coger 3 vehículos todoterreno y atravesar un río de lodo a pie.Eduardo nunca perdió el humor a pesar del angustioso periplo. En el centro sanitario lo atendieron muy bien y le diagnosticaron un cólico nefrítico.... Unas minúsculas piedras en el tracto urinario fueron una barrera mayor que las majestuosas piedras del Karakórum.
Por Gonzalo Cruz
Fuente ABS España
Photo Alfonso Carrasco