En Pezcalandia recibimos de Jaime, un ex Pezcalandia boys, que siempre nos ilustra con sus notas desde nuestra madre Patria. Él se regresó a su país por el 2001, reinstalándose .
Una alianza ejemplar entre los pescadores y los aficionados al deporte náutico, algo que no ocurre en nuestra querida Argentina, aquí no tenemos camaradería, solo peleas de teclado, rivalismo y mala educacion como forma de exprecionNadie quiere perderse la visita de los Príncipes a Lastres, por eso Carriles, uno de los pescadores jubilados más afamados de la localidad, asegura que ese día estará en Lastres, aunque el no piensa vestirse de traje. Él va a ir de marinero. «La última vez que estuvieron aquí los Reyes me lo perdí, andaba al bonito, pero esta vez, como ya estoy jubilado, me pillan en tierra seguro», asegura mientras brinda por el galardón con sus amigos en el bar El Puerto.
Carriles está casi emocionado, aunque no tanto como con el Mundial de fútbol. «Yo digo la verdad, el fútbol ye lo que más me emociona. Pero esto también es merecido». En la misma mesa, Julio Fernández confía en que el dinero del premio se invierta en mejorar algunas infraestructuras del pueblo, «que también hace falta», aunque lo mejor es «que venga mucha gente. No hay cosa más bonita que ver gente en el mundo», apunta Carriles, que espera que doña Letizia pruebe los famosos calamares lastrinos. «Una delicia», sentencia.
Javier Suárez, que también comparte brindis, fue el fundador del Club Náutico Bahía de Lastres y afirma que justo en la imagen de esa mesa se gestó parte del éxito de la candidatura. «No creo que haya otro pueblo en España donde los pescadores y los aficionados a los deportes náuticos se respeten y se lleven tan bien», asegura.
Javier Suárez está ilusionado.
Al otro lado de la barra también hay fiesta. Johan González, de la República Dominicana, se casó con un llastrín, Luis Granda, y juntos trabajan en el bar de El Puerto. «En España hay sitios muy guapos y muchos pueblos que merecen el galardón, pero Lastres tiene unas vistas privilegiadas, eso es así», dice el hostelero, que ayer también abrió unas botellas para celebrar con el personal. Y qué mejor recibimiento para Yanibel Acevedo, que acaba de llegar desde tierras dominicanas para ver a su amiga Johan, que encontrarse con este galardón. «Parece que les he traído suerte», comenta entre risas.Haciendo gala de la unión que les ha llevado a este premio, muchos fueron los vecinos que se congregaron ayer en el puerto para hacer el «brindis oficial».
Los primeros voladores explotaban en el cielo sobre las cuatro de la tarde. Ramón Presno fue el encargado de encender la mecha, el pistoletazo de salida para que el pueblo se convenciese de una vez de que ya es «pueblo ejemplar», eso por lo que Eutimio Busta llevaba luchando tantos años y que por fin logró ayer. «De momento hemos traído quince docenas de voladores, pero parece que esto no es más que empezar», explica Presno.También el alcalde, Rogelio Pando, quiso lanzar un cohete, que para eso estuvo todo el día sin comer. «Nunca olvidaré este día, para un alcalde es la recompensa a un trabajo de rehabilitación que ha llevado mucho tiempo y mucho dinero. Hoy es un día para estar orgullosos de Lastres y de su gente. Sabíamos que esto tenía que llegar».
Quiso la lluvia que los lastrinos volviesen a resguardarse a media tarde, para seguir la fiesta en la cofradía. «¡Puxa Lastres!», gritaba una señora recién salida de la peluquería para la fiesta. Y cuando volvió a amainar, Jénifer González y Josefina Ferreira, camareras del bar La Rula, agitaron las botellas de champán y mojaron de alegría a todos los llastrinos que ayer se acercaron al puerto.
«¿Cómo quieres que te lo sirva, en copa o en madreña?», preguntaba Luis Pertierra a los vecinos allí congregados.Puede que el Doctor Mateo haya dado con la medicina para curar los males del llastrín.
Y que este premio sea la conclusión de un tratamiento para recuperar la autoestima y redoblar la fama merecidamente ganada.
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Por Jaime Ventura desde Asturias España
Para Pezcalandia
