martes, 10 de mayo de 2011

El Aconcagua: aventura, riqueza, trabajo y muerte

Desde Mendoza llegó a la redacción de Pezcalandia, éstos contenidos que compartimos con ustedes. Mendoza reunió a un grupo de expertos sobre el Centinela de Piedra. Los rescates, los decesos, los millones de pesos, las empresas, el impacto ambiental, la sed de aventuras y de peligros y la vida por una foto en la cima, que suele terminar con una muerte solitaria a la altura de las nubes. Todo, en esta nota especial sobre uno de nuestros mayores símbolos. El Aconcagua es como un prisma gigantesco: cuando la luz lo atraviesa, despide colores diversos. El cerro es a la vez: dimensión de uno mismo y fuente de riquezas ambientales, de aventuras, de conocimiento, de negocios, de placer, de trabajo, de desarrollo personal y también la posibilidad de encontrar la muerte. Año a año, son miles los viajeros de todos los continentes que llegan hasta sus faldas y miles los mendocinos que hacen del Techo de América su forma de sustento.
El Aconcagua, cada año, mueve decenas de millones de pesos, entre una dosis de histórica informalidad y otra de orden en su gestión. Así las cosas, decidimos convocar a una mesa a responsables y expertos en el tema para que nos ilumine al respecto del presente y el futuro del cerro, que está dentro de un área protegida de Mendoza, el Parque Provincial Aconcagua. La conversación encontró muchísimos puntos en común entre los expertos y el funcionario responsable y también algunos puntos de divergencia, como corresponde. No obstante, quedó en claro para todos la necesidad de reordenar la vida y obra en el Parque. Valga decir que Sánchez, Randis, Corvalán y Acosta tienen, cada uno, decenas de cumbres en nuestro cerro y en otros del planeta.
Vaya un solo ejemplo: Lito Sánchez tiene el récord de 56 cumbres y es el primer (y el segundo) argentino en lograr un monte de más de 8.000 metros; además de haber hecho la temible Pared Sur del Aconcagua junto a Randis, con quien también comparte el hecho de ser uno de los fundadores de la Escuela de Guías de Alta Montaña y Trekking, a comienzos de los ‘90. Estamos, sin dudas, ante relevantes compañías. Vamos, sin más, a la charla. - ¿Qué se ampara bajo el símbolo Aconcagua? Ulises Corvalán (foto): El Aconcagua es muchas cosas. Es un cerro y es promoción del turismo, es valor agregado para Mendoza, deporte, educación… Hay que verlo en todas sus variantes para entender lo que significa. Daniel Gómez: Respecto del Aconcagua como negocio, es difícil ponerlo en valor. Sabemos que vienen a la provincia unas 7000 personas y que trabajan por temporada, entre empresas y Estado, unas 400 personas de manera directa. De manera indirecta, los beneficiados son incontables: traslados, hoteles, gastronomía, comercios… El Aconcagua, además, tiene una dimensión ambiental que debe ser protegida. - ¿Cómo es posible que se cobre un permiso tan caro? Que un deportista tenga que pagar 700 dólares por intentar subirlo parece una barbaridad… Daniel Gómez (foto): Algunos dicen que cobramos pocos y otros quieren abrir el juego bajando los precios. El tema es parte del debate que nos damos cada año. Cobrando esa cifra, que resulta alta, recaudamos unos 8,5 millones al año y aún así esta plata lamentablemente no alcanza para todo lo que hay que hacer. Lito Sánchez: Pero viene cada vez menos gente. Muchos se desalientan. Este año vi muy poca gente en diciembre, por ejemplo, Plaza de Mulas estaba muy vacía... Los estamos corriendo cada vez más con esos precios. Daniel Gómez: Hay unos 100.000 turistas que llegan hasta Laguna de Horcones y pagan 10 pesos por entrar hasta allí. Es verdad que hay menos ascensos a cumbres, pero no menos visitas que otros años. Nosotros vamos a discutir en abril otra vez el tema con todos los actores. Está claro que, por ejemplo, tenemos que trabajar sobre los 100000 que llegan hasta el ingreso y darle mejores servicios y mejorar el ingreso y así poder recaudar más también. Ulises Corvalán: Yo quiero comentar algo, porque he guiado expediciones en varios continentes del planeta y algo conozco del tema. El problema de la escalada de precios en el Aconcagua, es que ya no podemos competir con otros cerros semejantes y aún más grandes. En Aconcagua se cobra lo que cuesta subir un 8.000 en Asia, y encima allá, en Katmandú, Nepal, por ejemplo, los precios son muchísimos más baratos que en Mendoza. Venir a aquí cuesta 2000 dólares; a Katmandú cuesta 600 dólares. Y en Asia con 100 dólares sos Gardel y acá no te comprás nada. Los clientes siempre nos lo dicen: ‘Nos sale más barato ir al Cho Oyu (8201 msnm) que ir al Aconcagua’. Hace unos años, el itinerario natural era subir el Kilimanjaro (5900 msnm) en Africa y seguir con el Aconcagua (6962 msnm) en América, por alturas y también por precios. Ahora, acá cobramos tanto como un 8.000 en el Himalaya. Daniel Gómez: Está bien, pero yo tengo que decir que si no hubiéramos aumentado, tendríamos que haber cerrado el cerro… Alejandro Randis (foto): Bueno, cerrarlo no, con gestionarlo bien hubiera alcanzado… Daniel Gómez: Es que también hay que considerar que hemos llegado a un pico de visitas en temporada alta muy difícil de gestionar si hacemos que aumenten más los visitantes. De los 700 dólares que cobramos, 100 se destinan sólo para solventar rescates, con la gran dificultad que hay en cobrar los seguros de los extranjeros que son rescatados… Alejandro Randis: Es que, en verdad, para una aseguradora, tomar un seguro de Aconcagua no es rentable, no es negocio. - ¿Y entonces qué hacemos? Tampoco aparece como solución lo propuesto por la dirección de Recursos Naturales de llevar un guía por expedición, algo impracticable y hasta fuera de lugar… Daniel Gómez: Yo tengo que aclarar que no fue tal cosa lo que dije en una nota a una periodista de la BBC. El Aconcagua está muy mediatizado y yo no hubiese dicho nunca tal cosa sin antes consultar con los expertos. Es cierto que lo hemos pensando; es verdad que lo discutimos, pero habría dado semejante noticia a través de una nota periodística y sin consultar. Y aclaro otra cosa: tampoco está en la intención de Recursos Naturales concesionar el Parque Provincial Aconcagua, poniéndolo en manos de una empresa privada. - El tema de las muertes es un punto a debatir y también el rol de los medios de comunicación, luego de ver cómo se trató el caso Campanini… Marcelo Acosta (foto): Hay una cuestión cultural de fondo que trabajar respecto del Aconcagua. Si uno no conoce el cerro y ve el video de Campanini puede sacar conclusiones equivocadas y fue lo que pasó. Se generó mucha alarma y se informó mal el caso.
Alejandro Randis: Nosotros debimos pasarnos horas explicando a responsables judiciales y políticos cómo son las condiciones allá arriba… - Cuando alguien muere o se conocen videos, hay quienes salen a pedir responsabilidades políticas, como si fuera culpa de un funcionario que un deportista, en su ley, ejerciendo su libertad, muera en el Aconcagua…
Alejandro Randis: En muchos casos, se aduce el tema de las muertes y yo digo: si se muere gente, se muere, como en todos los cerros altos del mundo, pero no por eso el funcionario debe temer que la responsabilidad recaiga sobre él, porque al Aconcagua uno va a jugar su juego en libertad y uno va porque hay peligro. Si no lo hay, no va. Y pongo un ejemplo: si en una pelea de box, le están pegando al Cotón Revecco, ¿por qué nadie va al gobernador a decirle que dejen de pegarle a Revecco? Porque todos entienden que son las reglas de ese deporte. En el Aconcagua ocurre lo mismo. Ulises Corvalán: Lo que hay que hacer es minimizar las consecuencias de los errores ajenos, así no los pagamos todos. Alejandro Randis: Si uno compra un auto nuevo y yendo a 180 kilómetros por hora se mata, la culpa no es del air-bag. El air-bag funciona, pero el problema es ir a esa velocidad. En el Aconcagua, se muere un tipo y algunos le echan la culpa a la patrulla de rescate… Daniel Gómez: Y la patrulla, en lo estricto, no es “de rescate”, sino de peritaje, sobre todo, sobre los cadáveres, para buscar las causas de la muerte. La patrulla, en realidad, no está allí para rescatar, por más que lo hagan, al igual que los guías o los andinistas… Esto es bueno aclararlo. - Queda en claro, entonces, que hay que capacitar a los medios para que informen debidamente, pero también hay que decir que las empresas no se hacen cargo de los problemas que ocasionan sus clientes que tienen que ser rescatados, a costos altísimos… Alejandro Randis: Es verdad también; hay que ir buscando soluciones. Las empresas tienen que hacerse cargo de los perjuicios y gastos que ocasionan los clientes, sobre todo las evacuaciones. Hay que reducir el índice de siniestralidad, las empresas deben solidarizarse con los problemas que ocasionan los clientes de sus empresas. Así no penalizamos a los que hacen las cosas bien. Y los clientes, al entrar, tienen que firmar una asunción de riesgo, en plena la autonomía de su voluntad. Daniel Gómez: Tiene que quedar muy clara la relación empresa-cliente. Y tiene que quedar en claro qué paquete le han vendido, porque después las empresas que no son serias se desentienden de sus clientes. Nosotros pretendemos que nadie entre solo, sino con servicio de apoyo completo y trasladarse un grado de responsabilidad a la empresa que lo contrata. Y en esto no ponemos en consideración la guiada a la cumbre. También queremos regular que las empresas definan claramente los servicios que prestarán: si es completo, si entran sólo como gastronomía y así. Porque después resulta que todas terminan guiando y porteando, sin aclararlo. Y cuando hay problemas se borran. Alejandro Randis: Está claro que hay empresarios responsables y también aventureros irresponsables. Y también hay que fijar un protocolo, para saber qué calidad de servicios tenemos que dar. Y si hay accidentes o perdidos o muertos, saber que la responsabilidad del Estado es informar al máximo y dar un apoyo humanitario, pero no ser responsables de lo que ocurra. Marcelo Acosta: Si hay edemado, por ejemplo, el Estado lo evacua, porque eso puede pasar. Ahora, si yo me equivoco como guía, tengo que ser solidario con el daño que ocasiona mi error. Daniel Gómez: Dejemos en claro que las evacuaciones, las pagan los andinistas, no los mendocinos. Y también que, cuando hay un muerto o un edemado, las empresas desaparecen. No se hacen cargo. Nos pasó claramente con el caso Campanini.
Alejandro Randis: Sí, pero el problema es que, como están las cosas, por las altas tarifas que se han fijado, cuando el 10% de los andinistas se equivocan, el 90% restante que hizo bien las cosas, termina pagando de su bolsillo el error. - Veamos: hay 400 personas empleadas directas,, 18 empresas trabajando, más de 7000 visitantes, ¿estamos haciendo las cosas bien con el Aconcagua? Alejandro Randis: Hablo como mendocino, más que como guía: el Estado tiene definir de manera clara qué hacer con el Aconcagua. Si en una Argentina empobrecida como ésta, el Aconcagua es generador de riqueza: ¿fomentamos esa riqueza o no? ¿Y qué medidas tomamos para fomentarlo? Si queremos que sea un área protegida recorrida sólo por dos o tres, eso es otra cosa. Acá el gobierno tiene una visión y nosotros, otra. Si el gobierno quiere que sea fuente de riquezas, entonces, hablamos el mismo idioma y hay que trabajar para que nos visiten más personas y que la curva de crecimiento de ingresantes no se detenga, como ha ocurrido en los últimos años. Yo noto que hay una intención de limitar. Sin embargo, también reconozco que se están haciendo mejor las cosas que hace unos años atrás. - ¿Por qué no trabajar para que en lugar de 7000, vengan 20000 deportistas al cerro? Daniel Gómez: Hay que cuidar el impacto sobre el Parque y también defender el uso de lo público. El Aconcagua es de todos y no sólo de los deportistas. Allí hay también laboratorios de altura, estaciones para medir el comportamiento de glaciares, está el proyecto Sygma… El Aconcagua deber ser visto desde lo ambiental, lo económico y lo social. En estos momentos, con esos visitantes, en la temporada alta estamos al filo de la operatividad. El tema es ver si tenemos capacidad de acogida para más gente. Alejandro Randis: Tal vez hay que buscar otro ordenamiento, determinando claramente los parámetros de calidad y que todos se adecuen a ellos. Tiene que haber un manual de procedimiento. Hoy, no hay indicadores calidad de lo que se debe hacer y de cuántas personas pueden entrar al Parque. Daniel Gómez: Por ejemplo, hay que controlar cadenas de frío y alimentación. Hay que tener normas jurídicas y certificar Aconcagua con normas de calidad, siguiendo un protocolo a cumplir. Estoy de acuerdo. Alejandro Randis: Y que ese protocolo quede por escrito. Daniel Gómez: Ahora estamos viendo cómo ordenar más la temporada para que no haya colapsos en temporada alta. Estamos pensando en cupificar el Aconcagua y que cada cliente entre con una empresa de referencia. Y ver cuántos clientes puede atender correctamente cada empresa. Hasta ahora, nos enteramos cuántos vienen cuando ya están acá. Queremos confirmaciones por lo menos 60 días antes del comienzo de la temporada.
Alejandro Randis: Está bien. Las empresas más serias se verán beneficiadas con el orden -Los grupos de extranjeros suelen ser continua fuente de problemas… Marcelo Acosta: Es habitual que haya que salir a arreglar los líos que arman los guías extranjeros con sus grupos. Cuando hay que rescatarlos o mueren, todos los gastos tenemos que pagarlos nosotros, poniendo en riesgo a muchas personas. Hemos tenido mucha suerte de que no se haya muerto gente nuestra en rescates. Durante el caso Campanini había 72 personas involucradas y algunos volvieron con congelamientos. Ulises Corvalán: Volvemos a lo mismo: las empresas y los guías no son solidarios con sus clientes. Alejandro Randis: Y los voluntarios en rescates tienen que saber que si van, es por propia voluntad, que lo hacen corriendo su propio riesgo. Acá también la solución es un protocolo por escrito y firmado por los deportistas. - En Nido de Cóndores, a más de 5000 metros, hay cada vez más servicios: guardaparques, médicos, policías, comedores… ¿No están creando un nuevo Plaza de Mulas en un lugar inapropiado? Alejandro Randis: Yo creo que se están equivocando, porque están llevando servicios a un lugar donde no debe haberlos de esa manera. Si vos levantás la seguridad, se van a levantar los riesgos todavía más.
Es lo que se llama la homeóstasis del riesgo Ulises Corvalán: Por eso, hay que marcar bien las diferencias entre las expediciones comerciales y las que no lo son. Los grupos se manejan mejor si las empresas son serias, que, aparte, son las que estadísticamente tienen más éxito de cumbre, porque están más preparadas en todo sentido. Alejandro Randis: Y también tiene que haber un premio fomento para empresarios que planifiquen mejor sus temporadas. El peligro bien gestionado, baja el riesgo de muertes. - Una salvedad final: aclaremos que empresa seria no es sinónimo de empresa grande. Y que también en Aconcagua hay grupos pequeños a los que hay que dar entidad y proteger, como los porteadores, porque si no, toda la torta se la terminarán comiendo las empresas grandes. Lito Sánchez (foto): Sí, total acuerdo. Hay que rescatar el laburo de los porteadores. Daniel Gómez: Hay que hacer que los que entran solos, por lo menos, determinen cómo se proveerán de servicios allá: comida, baños, mulas y pernocte, por lo menos, que es lo básico que todos consumen en los campamentos-base. Ulises Corvalán: Me parece bien. El ordenamiento de las empresas debe ser para todos. Y también está bien proteger a los porteadores. Lo repito: las empresas, todas, deben ser solidarias con los daños que ocasionen sus clientes. También hay que decir que un problema grande sos los que entran solos y allá terminan atendidos por cualquiera y hasta subiendo solos a la cumbre. Hace falta más responsabilidad de las empresas. Alejandro Randis: Por eso, hay que unificar los discursos y las medidas y dejar protocolos escritos. Cuando hay protocolos, todos saben a qué atenerse y cuáles son las reglas que hay que cumplir.
Para toda la comunidad Pezcalandia
Por Ulises Naranjo
Fuente www mdzol com