martes, 30 de abril de 2013

La laguna Alsina está con una buena población de pejerreyes


En Pezcalandia compartimos con nuestra comunidad, este relato de la Laguna Alsina.
El éxito de la pesca depende del viento para poder garetear 
Habíamos quedado de acuerdo con unos amigos de la ciudad bonaerense de Tapalqué, para realizar una salida de pesca de pejerreyes, a la siempre rendidora laguna de Alsina, ubicada en el sudoeste del territorio provincial, partido de Guaminí.



Juan confirmó la visita del grupo para el día siguiente, así que preparamos todo, y cuando llegaron, bien temprano, rápidamente manifestaron su intención de parar la pesca al mediodía, para comer un asado y proseguir por la tarde.
A las 8.15hs. partimos con la embarcación, pero previamente habíamos entregado el correspondiente rol de navegación.
Al partir, pusimos rumbo al Este en dirección al medio de la laguna; un suave viento del Oeste nos puso al garete en dirección al Este, que ahora quedaba a nuestras espaldas.
Armamos los equipos con líneas de flote de tres boyas, predominando las de color verde limón, menos la de Juan que eran de un color fucsia; las brazoladas eran de entre 15 y 40 cm.
Los primeros piques se registraron a unos 15 ó 20 centímetros de profundidad, muy probablemente debido a que el agua aun se encontraba turbia por los intensos vientos de los días anteriores.
Con el correr de los minutos, los piques se fueron intensificando y los tamaños mejorando así que uno tras otro, Juan, Víctor y Martín lograban capturas que hacían prever una buena jornada.
Al mediodía paramos para comer y retomamos la pesca a las 13.30 con las fuerzas renovadas; volvimos al agua con la idea de buscar el impulso del viento, que ahora era del Este para garetear el resto de la tarde y completar nuestra cuota, pero no todo es tan fácil siempre; cerca de las 15hs., el viento dejó de soplar y el peje de picar. Intentamos una y otra vez tentarlos con recursos varios, pero sólo teníamos éxito en pocas ocasiones. Así transcurrieron las siguientes tres horas ya que el viento nunca regresó.
Pero esta historia no sólo es de pesca que en resultados numéricos fue buena y que con un poco de viento hubiera sido excepcional, sino del placer que significa tener amigos, planear una aventura y disfrutarla como lo hicieron Juan, Víctor y Martín, que viajaron desde Tapalqué a pasarla bien.


Fuente El Dia