Debo comenzar este último informe de la temporada
de pesca continental patagónica, con una disculpa publica.
En abril la vida me golpeó muy duro, con la pérdida de un joven familiar de tan
solo 22 años, esas cosas de la vida, que a veces no entendemos. Mi pesca o bien mis ganas de guiar, se fueron al piso, nada tenía sentido.
Casi al final de abril, un par de amigos de fierro,
me animaron a comenzar a pescar nuevamente, nos fuimos a Chile a pescar los
increíbles Chinook, mas preciso a Futaleufu, cerca de Trevelin, allí el
río estaba muy bien, solo que sentimos una gran desilusión, al comprobar la
matanza indiscriminada de salmones que hacían pescadores "por así
llamarlos", con ganchos, robadores y otras artimañas, mataban los salmones
por cantidad.
Peleas entre ellos, amenazas a los que realmente querían pescar con mosca, flotamos un solo día y decidimos irnos a Chile, al Espolón, un río pequeño, que normalmente tiene salmones.
Ni bien cruzamos la frontera Argentina/Chile, el primer drama, no hay permisos de pesca, la temporada de verano terminó y los de Sernapesca ya no están, la
increíble pasividad de los empleados de Turismo, nos sacan de las casillas.
Por suerte al lado de la Secretaria de Turismo estaba Carabineros, ellos nos solucionaron el tema, diciéndonos que consigamos una constancia de nuestra intención de sacar el permiso, su costo por una semana para extranjeros, es de unos $16000 chilenos, unos $200 argentinos.
En Argentina los ciudadanos de países
limítrofes, pagan igual a los residentes o sea $80 la temporada.
Ya superado este tema,
aparece el segundo, NO HAY LUGAR DONDE ALOJAR NI ACAMPAR!!!
Ya terminó la temporada de verano y cerraron todo,
estoy hablando del 23 de abril de 2013.
Nuevamente la amabilidad de los carabineros nos
saca del problema, diciéndonos, acampen en cualquier lugar del río, aquí las
costas son públicas. Cualquier inconveniente vuelvan y lo solucionamos!!!
Para no aburrir voy al tema pesca.
Encontramos los salmones en una parte del
río, donde hay pequeños rápidos, el agua transparente y su figura era
inconfundible.
Bajamos con la camioneta y
el bote a orillas del río y allí estaban, armamos equipos 8 de 11 pies y cañas
de Spey de 14 pies. Líneas de 400/500 greins y moscas muy grandes, ya tenemos
.
Hugo, Hevert Jara y yo nos mirábamos maravillados de los Chinook, armamos equipos, nos cambiamos y a pescar.
Hugo enseguida clava uno muy grande, fotos, risas y
felicidad en el grupo. Hevert desesperado no podía clavar ninguno, me pongo a
su lado y le muestro dos que estaban acercándose a la orilla y le pido que se
retire y trate de tirar unos dos metros mas arriba de ellos, tira y nada, tiró
y clavo la hembra, veo que el macho sigue a la hembra y le digo, tirale,
tirale, que está enojado, tira y duplete y pelea a morir, unos 20 minutos y por
fin los dos Chinook afuera, la alegría nos desbordaba.
En ese momento nos hicimos amigos de unos
campesinos chilenos, gente muy amable y respetuosa, que hicieron nuestra
estadía muy linda e inolvidable.
Los días siguientes fueron a pura pesca, entre 15 y 20 salmones por día, muy grandes y muy enérgicos.
En ese lugar que acampábamos, la humedad era increíble, la neblina duraba hasta el medíodia, salía el sol y en unas 5 horas, chau luz solar, el sol se escondía detrás de la cordillera, el frío se hacia presente.
Después de 6 días en Chile, sin bañarnos, con la ropa sucia y con ganas de dormir en una cama, nos volvimos a Travelín.
Descansamos y a la mañana decidimos regresar a el Espolón, en el Río Grande seguían los problemas.
Pescamos unas 7 hs, ya muy cansados y pensando en que nos esperaban en el Limay, regresamos a Travelín, buena cena y a dormir, mañana debíamos viajar a Piedra.
Viaje tranquilo, recuerdos y anécdotas a montones, en Piedra ya nos esperaban tres amigos, Pepino Jaria, Pepino Virdis y el gran Galmarini.
Algo que destacar es que la risa y el amable trato, están siempre presente entre nosotros.
Pescamos flotando un día y dos de vadeo, la pesca estaba muy dura, el agua muy turbia por la lluvia de días anteriores.
Igual, la pasamos muy bien, no importaba la lluvia, hicimos un asado, nada es imposible si hay voluntad.
Regresamos a San Martín de los Andes muy cansados, 12 días a full, el corazón pleno y cada uno a su casa.
Después ya transcurriendo mayo, no volví a salir, no se, creo que ya está, se terminó la temporada para mi. Siempre digo que el día que no tenga ganas de guiar, me quedaré en mi casa y ese día llego en esta temporada.
Se que la pesca mejoró y mucho, gracias a las lluvias tardías que cayeron, no alcanzó para llevar los niveles de agua a casi la normalidad, pero se notó un gran cambio en la pesca según mis colegas.
Como siempre, gracias King querido, gracias al staff Pezcalandia, su gente y a los
amigos de la pesca.
Un cordial abrazo y será hasta muy pronto, si Dios quiere
Eduardo"Bigua"Furlong
Guía pesca deportiva
Staff Pezcalandia
Patagonia Argentina