Difundimos en Pezcalandia que muy pocos kilómetros separan al
Puerto Pesquero de Santa Rosa de Salinas, la más importante Playa del Ecuador. Pocos
y cuando digo pocos es hablar de menos de tres kilómetros.
El
Visitante se lleva la gran sorpresa y si es un Pescador deportivo como en mi
caso, soporta una rara sensación. Impotencia. Ganas súbitas e irrefrenables de
pescar y de encontrar una infraestructura adecuada que le permita practicar una
excursión y volver con los ejemplares que ve allí.
Sobre todo cuando identifica las mejores especies deportivas a
nivel mundial, inertes y directamente pescadas para el consumo, no deja de
exclamar. ¡Qué desperdicio!
La mejor galería de trofeos, descansaban en el suelo listos para
su venta, limpieza y transporte para luego ser consumidos en un restaurant o
apretujados en una lata en la góndola de un supermercado en cualquier lugar de
la tierra. Allí tiesos estaban los peces estrellas que iluminan las Galerías de
Fotos de los Pescadores Deportivos del mundo. Allí están los muy elegidos,
aquellos que tuvieron la feliz oportunidad de Pescar, exhibir y fanfarronear
con uno de ellos… conocen muy bien de que les estoy hablando.
La lista de especies deportivas que vi allí es interminable.
Cada uno de ellos por su tamaño y por su nombre artístico merecen estar
presentes en el living de cualquier pescador deportivo del mundo. A saber y
luego de una pequeña recorrida, estos famosos encabezaron la lista: Marlín,
Yahoo, Pez espada, Pez Vela, Dolphin, Atunes, Tiburón majo, tintorera, martillo
etc., etc. La riqueza ictica que contienen estas costas y su calidad es una
joya preciosa…un diamante en bruto. Sobre todo para nosotros los Deportivos que
en forma inmediata somos capaces de reconocerlos.
Con sinceridad debo expresar que no me parece real que las
autoridades Turísticas del país hermano no tomen cartas en el asunto y
realicen un plan de acción para promocionar la Pesca Deportiva. No solo a nivel
interno sino también a nivel Mundial, con seguridad que esta riqueza ictica se
debe extender en toda la Costa Ecuatoriana. Me pareció muy raro que en tantos
kilómetros que recorrí, solamente vi una caña empuñada por un Deportista.
Lo que no deben dudar los Ecuatorianos es que los Pecadores
Deportivos, tal como ha ocurrido en mi país, argentina y en el mundo son los
grandes embajadores de las excursiones del ocio y el deporte. Y en su afán de
realizar su actividad preferida, recorren muchísimos kilómetros e invierten
mucho dinero para disfrutarlo. Luego llevan a sus familias y a sus amigos, así
se convierten en grande colonizadores del Turismo sin olvidarse que son los
grandes difusores de las bondades de la región, clima, bellezas naturales y si
no son tan buenas y hay buena pesca, la mejoran… mienten. En su afán de poder
practicar su deporte predilecto.
En forma gratuita difunden y pasan sus datos de continente a
continente. Con solo consultar en Internet nos daremos cuenta de ello. En
nuestro país en algún momento hemos manejado una cifra de 10 millones de
Pescadores deportivos y siempre la consideré exagerada. Es por ello que cuando
debía convencer a algún funcionario, le respondía: Usted suponga que los
Periodistas de Pesca estemos mintiendo como lo hacemos con los tamaños de los
peces. El Doble. Y considere que en la Argentina hay cinco millones de
Pescadores Deportivos, multipliquemos esta cantidad por un consumo mínimo. Un
gasto anual por cada uno de ellos y el número final me parece importante para
cualquier autoridad de Turismo y para cualquier país.
…Absorto con mis pensamientos, parecía embrujado, con la mirada
perdida. Fija en algún ejemplar que me hubiese sacado el sueño por las ganas de
pescarlo, empuñando una caña. Me llevaban por delante, cuerpos transpirados por
el trabajo y alguna cola de un ejemplar que era transportado sobre los hombros.
El fuerte olor a pescado invadía mis narices. Mis fantasías volaban sin
contención y me imaginaba en plena acción. Con cada uno de ellos colgados de mi
línea. No podía faltar la gastada mientras fanfarroneaba con mis amigos. Me
veía abrazándolo con el rostro desfigurado por el esfuerzo de sostenerlo
ayudado por dos o tres de ellos. Poniendo a su vez la mejor cara de
satisfacción para la foto, Nuestras sonrisas por supuesto más grandes que el
pescado y luego devolviéndolo al mar. Estaba en ese trance cuando sentí en mi
espalda un fuerte golpe. Un atunazo que me puso en órbita. El operario se
deshacía en disculpas. Pero en realidad el que estaba mal estacionada en la
pista de maniobras como un… ese era yo.
El puerto de Pescadores de Santa Rosa, Ecuador era un hormigueo
incesante de personas que iban y venían en un deambular nervioso y rápido,
propio de la actividad. Una importante cantidad de gente y muchos de
ellos con afilados cuchillos a la cintura que usan en el trabajo que
desarrollan, me resulto al primer instante un poco intimidatorio. Pero desde el
momento que saque la maquina de fotos e intente sacar la primera, fui invitado
a acercarme y entrar al recinto para enfocar mejor. Inmediatamente se ofrecieron
para levantar las piezas y asesorarme sobre sus nombres y formas de pesca. Me
di cuenta que seguía estando en Ecuador y su gente solamente lo que desea es
agradar, por lo tanto me moví por allí como si fuera mi propia casa.
La flota estaba anclada a 100 metros y hasta allí los
compradores eran transportados en botes a remo en los denominados taxis o
fletes, antes de que el pescado recién llegado tocara tierra firme ya había
sido vendido. Se hacia evidente que hasta allí se trasladaban los mas poderosos
y comprarían lo mejor y mas barato y el resto recién lo hacia cuando este
llegaba a tierra. Movida similar que se hacía para los grandes. Se repetía para
los pequeños peces.
Para estos últimos los más económicos, sus compradores me dieron
la sensación de que eran los dueños de casas de comida, entre ellos se
encontraban algunas mujeres. A los costados de la calle lateral, innumerables
puestos con alimentos, de pescados, ceviches y arroz que en general son los
ingredientes que están en todos sus platos típicos. Todos acompañados por los
clásicos jugos de frutas, con el agregado de agua, el vino prohibido por su
precio. No tienen producción propia y se consumen Chilenos en su mayoría y muy
pocos argentinos… muy pero muy caros.
La flota está compuesta por pequeñas embarcaciones de fibra de
vidrio, tipo trackers de 6 m de largo, con motores fuera de borda de 75
caballos de fuerza, recorren 60 millas -un solo motor- y la velocidad es de 15
millas la hora. Realizan su pesca en el día, si no se da en forma inmediata se
quedan una noche en el lugar, como máximo dos días hasta lograr su objetivo, a la
intemperie sin usar ningún cobertor, todo se hace al aire libre, es una pesca
totalmente artesanal.
El Puerto de Santa Rosa es un puerto que está muy cerca de
Salinas, esta tiene en frente a hermosas playas y con aguas muy complacientes.
Haciendo honor a su nombre…El pacifico. Sus aguas con una población ictica
seleccionada. Las fotos son elocuentes de la riqueza Pesquera que contiene el
mar que moja las playas del Ecuador, está cubierto de escamas de Oro… deben
visitarlo.
Fuente
Infobae