martes, 4 de noviembre de 2014

43 muertos y 514 evacuados en la tormenta de Nepal


Desde Pezcalandia difundimos las consecuencias de la gran tormenta, que asoló las zonas montañosas de Nepal hace dos semanas. No se limitan a los 43 muertos cuyos cuerpos ya han sido recuperados, ni a los 514 evacuados en 70 vuelos de helicóptero, ni a los probables desaparecidos que aún no hayan sido encontrados.
Ahora es el momento en el que tanto el gobierno nepalés y la opinión pública del país e internacional, como las empresas legales de trekking en Nepal, buscan responsables, motivos, y empiezan a plantearse la toma de medidas que en un futuro eviten desastres similares en un país tan dependiente del turismo de montaña como aquel.
Como decíamos, han sido finalmente 43 los cuerpos recuperados y 514 personas rescatadas en 70 diferentes vuelos de helicóptero a lo largo de los días. 22 de los fallecidos eran nepaleses que trabajaban en los diferentes trekking y expediciones, y los 21 restantes ciudadanos de Canadá, Israel, India, Japón, Polonia y Eslovaquia. 310 de los evacuados eran extranjeros. Se ha comprobado que muchos de los locales y extranjeros carecían de preparación e iban pobremente equipados.
Se trata, sin duda, del mayor operativo de rescate jamás realizado en el país del Himalaya, dato que confirma la Himalayan Rescue Association.
En general, se puede resumir diciendo que todo indica algo que ya se sabía: si bien la tormenta de nieve fue atípica para la época, y especialmente fuerte, el Gobierno no está preparado para lanzar a la zona alertas meteorológicas, y la mayoría de los que realizan estos trekkings, como fue el caso de los atrapados, no llevan la equipación adecuada, ni tienen los conocimientos suficientes para afrontar una situación así, debido a una minusvaloración de la montaña por desconocimiento.
Y esto incluye a muchos guías.

Análisis y primeras propuestas de medidas
Aunque ya han pasado dos semanas, es posible que siga habiendo desaparecidos: por un lado, los nepaleses no tienen obligación de registrarse para trabajar en la zona, así que quizás no se sepa de algunos locales; por otro, se teme de la presencia de personas extranjeras desaparecidas no registradas.
El gobierno nepalés ha confirmado que va a regular la situación y aumentar el control: “Tras lo ocurrido nos hemos dado cuenta de que nadie cumple las normas”, afirma Yadav Koirala, uno de los coordinadores del gobierno en el rescate. “Han fallado los mecanismos a todos los niveles.”
Se anuncian las primeras medidas, que aún hay que confirmar: obligación de contratar guía local, y de llevar GPS que permita una rápida localización. Y por su parte, el gobierno promete mejorar el sistema meteorológico y su rápida difusión en la zona. 
La cronología parece indicar que, en un primer momento, los partes meteorológicos no fueron los adecuados, lo que retrasó el aviso a los puestos policiales de la región del Annapurna, adonde llegó demasiado tarde. Además, una vez recibido, es muy complicado para estos puestos avisar a los diferentes lodges y lugares en los que se encuentran los trekkers y montañeros.
Así que el Gobierno anuncia que lo primero que pretenden es crear un sistema rápido que no solo ponga en alerta a los puestos policiales, sino también a todos los lodges en los diferentes puntos de los trekkings, lo que permitirá avisar a todos los senderistas y montañeros, y a estos consultar, en muchos casos a diario, el parte meteorológico.
El gobierno también ha anunciado un programa de refugios en los trekkings más populares, además de hacer autocrítica: “No podemos echar la culpa del desastre ocurrido al tiempo. El sistema al completo falló, y es nuestra responsabilidad proteger a los turistas y a los ciudadanos nepaleses.”
Tanto el Gobierno nepalés como otras fuentes han manifestado que, según los testimonios de los supervivientes, muchos de los que quedaron atrapados en la tormenta no iban con el equipo necesario para afrontar una situación así en altura, y muchos guías no tenían la experiencia necesaria, ni tampoco el equipo. También ha preocupado mucho a los regidores de Katmandú la evidencia del gran número de turistas y trekkers no registrados que se encontraban en la zona.

Falta de experiencia, minusvaloración de la montaña
Lo acontecido ha puesto sobre la mesa dos problemas de los que se viene hablando desde hace ya un tiempo: 

Por un lado, los numerosos nepaleses sin preparación ni medios que trabajan como guías baratos de forma ilegal.
Por otro, el gran número de personas, especialmente jóvenes, sin equipamiento adecuado y sin ninguna experiencia en montaña, que han convertido un trekking en el Himalaya nepalés en un hito más de sus vacaciones a través de Nepal o Asia, y que además evitan por todos los medios el pago de ningún registro y la contratación de guía. Como mucho, de algún porteador.
La mayoría de ellos, por absoluto desconocimiento del medio, ignoran los problemas que un trekking de altura en montaña de esta índole puede acarrear, ya que se informan por blogs y foros de viajeros que en muchas ocasiones, basándose en que ellos no han tenido problemas, minimizan lo que pueda pasar en la montaña, y animan a realizar estos trekkings sin el material y los conocimientos adecuados, además de ahorrándose un guía, afirmando que no es necesario.
No es difícil leer en ellos cosas del estilo: "no hace falta guía, lo hace mucha gente y les sigues, está señalizado", o incluso "no hace tanto frío, yo lo hice solo con este equipo y me fue bien", ignorantes de la drástica modificación en las condiciones de un trekking a esa altura que pueden ocurrir si el tiempo cambia. Esto indica no sólo que piensan que no hace falta guía, sino también un mínimo de experiencia en orientación en montaña, mapas, etc, para realizar una travesía que puede superar los 5.000m de altura.
Los testimonios de los grupos supervivientes han sido numerosos acerca de la falta general de equipación entre los atrapados en la tormenta, con las fatales consecuencias de hipotermia conocidas. Esto incluye, principalmente, la preparación y equipación de algunos de los guías y algunos de los grupos de rescate, incapaces de hacer frente a una situación así.
Desde el otro lado, Mohan Krishna Sapkota, portavoz del Ministerio de Turismo, aun reconociendo la falta de previsión de las alertas meteorológicas, la responsabilidad del gobierno, y el problema de los guías, ha cargado contra los numerosos turistas, según él mal equipados, solos, y sin experiencia, que no siguen las reglas y que además se encontraban en la zona sin permiso de trekking. “Esto no se va a tolerar más.”
Ha afirmado que se va a incrementar mucho el control, y que el gobierno estudia la obligatoriedad de llevar guía titulado y localización por GPS.
Lo cual, dicho sea de paso, no servirá de mucho si a la vez no se trabaja en terminar con los que ellos consideran guías piratas, preferentemente empoderándoles y formándoles, aprovechando la situación para mejorar las condiciones de vida de los locales, y consiguiendo además ese mayor número de guías titulados perfectamente formados que serán necesarios si la contratación de uno de ellos termina siendo obligatoria.
Algo similar ya se ha hecho allí, con notable éxito, conjuntamente entre Nepal y la UIAA, con los guías de alta montaña.


Fuente Barrabes