Desde Pezcalandia, les contamos la experiencia de ésta gran
pescadora.
Uh, otra vez vine de fotógrafo -es el chiste que suele
hacer Gabriel Distilo cuando su mujer saca una buena pieza antes que él.
Liliana
se ríe y regresa a lo suyo: la pesca, un mundo que eligió hace 30 años, una
pasión que comparte con su marido, desde aquella vez que en Mar Chiquita le
dijo que sería bueno comprarle una cañita a los chicos.
-Me gusta estar en contacto con la naturaleza, con el agua.
Sos vos, la caña, el pez, el desafío de tratar de sacarlo. Y devolverlo
-explica ella.
Liliana integra la peña Ribera Libre, que
promueve la pesca responsable y el cuidado del ambiente. Entre otras acciones,
un sábado en vez de ir con la caña se dedicaron a limpiar uno de sus pesqueros
preferidos en Arroyito, a 50 km de Neuquén.
No es el único: siempre con mosca, también le
gusta ir a Aluminé, por la cantidad de opciones cercanas: "Es hermoso. Y
esos ríos siempre te dan algo". O a Junín: "El Malleo es también
espectacular". La Comarca Andina o el río Caleufú, tras pasar Collón Cura
yendo para Bariloche, son otros de sus escenarios favoritos.
En Arroyito probó suerte con la carpa. Empezó
hace dos años y recién el pasado pudo sacar. Pese a que hay quienes la
subestiman, ella la valora.
-Creo que hay que pescar lo que hay y aprender
a hacerlo. Es difícil. Son muy huidizas, tenés que verlas y donde ellas te ven
o sienten el movimiento se van. Sacarla es una pelea diferente porque tira y se
va al fondo, es un balde de cemento. Tenés que cansarla, cansarte vos, caminar.
Y no se cansa así nomás. Hemos sacado de 4 kilos para arriba. Gabriel sacó una
de 9 kilos, son grandes -relata.
¿Y qué hay de las truchas, el objeto de deseo
de la mayoría de los pescadores? "Las podés pescar de varias maneras: sin
verlas, buscándolas, tirando lejos, con ninfas... Según el tamaño, la arcoíris
es muy peleadora, salta, me gusta más. La marrón se va al fondo, como una perca.
-¿Y el pejerrey?
-Es todo un tema, es difícil, boca chiquita,
no te toma fácil aunque lo estás viendo. En general tu chance es cuando comen
arriba. Con equipos liviano es muy linda pesca.
Cada vez está menos sola en un mundo de
hombres. Apenas un tiempo atrás, era la única mujer que pescaba en el grupo
Ribera Libre, que ya suma más de 200 integrantes. Iban otras damas, pero a
acompañar a sus maridos.
-Ahora ya somos cuatro las que pescamos. Tengo
la suerte de que nunca me discriminaron. Por ahí alguno que no te conoce te
mira un poco raro, pero en la peña soy una más, soy del grupo. Puedo sacar una
buena pieza, una mediana, una chica, como cualquiera. Están acostumbrados.
"Liliana no se puede ir sin sacar algo grande...", me dicen. Y me
felicitan o me cargan, como a todos. Y mi marido hace el chiste del fotógrafo.
Es un lindo grupo..."
Fuente Río Negro