miércoles, 10 de diciembre de 2014

Neuquina capturó trucha y pejerrey


Desde Pezcalandia, les contamos la experiencia de ésta gran pescadora.
Uh, otra vez vine de fotógrafo -es el chiste que suele hacer Gabriel Distilo cuando su mujer saca una buena pieza antes que él.
Liliana se ríe y regresa a lo suyo: la pesca, un mundo que eligió hace 30 años, una pasión que comparte con su marido, desde aquella vez que en Mar Chiquita le dijo que sería bueno comprarle una cañita a los chicos. 
-Me gusta estar en contacto con la naturaleza, con el agua. Sos vos, la caña, el pez, el desafío de tratar de sacarlo. Y devolverlo -explica ella. 
Liliana integra la peña Ribera Libre, que promueve la pesca responsable y el cuidado del ambiente. Entre otras acciones, un sábado en vez de ir con la caña se dedicaron a limpiar uno de sus pesqueros preferidos en Arroyito, a 50 km de Neuquén. 
No es el único: siempre con mosca, también le gusta ir a Aluminé, por la cantidad de opciones cercanas: "Es hermoso. Y esos ríos siempre te dan algo". O a Junín: "El Malleo es también espectacular". La Comarca Andina o el río Caleufú, tras pasar Collón Cura yendo para Bariloche, son otros de sus escenarios favoritos. 
En Arroyito probó suerte con la carpa. Empezó hace dos años y recién el pasado pudo sacar. Pese a que hay quienes la subestiman, ella la valora. 
-Creo que hay que pescar lo que hay y aprender a hacerlo. Es difícil. Son muy huidizas, tenés que verlas y donde ellas te ven o sienten el movimiento se van. Sacarla es una pelea diferente porque tira y se va al fondo, es un balde de cemento. Tenés que cansarla, cansarte vos, caminar. Y no se cansa así nomás. Hemos sacado de 4 kilos para arriba. Gabriel sacó una de 9 kilos, son grandes -relata. 
¿Y qué hay de las truchas, el objeto de deseo de la mayoría de los pescadores? "Las podés pescar de varias maneras: sin verlas, buscándolas, tirando lejos, con ninfas... Según el tamaño, la arcoíris es muy peleadora, salta, me gusta más. La marrón se va al fondo, como una perca.
-¿Y el pejerrey? 
-Es todo un tema, es difícil, boca chiquita, no te toma fácil aunque lo estás viendo. En general tu chance es cuando comen arriba. Con equipos liviano es muy linda pesca. 
Cada vez está menos sola en un mundo de hombres. Apenas un tiempo atrás, era la única mujer que pescaba en el grupo Ribera Libre, que ya suma más de 200 integrantes. Iban otras damas, pero a acompañar a sus maridos. 
-Ahora ya somos cuatro las que pescamos. Tengo la suerte de que nunca me discriminaron. Por ahí alguno que no te conoce te mira un poco raro, pero en la peña soy una más, soy del grupo. Puedo sacar una buena pieza, una mediana, una chica, como cualquiera. Están acostumbrados. "Liliana no se puede ir sin sacar algo grande...", me dicen. Y me felicitan o me cargan, como a todos. Y mi marido hace el chiste del fotógrafo. Es un lindo grupo..."


  
Fuente Río Negro