Difundimos
como
todos los años en Pezcalandia, el ritual de apertura de temporada que se en la desembocadura del río Correntoso. Los
pescadores esperan el amanecer para meterse al agua y dar comienzo a una larga
jornada de pesca que puede durar todo el día.
El tiempo fue ideal: sin
viento, buena temperatura y mucho sol. Entre ambas orillas de la desembocadura,
unos 30 "mosqueros" se turnaban para ingresar al agua.
En
simultáneo, entran unos tres o cuatro pescadores en cada orilla. Todos respetan
el turno y aceptan el código no escrito: después de un pique, se sale del agua
y se espera la siguiente ronda.
Todos
van bien equipados. Ropa buena, de abrigo, mate, café, chocolate y hasta
whisky, licor o cerveza no pueden faltar. Tampoco las medialunas y algo rico en
calorías para compartir. Las charlas se repiten y giran en torno de la pesca.
Recomendaciones, comparaciones, anécdotas, sugerencias e intercambio de información
sobre equipos y novedades, también son parte del folclore mosquero.
Hubo
menos pescadores que otros años, aunque los prestadores anticipan que se
esperan más la semana que viene. Como siempre, se dieron cita un grupo de
mosqueros de Mendoza que vienen casi todos los años, pescadores del Alto Valle
y principalmente locales.
La
otra novedad de la jornada fue la transmisión en vivo por un canal de YouTube
desde el Hotel Correntoso. Decenas de pescadores de todo el mundo pudieron
disfrutar de las imágenes y ver los piques en directo.
"No
hubo gran cantidad de capturas, pero se vieron buenos ejemplares", comentó
un guardafauna. Todos coincidieron. Hasta las 11 de la mañana se habían
registrado 17 piques, de los cuales la mayoría habían sido capturas realizadas
por pescadores locales. Ramiro Bahl, joven pescador angosturense, sacó cinco
ejemplares.
"El
río está bajando lento y está muy crecido el Nahuel Huapi, por eso se hace
lento. El caudal está bien", detalló Hugo "Colo" Dezurko, guía
de pesca local que todos los años asiste religiosamente a la apertura.
Fuente
Río Negro