miércoles, 5 de julio de 2017

Lago Poopó renace y vuelve la pesca de pejerrey


Difundimos en Pezcalandia que las lluvias que cayeron en el altiplano ayudaron a recuperar el caudal del lago. Los habitantes de la zona celebran que "nuevamente haya vida"

El lago Poopó, que perdió drásticamente sus aguas en 2015, comenzó a recuperar su caudal gracias a lluvias estacionales y actualmente se ha retomado la pesca de una variedad de pejerrey, informaron este viernes diversas fuentes.

Las aguas del Poopó, en una región andina minera, alcanzan hasta 700 km2 con 60 cm de profundidad, menos de la mitad de su caudal habitual, según el director de la Oficina de Aguas, Cuencas y Riego de la Gobernación de Oruro (sur), Eduardo Ortíz.

"Las lluvias extraordinarias que hemos tenido en mayo han alimentado favorablemente el volumen de agua hacia el lago Poopó", dijo Ortíz al diario Los Tiempos. 

"Tenemos actividad pesquera con un pez tradicional de la zona, que es el pejerrey", confirmó el experto.
El presidente de las cooperativas pesqueras del Poopó, Juan Toruni, declaró su alborozo a la Radio Pío XII, de la red Erbol, porque "nuevamente haya vida" en el lago.
El descubrimiento de "alevines (crías de pez), juveniles y adultos" ocurrió el pasado martes por pescadores lugareños, lo que provocó "una alegría grande", señaló Toruni.
El Poopó tenía hasta principios de esta década unos 2.000 km2, pero en 2015 ese caudal había mermado fuertemente hasta casi desaparecer.
El gobernador de Oruro, Víctor Hugo Vásquez, mencionó entonces una serie de desencadenantes para ello, entre otros "el cambio climático con sequías y la actividad minera" en la zona que provocó contaminación.
Sin embargo, expresó entonces su esperanza de que el Poopó pudiera recuperar su estructura original, "porque el lago también ha tenido sus ciclos: hay años que se llena y otros años que no".
La gobernación de Oruro invirtió en los últimos años unos 100 millones de bolivianos (unos 14,3 millones de dólares), en tareas de mitigación, como el dragado en el lago y de ríos cercanos.
Fuente El Deber