Difundimos en Pezcalandia que abordado desde el
litoral costero del Paraná o desde el corazón de la producción agrícola y
ganadera, el territorio de la provincia de Santa Fe ofrece un
vasto escenario para el turismo en contacto con la naturaleza, cuyos atractivos
desperdigados al aire libre se alternan con decenas de mojones que señalan
hitos clave de la historia del país, ciudades modernas y pueblos pujantes
marcados por el aporte de distintas oleadas de inmigrantes.
En las últimas vacaciones de invierno, las
propuestas -en su mayoría gratuitas- del Ministerio de Innovación y Cultura
provincial ganaron el interés de más de 220 mil personas, un dato auspicioso
que va de la mano con la apertura, en los últimos años, de hoteles de categoría
en Santa Fe capital, Rosario y Rafaela y la notoria mejora en la conectividad
aérea: a las tradicionales frecuencias diarias de Aerolíneas desde Buenos Aires
hasta la ciudad de Santa Fe y Rosario se suman las prestaciones de COPA, Gol y
Latam -vías directas que unen Santa Fe con La Habana, Florianópólis y la isla
San Andrés, en el Caribe colombiano-, además de la llegada de las opciones low
cost FlyEst (2 a 5 vuelos diarios entre Aeroparque y Santa Fe capital y uno por
día a Sunchales), Flybondi (opera la ruta Rosario-Salta) y JetSmart (de Rosario
a Mendoza y Puerto Iguazú).
Aquí se reseñan los atractivos de cinco destinos,
como para tomar el pulso de una provincia multifacética del Litoral, cuando el
invierno entrega sus últimos arrestos y se vislumbran las jornadas más
agradables que suele regalar la primavera.
1. Santa Fe capital. Hace dos años, la remodelación del Paseo Boulevard, de San Martín
al Puente Colgante, revalorizó la postal más emblemática de la ciudad de Santa
Fe: el cruce vial sobre la laguna Setúbal que comunica las dos orillas de la
ciudad desde 1928. A esa imagen típica de la capital habría que añadir el bar
Baviera, reconocido por sus suculentas picadas matizadas con un liso (cerveza
servida en un vaso alto). Los santafesinos de la capital tienen otro motivo de
orgullo, a partir de la elección entre las seis mejores ciudades del país en el
rubro “Turismo de reuniones y eventos” por el Observatorio Económico de la
Nación especializado en la materia.
Cerca del centro, el Parque Belgrano (más conocido
como Parque Sur) sugiere un relajado paseo en contacto con la naturaleza. La
ciudad despeja aún más su semblante urbano sobre la orilla opuesta, en la
Reserva Ecológica El Pozo, hábitat de comadrejas, lagartos, cisnes y ofidios y
más de 140 variedades de aves en medio de ceibos, sauces y alisos. La vida
nocturna se enciende especialmente en el barrio Recoleta y al pie del faro del
Muelle de los Pescadores.
El paseo por la ciudad de Santa Fe adquiere otras
sensaciones placenteras con la degustación del tradicional alfajor de tres
tapas con dulce de leche y baño de glacé -una magistral obra artesanal que
susbsiste desde 1851-, una visita guiada a Cervecería Santa Fe y una caminata
por el casco histórico -extendido alrededor de la Plaza de las Dos Culturas- y
la peatonal San Martín, donde el corazón de la ciudad late con mayor
intensidad.
Informes. (0342) 457-1831.
2. Rosario. Visitantes del exterior y de todo el país (especialmente porteños,
bonaerenses, cordobeses y entrerrianos) disfrutan de los atractivos de Rosario
durante todo el año y consolidan la fama de “destino de turismo de cercanía”
que ostenta la gran ciudad del sur santafesino. Rosario renovó su oferta
últimamente con la inauguración de hoteles de alta gama, la creación de la
Franja del Río en cuatro galpones portuarios reconvertidos para albergar
propuestas culturales y gastronómicas y la implementación del Circuito del
Puerto, un recorrido con siete escalas hasta el Centro Cultural Parque de
España que vincula los parques ribereños con mojones del pasado, como el sitio
donde fue instalada la piedra fundamental del Puerto en 1902, las huellas del
primer muelle de la ciudad (de 1857) y la bajada Sargento Cabral. Muy cerca, el
Monumento a la Bandera brinda un paseo muy didáctico por la Cripta, la Proa, el
Patio Cívico, el Propileo Triunfal de la Patria, las esculturas en mármol de
Carrara creadas por Lola Mora y el Pasaje Juramento, que une la costa con la
plaza 25 de Mayo.
Otro recorrido a pie que deleita la vista lo
proporcionan los variados diseños arquitectónicos de los siglos XIX y XX que
conforman el Paseo del Siglo en el microcentro de Rosario. Rasgos renacentistas
y neogóticos fusionados con barroco francés, art nouveau y expresionismo alemán
asoman en construcciones de gran valor patrimonial como la sede de la Bolsa de
Comercio, la tienda La Favorita y el edificio Los Gobelinos. Otras paradas
ineludibles de Rosario son los museos de Bellas Artes, de la Ciudad y de Arte
Contemporáneo, los restaurantes especializados en pescados, el barrio Pichincha
y el bar El Cairo. El frente costero de la ciudad y las islas del delta
entrerriano se aprecian en toda su dimensión a través de la excursión guiada en
el barco Ciudad de Rosario 1°. Por si no fuera suficiente para la recreación de
los chicos, también se puede hacer una visita a los tres espacios didácticos y
lúdicos del Tríptico de la Infancia y encontrar el mejor recreo al aire libre
en el parque Independencia.
Informes. (0341) 480-2230/1.
info@rosarioturismo.com / www.rosario.tur.ar
3. Cayastá. El río San Javier bordea las calles de arena de esta localidad y
perfila un escenario ideal para el ecoturismo. Los paseos embarcados y las
excursiones de pesca son aquí las mejores excusas para adentrarse en los brazos
del río que recortan islas, islotes y bancos de arena. En la selva en galería
que recubre el delta se aprecia la flora desbordante y pájaros que revolotean
en bandadas en medio de manojos de timbóes, laureles, alisos y sauces. En las
inmediaciones de la desembocadura del río San Javier en el Paraná, los
aficionados a la pesca embarcada procuran buenos ejemplares de raya, dorado,
manduví, amarillo, armado, boga, patí y moncholo.
En tierra firme, un sendero de arena de 400 metros
de largo dibuja un tajo sobre la barranca para señalar el rumbo hacia Santa Fe
La Vieja, los restos de Santa Fe de la Veracruz, fundada aquí -78 km al norte
del actual emplazamiento- por Juan de Garay en 1573. Chapas de cinc protegen
los cimientos que sostenían las viviendas de los conquistadores españoles y el
templete que guarda parte de la iglesia San Francisco. El suelo removido exhibe
las réplicas de decenas de esqueletos desenterrados entre paredes de tapia
(tierra extraída del río y apisonada).
A través de fragmentos de paredes y objetos,
ladrillos y muros que quedan en pie unos 60 centímetros bajo la superficie, la
caminata por el sitio arqueológico permite revivir la época de esplendor de la
aldea, abandonada por sus pobladores en 1660. Desde 2005, el Museo del Recuerdo
rescata la historia de la primitiva Santa Fe de la Veracruz y la gesta de los
colonos y criollos que edificaron Cayastá. También entre las gruesas paredes de
la iglesia Natividad de la Virgen -levantada en 1900- resuenan los ecos del
pasado.
Informes. (03405) 493-056 / (03405) 15487040.
4. Moisés Ville. En el departamento San Cristóbal, a 177 kilómetros de la ciudad de Santa
Fe y 320 kilómetros al noroeste de Rosario, se extiende la promisoria tierra de
paz y prosperidad que soñaban encontrar los inmigrantes judíos cuando arribaron
al país a fines del siglo XIX huyendo de las persecuciones que sufrían en
Europa del este y Rusia. El primer contingente que desembarcó del buque Weser
en 1889 empezó a dar forma al pueblo de agricultores Moisés Ville, el eslabón
principal de la trilogía de colonias de “gauchos judíos” que también integraban
Mauricio y Villa Clara. Moisés Ville se transformó en la primera cooperativa
agrícola de la provincia de Santa Fe y también fue pionera en el país por su
primera sinagoga, el cementerio y el liderazgo del rabino Aarón Goldman.
Esa singularidad como indudable “Cuna de la
civilización judía” en la Argentina fue reconocida por el Programa Pueblos
Auténticos de la Comisión de Monumentos, de Lugares y Bienes Históricos,
impulsado por las secretarías de Turismo y de Cultura de la Nación, que incluye
18 sitios de interés y cuyo único sitio emplazado en la provincia de Santa Fe
es Moisés Ville.
La fuerte impronta multiétnica de este pueblo
alcanza su mayor expresión todos los años a fines de abril y principios de
mayo, cuando se celebra la “Fiesta de la integración cultural” y los vecinos se
lucen con sus danzas tradicionales, platos típicos y espectáculos musicales.
Más allá de esa cita imperdible, todo el año es posible caminar las calles
tranquilas para visitar las cuatro sinagogas que quedan en pie, el teatro Kadima,
la Biblioteca Popular Barón Hirsch, la Escuela Hebrea Iahaduth, el Cementerio
Israelita y el Museo Histórico Comunal y de la Colonización Judía. Las cinco
salas del museo repasan los orígenes de Moisés Ville, la evolución de la
colonia agrícola y la labor de los artesanos. Abre los miércoles, viernes y
sábados de 16 a 18.
Informes. (03409) 420-026/042.
5. San Carlos Centro. Los principales pilares que sostienen la original propuesta de
Turismo Industrial en San Carlos Centro son los mayores motivos de orgullo de
los habitantes de este pueblo, marcado a fuego por el aporte italiano a 45
kilómetros de Santa Fe capital. Por un lado, Cristalería San Carlos mantiene
rigurosamente su producción en base a la técnica artesanal, una milenaria
tradición introducida en el país en 1947 por el grupo TOVA (Técnicos Obreros
Vidrio Altare), conformado por inmigrantes italianos de la región de Liguria.
Desde la fundación de la fábrica en 1949, en San Carlos Centro se multiplicaron
los talleres dedicados al tallado de vidrio y a las miniaturas en cristal.
La otra referencia ineludible de la actividad
productiva en San Carlos Centro es el taller de la firma Bellini, la única
fábrica artesanal de campanas de Latinoamérica. Cuando empezó a dar sus
primeros pasos como creador de piezas en bronce, en 1892, el pionero piamontés
Juan Bautista Bellini recurrió al método de moldeo por inyección de cera, una
técnica iniciada hace más de 5 mil años. Templos de todo el país cuentan con
campanas de San Carlos, entre ellas el templo Sagrado Corazón, en San Justo
(partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires), donde se escucha el tañido
de la pieza más voluminosa (de 1,43 metro de altura y 1.700 kilos de peso)
fabricada por la familia Bellini. La más completa visita al pueblo no debería
pasar por alto tampoco el Centro de Exposición y Venta de Productos
Sancarlinos, el Museo Histórico de la Colonia San Carlos, la iglesia San Carlos
Borromeo, la plaza San Martín, el Paseo de los Artesanos, la fábrica de
golosinas Lheritier (reconocida por su producción de caramelos, chupetines,
turrones y confituras desde 1896, cuando se asociaron Juan María Lheritier y
Juan Orse), el Jardín Botánico y el taller del escultor de piezas en alambre
Juan Leiva.
Informes. (03404) 423-299.
Imperdibles
Corredor de la Costa Norte. Este entretenido itinerario de más de 400 kilómetros por la ruta 1
desde Santa Fe capital hacia el norte recorre la costa del río San Javier,
donde se alternan bañados, riachos, arroyos, lagunas, lugares de pesca
deportiva, casas de artesanos, quintas frutihortícolas, playas, campings,
circuitos de excursiones, trekking y safari fotográfico y los pintorescos
pueblos San José del Rincón, Santa Rosa de Calchines, Helvecia, San Javier,
Romang y Avellaneda.
Oliveros. A 50 km al
norte de Rosario, camino a la capital provincial, el río Carcarañá decora el
casco urbano de este pueblo con un sugerente paisaje natural, que se presta
para descansar bajo palmeras, pasear en kayak, en bote y en bicicleta, observar
flora y fauna, cabalgar por un bosque y salir a pescar dorados, manduvíes,
sábalos, bogas, surubíes, armados y patíes. Este destino emergente de
miniturismo cuenta con cabañas, campings y clubes recreativos, entre los que se
destacan el hotel de campo Carcaráes y el campo de golf y spa termal Campo
Timbó (www.oliveros.com.ar).
Reconquista. Esta localidad del noreste santafesino es la base para visitar la
ecorregión Jaaukanigás, un extenso humedal habilitado para caminar por
senderos, observar aves, navegar en kayak, sumarse a un safari fotográfico y
hacer una salida de pesca embarcada con guía o desde la costa del arroyo San
Jerónimo, a 12 km de Reconquista, donde se conservan las instalaciones del
puerto construído en 1880. Otros atractivos son el Observatorio Astronómico
Municipal, el Museo Histórico de la Ciudad y el Museo de Arqueología y
Paleontología, que exhibe objetos de las culturas originarias abipona, toba y
guaycurú, además de fósiles de fauna prehistórica (www.reconquista.gob.ar).
San Lorenzo. Entre los rincones más interesantes que ofrece esta población ubicada a
orillas del Paraná, 15 km al norte de Rosario, se cuentan las marcas de su rico
pasado en Campo de la Gloria -escenario de la Batalla de San Lorenzo, librada
en 1813 por los granaderos del general San Martín contra los realistas
españoles-, el Pino Histórico y el convento San Carlos de Borromeo (de 1780),
cuyo museo guarda pertenencias del Libertador. También se puede recorrer el
bosque ribereño, la plaza Evita y el Paseo del Artesano, donde artistas de la
región crean piezas en cuero, caña, flores disecadas, metal, madera, hueso y
tela (www.sanlorenzo.gob.ar).
Dónde informarse. En la ciudad de Buenos Aires, Casa de la Provincia de Santa Fe: 25 de
Mayo 168, teléfonos 4342-0421 y 4342-0408.
En Santa Fe capital, (0342) 458-9475.
santafe.tur.ar@gmail.com
Fuente Clarín