Desde Pezcalandia les contamos la gran historia de ésta alpinista. Viridiana Álvarez llevaba 10 años trabajando en la industria automotriz, pero no se sentía satisfecha. Era una experta en su rama en su natal Aguascalientes, donde el sector es muy fuerte, pero sentía que algo le faltaba: Pasión.
Se
puso a pensar qué le llenaba y lo primero que le vino a la mente fue su hobbie
de montañismo. Así, un día simplemente renunció y se fue a escalar la montaña
Manaslu en la cordillera del Himalata.
“Fue una
decisión que condujo otro parteaguas en mi vida, pero fui consciente del costo
que se tiene que pagar por los sueños, realmente no fue un sacrificio tan
grande, sino que es poner a un lado la certidumbre”, explica Álvarez..
El
cambio valió la pena porque hoy Viridiana Álvarez es la una alpinista mexicana
y latinoamericana que ha conquistado la cima de las cuatro montañas más altas
del mundo y además poseer el Récord Guinness por el tiempo en el que
ascendió al Monte Everest (8 mil 848 metros), el K2 (8 mil 611 metros) y el Kanchenjunga (8 mil 586 metros).
“Mi última
expedición fue al Kanchenjunga, que
es la tercera montaña más alta del mundo en mayo de 2019 y con la que logre el Récord Guinness”, afirma Álvarez.
Su
primera montaña fue el Pico de Orizaba en México y a partir de ese
momento no se ha detenido. A los 10 meses posteriores decidió irse al
Aconcagua, porque ella consideraba que la siguiente etapa en su carrera era conquistar
la cima más alta de América. Con esta expedición logró mezclar lo que hasta
entonces era un hobbie con un trabajo profesional en el montañismo.
“La
gratificación de subir montañas viene en la manera en que yo vivo el
montañismo. Para mí la montaña es un espacio donde he podido crecer,
desarrollarme, encontrar a Dios y a mí misma”, señala la alpinista quien
describe que la satisfacción la encuentra en la pasión que siente a pesar del
alto riesgo que hay en las montañas como el Himalaya.
“Si yo no
hago algo por mis sueños, nadie más lo va a hacer”
Álvarez
expresa, “la pasión para mí no está en la razón, o sea, en analizar esos
factores de riesgo de una manera fría, sino que la pasión es una emoción que se
vive en las entrañas, en lo más íntimo de cada uno y eso hace que cada quien de
nosotros hagamos diferentes locuras, pero con base en eso, a la pasión”.
Además de
dedicarse al alpinismo, Viridiana tiene una empresa de consultoría que se llama Liderazgo de Altura y
ella describe que las conferencias son una parte muy gratificante y
apasionante, porque cambia de manera positiva sus vidas.
Algunos
de los temas que incluye son los valores que se aplican para todos los ámbitos
de la vida, ya sean personales, profesionales o deportivos. De igual manera, el
romper paradigmas, de confiar en uno mismo, pagar el costo, actitud positiva,
que ella considera que son universales.
Tener
control sobre el miedo
Viridiana
es una de las pocas mujeres que ha conquistado la cumbre del K2. La propia
alpinista señala que la montaña le hizo conocer todos sus límites, desde la
parte del autocontrol del miedo hasta pasar por muchos obstáculos y seguir
hacia arriba. Para ella, conquistar estas cumbres no solo se trata de subir a
la cima, pues eso solamente es la mitad del camino.
“El miedo
es una emoción que nos ha ayudado a sobrevivir a lo largo de toda la historia
del ser humano en la evolución. He tenido miedo en esas montañas, porque si no
lo tuviera no estaría midiendo el riesgo, el reto es poder lidiar y tener ese
autocontrol del miedo, cada uno lo vive de manera diferente, es una emoción que
se requiere, pero que no tenemos que dejar que nos sobrepase, debemos de
controlarlo”.
Álvarez
cuenta que cuando bajó del K2 y era consciente de que había sobrevivido fue un
momento muy grande de empoderamiento y de entender que todo lo podía lograr con
esfuerzo, pasión y determinación. “Es una montaña que para mí representa romper
con todos los paradigmas”. Tal vez, por como dice Viridiana, es que, por
estadística, de cada cuatro personas que logran llegar a la cima del K2, uno no
baja.
En ese momento todo era estaba en contra de la hidrocálida,
pues apenas tenía cuatro años de experiencia subió al K2, mientras que sus
compañeros llevaban hasta 20 años de experiencia en el montañismo e iban por su
tercero o cuarto intento, en tanto que ella por el primero. Aún así logro
superar el gran reto y salir triunfadora.
El
montañismo representa para ella el reto donde cada quien enfrenta sus propios
“demonios” y el K2 le hizo ver parte de sus límites y suerte en momentos de
mucho riesgo. Describe que la mente juega mucho y el autocontrol que se debe
tener en la montaña es impresionante.
Cada
expedición tiene un valor especial para ella, pues cada una le ha brindado una
experiencia distinta y grandes logros.
“El
Everest siempre va a ser una montaña muy especial para mí porque es la más alta
del mundo y creo que subirla fue un parteaguas en mi vida. Cada montaña tiene
su momento especial y el año pasado en el Kanchenjunga llevé la bandera de
México y me convertí en la primera mexicana en conquistarla. Además, la llegué
a la cima el día de mi cumpleaños y superé Récord Guinness”, expresa con mucho
ánimo Álvarez. “Fue un regalo precioso”.
Pezcalandia
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