Nos llega a la redacción de Pezcalandia que cerca de la localidad de Verónica, provincia de Buenos Aires, tenemos un pesquero como pocos para la pesca de taruchas.
Excelente atención, un entorno prolijo y cuidado, y
piezas de calidad hacen de este lugar una propuesta muy recomendable.
Los pescadores de tarariras estamos acostumbrados a pantanos, yuyales circundando las costas, cordones de juncos y vadeos
entre masas abigarradas de vegetación acuática. Por eso la propuesta de pescar
tarariras en un lugar bien cuidado, de pasto perfectamente cortado, con patitos
alrededor, alguna nutria mansa y una buena arboleda para refrescarse a la
sombra, me parecía no solo interesante, sino casi irreal. Pero ese lugar existe, está en Verónica –partido de Punta Indio– y se
llama establecimiento El Indio.
Nos
recibe Fernando, su dueño, desconcertado, pregunté quién había relevado esos
lagos –en rigor tosqueras cavadas hace tres lustros y sembradas con tarariras
con la asesoría de un biólogo–, pero mi anfitrión me tranquilizó diciendo que
quien había ido por allí era ni más ni menos que una leyenda del periodismo de outdoor, Rodolfo
Perri, señero periodista ya fallecido que visitó el predio hace más de 15 años, cuando las
cavas no existían, en tiempos en donde en esos campos se cazaban faisanes.
Así
las cosas, me encontré con los amigos de la Asociación Platense de Pesca con
Mosca que allí hacen sus prácticas: Alejandro Nocetti, Sergio Salvatore,
Notario, y varios más, con quienes empezamos a mosquear usando
equipos que iban del 3 al 6, con líneas de flote y tres familias de engaños
bien diferenciadas: los poppers, los streamers y las “tucanetas”, señuelos de
foam que imitan en pequeña escala al señuelo caimán o el legendario tucán de
Del.
Un
detalle importante fue el uso de unos novedosos snaps, que permiten
el intercambio rápido de moscas en el mismo leader, sin
necesidad de andar atando en cada cambio de engaño.
Las
tarariras no tardaron en mostrar sus preferencias por las tucanetas por sobre
los poppers, que fue lo que probamos en las primeras horas. Ejemplares
de 1 a 1,5 kilos nos hicieron divertir en grande durante la mañana, donde nos
concentramos en uno de los dos lagos, con la convicción de que
dejando reposar alguno de los ámbitos siempre tendríamos algo nuevo para
explorar después.
Tras
un almuerzo reparador, visitamos uno de los lagos que no habíamos tocado. Salvatore
me ofrece una mosca hecha con pelo de conejo y anzuelo retrasado. El streamer
terminaba en una delgada tira de piel con pelo que se movía maravillosamente. Y
no tardó en dar resultados.
Mis amigos seguían con las tucanetas mientras que con Sergio marcamos diferencias con ese artificial de su creación. Y no solo en cantidades sino también en tamaños. Pero lo que rompió todos los pronósticos fue una tremenda tararira de 4 kilos que sacó Salvatore exigiendo al máximo su equipo 4. “Nunca saqué una tan grande”, contó el eximio pescador, creador de los frutos blandos que hacen las delicias de los pescadores de omnívoros en Concepción del Uruguay y el Alto Paraná.
Ale
Nocetti, alma generosa que nutre a todos sus amigos de maravillosos poppers y
tucanetas de su creación, siguió insistiendo con esos
artificiales y tuvo su racha de gloria con los poppers al final de la jornada, horas de
rayos oblicuos que le dieron a este excelente pescador y fotógrafo las mejores
imágenes de la jornada.
En
conclusión, El Indio es un ámbito
maravilloso para el mosquero, no solo porque podemos castear tranquilo sin
vegetación detrás enganchando la línea, sino porque su población de tarariras
está bien cuidada, se regulan los cupos y se permite solo la pesca con
devolución y con artificiales (durante un rato también practiqué baitcast con
excelentes resultados).
Es, por las características descriptas de ámbito
prolijo y bien mantenido, un sitio ideal para iniciar niños en la pesca
deportiva con artificiales. La
yapa: el alojamiento rural que se ofrece en el establecimiento, en una de las
primeras casas de Verónica, rodeada de robes y glicinas centenarios, en
donde el descanso profundo rodeado de todos los verdes está garantizado. La
atención cordial de Fernando de Juan, encargado del ámbito, quien
constantemente está chequeando si el visitante requiere algo, hace el resto
para que pescadores o amantes del turismo rural lo pasen de maravillas.
Para agendar
Acceso: desde Buenos Aires se toma ruta 2 y luego
ruta 36 hasta el ingreso a Verónica. La primera entrada está cerrada y se
ingresa por la segunda. Allí, el ingreso al campo es por calle Circunvalación
2, entre Circunvalación 10 y Circunvalación 12.
Pezcalandia
Prensa
& difusión
Fuente
Weekend- Editorial Perfil