El nombre Tirich Mir significa 'Rey de la Oscuridad'. Se
cree que en lo alto de la montaña hay una fortaleza con hadas y que las hadas
están custodiadas por ranas gigantescas del tamaño de camiones que viven en las
grietas. Si alguien se atreve a subir a la montaña, será devorado por las
ranas, y aquellos que sobrevivan a las ranas, morirían dentro de un año. A
pesar de las creencias locales de la cultura popular, muy notorias en esta zona
de montañas enigmáticas y salvajes, en 1928 y en 1929 hubo dos intentos para
escalar Tirich Mir por el Survey of India, sin éxito. En 1935 y en 1939 otros
dos intentos fracasaron para ascenderla desde el lado sur, por alemanes e
ingleses, respectivamente.
Diez años más tarde, en 1949, el profesor de filosofía
noruego Arne Naess y un escalador compatriota suyo fueron allí para explorar un
glaciar cercano a la montaña. Desde allí quisieron ver qué opciones de rutas
posibles habría para ascenderla. Los dos llegaron a la conclusión de que la
arista sureste sería la más adecuada para tal fin.
Arne Naess cerca de la cumbre principal de Tirich Mir
durante la primera ascensión.Arne Naess cerca de la cumbre principal de Tirich
Mir durante la primera ascensión.The Himalayan Journal
En el mismo invierno de 1949/1950, los noruegos empezaron a
preparar la expedición cara al verano de 1950, con el objetivo de coronar la
cumbre principal de Tirich Mir. El gran alpinista y militar inglés Tony
Streather también se unió al equipo noruego. Aparte, contrataron a porteadores
locales, pero Naess tenía cierto miedo a que las creencias locales pudieran
causar miedo en sus ayudantes durante la ascensión. El propio Naess describió
la montaña como un "castillo de hadas resplandeciente".
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El equipo tuvo que hacer ciertas modificaciones en la ruta
mediante un atajo muy peligroso hacia la arista sur, por las constantes
amenazas de avalanchas en la línea de ascensión inicialmente planeada. Si el
tiempo cambiara bruscamente, estarían en una situación de vida o muerte todos.
Cuando el grupo ya se encontraba bastante arriba, por encima de los 6.500
metros, uno de los porteadores, Mutaib, entró en pánico y amenazó con lanzarse
al vacío. Mutaib veía a hadas por todas partes, y su miedo se reforzó aún más
porque, según las creencias, el color rojo pondría muy furiosas a las hadas.
Cualquier detalle que Mutaib haya visto, aunque fuera la más mínima letra
impresa en color rojo en alguna lata, aumentó su miedo.
La situación en ese lugar tan peligroso empezó a ser
insostenible. Streather y otro porteador convencieron a Mutaib para que no se
tirara y lo acompañaron a un campo inferior donde el médico del equipo le dio
morfina al hombre asustado para calmarlo. El resto del equipo alcanzó mientras
tanto los 7.010 metros, pero uno de los miembros se enfermó con neumonía y
tuvieron que tomar la decisión de abortar el ataque a cima el 12 de julio y
descender todos para reorganizarse. Pero lo peor ocurrió justo en ese momento
de la retirada.
Nadie se esperaba algo que en unos momentos pondría a todos
en peligro de muerte. Un enorme terremoto sacudió el lugar, siendo el epicentro
justo en Tirich Mir. La locura se desató, las avalanchas venían como trenes de
alta velocidad, las rocas caían como bombas. Con mucha suerte, el equipo pudo
esquivar la tragedia y alcanzaron el campamento base.
Una semana después, el 20 de julio de 1950, decidieron hacer
un segundo intento para alcanzar la cima. El 22 de julio finalmente
consiguieron coronarla varios miembros del equipo, incluyendo a Naess y a
Streather también. Lo más bonito de esta expedición fue el respeto y el cariño
que los noruegos y el inglés mostraron hacia los porteadores, y tras la exitosa
primera ascensión recalcaron que los porteadores contribuyeron en gran medida
al éxito.
Pezcalandia
Prensa & Difusión
Fuente: 20 Minutos