El pescador más experimentado sabe que cada destino tiene
una técnica y una modalidad especial, pero, los que recién se inician, están
ávidos de datos que le permitan entender como se pesca en cada sitio. Es común
ver a aficionados en la escollera o costa del mar, con equipos clásicos para la
laguna y que no permiten anclar un plomo, o bien, a cañófilos que desconocen
los implementos a usar en diques y embalses. Para ellos, este breve resumen de
algunos datos para tener en cuenta y entender cómo pescar en cada destino.
Lagunas:
En estos espejos el pejerrey se suele pescar embarcados o de
costa. En la primera modalidad, básicamente tenemos dos formas de encarar la
pesca. Una es gareteando, para lo que necesitaremos que haya viento para que el
bote se mueva. Se inicia la gareteada donde nace el viento, con un ancla de
capa que nos regula la velocidad a la que se traslada la embarcación. Para que
los pescadores puedan pescar a lo largo del bote, el ancla se ubica en el
tolete del remo, para que se desplace en forma perpendicular a la dirección del
viento. Se arroja la línea de cara al viento, con el reel abierto y dejando que
el aparejo se aleje.
Pejerreyes de costa en el dique Paso de las Piedras
Otra alternativa es pescar anclados, en este caso, deberemos
arrojar el aparejo a favor del viento. El ancla se ata al tolete del remo para
comodidad, y si las condiciones lo indican, es necesario un muerto para que el
bote no se mueva. En esta modalidad entran en acción las variables en el
formato de boyas, y tamaños, ya que necesitaremos que las mismas se alejen a
una velocidad adecuada. Una boya muy grande puede llegar lejos rápidamente,
pero su rápido movimiento puede ser negativo para buscar el pique. En cambio,
una boya muy chica, puede tener actividad, pero tardará mucho en llegar a la
línea de actividad. Sin viento se puede intentar con un puntero o un aparejo
con la última boya lastrada. Los equipos más clásicos son telescópicas o las
cada vez más usadas cañas de tres tramos de 4 a 4.20 m, pasahilos aptos para
multifilamento y reels que van del tamaño 2500 a 3000 cargados con
multifilamento 0.12 mm.
En el caso de la pesca de costa, en muchas lagunas la línea
de pique está muy lejos, lo que nos obliga a lanzar lo más lejos posible o
vadear. De fondo es la técnica más habitual, más para buscar calidad. Las cañas
deben ser potentes y permitirnos plomos mayores a los 75 gramos, y los reeles
deben estar entre el 3000 y 4000, con una buena carga de nylon o
multifilamento, dependiendo del gusto del pescador.
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Diques y embalses:
Con profundidades muy diferentes a las lagunas, estos
ámbitos abundan en Córdoba, Mendoza, Salta o Tucumán. Allí, la actividad se
centra en la modalidad embarcados, con una boya paternóster y dos técnicas
particulares: el aparatito y balancín. Son similares, pero actúan a diferente
profundidad. El aparatito es una especie de balancín que se desliza sobre el
nylon mediante dos nudos corredizos, y en el extremo inferior, se coloca un
plomo para fondear el conjunto. La línea, por efecto de la boya, se mantiene
vertical y, la misma, sobresale un par de centímetros del agua, lo que hace muy
sensible este aparejo. Se pesca bien abajo, en una técnica que los lugareños
llaman al barro. El balancín es similar, pero se coloca sólo el plomo necesario
para que la boya quede parada y semi ahogada, pudiendo variar la profundidad
desde pocos centímetros de la superficie hasta el fondo. En este caso podemos
usar cañas más cortas, de 2.70 a 3 m, con reels que van del tamaño 1000 a 2000,
con nylon 0.23 a 0.25 mm.
Río de la Plata:
En este punto se pesca al garete, como en las lagunas, pero
al encontrarnos con mayores vientos, en muchas ocasiones, nos obliga a frenar
la deriva con dos anclas de capa. Los tamaños de las boyas son más grandes, ya
que pescamos a mucha distancia, y anda bien la famosa bigotera. La línea se
refuerza más que la clásica lagunera, y el equipo debe ser más potente, ya que
podemos llegar a clavar a 100 metros de la embarcación. La boca del pejerrey es
más grande, lo que nos genera a mayor volumen de encarne y es clásica la calle
de ceba, con un goteo constante y parejo que nos ayuda a mantener cerca los
pejerreyes. Al igual que en las lagunas, usaremos cañas de 4.20 a 4.50 m, más
potentes, con reels de buena carga, tamaño 4000, con capacidad de carga de, al
menos, 130 metros de multifilamento 0.10 a 0.18 mm.
Muelles del Guazú:
Es un pesquero muy especial ya que el pescador debe lanzar
la línea e ir acompañándola a la misma velocidad que se desplaza en el agua. Es
de las más activas, nos obliga a estar muy atentos a los piques y a la clavada
que debe ser certera. Se pesca ejemplares chicos de pejerreyes junqueritos o
cornalitos, con boyas de 6 a 8 mm y equipos ultralivianos, pero también buenos
portes que nos obliga a lanzar lejos con cañas de 3 a 4 metros.
Mar:
Tanto desde la costa como en escolleras o muelles, el pejerrey
en el mar está lleno de adeptos. De orilla usaremos un equipo convencional de
variada, principalmente por los plomos pesados y no por los tamaños de captura
ni por las distancias que lanzaremos, ya que se suele dar cerca la pesca.
Utilizaremos una línea de tres anzuelos y una boya zanahoria que eleva el
aparejo del fondo. Es indispensable el rulero cebador. Desde la escollera, es
posible usar cañas más sutiles y, en ciertas ocasiones, ni se usa rulero, sólo
se ceba con una cuchara, ya que se arrima a las rocas para alimentarse. Podemos
pescarlos a flote, con dos boyas y bajadas largas, o con una zanahoria y tres
anzuelos. También, una técnica muy usada es el vuelo, que se hace con una línea
de fondo, con brazoladas de más de un metro. Se hace una especie de spinning
con carnada y atrae mucho a los pescadores, especialmente en lugares como
Necochea o Mar del Plata. En el último tiempo, cada vez más se ven los sabikis,
otra alternativa muy pagadora con especies cazadoras.
Vale aclarar que es una guía breve de un tema que se podría
ampliar con muchisimo material, pero compartimos una sintesis que prometemos
seguir desaznando con el correr de los meses, ya que, como el lector habrá
visto, con distintas técnicas o modalidades, en agua salada o dulce, siempre la
pesca de pejerrey es apasionante. La temporada está en marcha, sólo hay que
elegir un destino y aprovechar el buen pique.
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Pezcalandia
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Fuente: Weekend