Nuestra idea para el fin de semana era hacer un poco de baitcasting, probar suerte con carnada en busca de algún dorado más grande, y quizás intentar atrapar algunas bogas de buen tamaño, que ya empiezan a aparecer en la zona. Iniciamos la jornada lanzando señuelos en correderas cercanas a la Zona, obteniendo resultados de inmediato, con el río marcando una altura de 6,20 metros a nuestra llegada.
Comenzamos utilizando señuelos con paleta 1, aunque algunos optaron por paleta 2, que dieron mejores resultados. Los piques fueron constantes, con dorados que iban desde medio kilo hasta 4,5 kilos. En algunas zonas, llegamos a tener hasta tres piques simultáneos, haciendo que el camarógrafo tuviera dificultades para decidir a quién enfocar primero.
Las primeras dos horas de pesca fueron un verdadero festival, con numerosos piques de dorados. Sin embargo, después de unas dos horas y media, decidimos finalizar la primera jornada alrededor de las 17 horas, ya que los piques con carnada eran menos frecuentes y de tamaño similar a los obtenidos con señuelos.
Nos dirigimos a las cabañas de Don Alonso Pesca (contacto: 345 415-6874), donde toda la familia de Alonso nos recibió con una atención de primera, en un ambiente familiar y acogedor.
Tras una noche de descanso reparador, nos levantamos temprano para continuar la pesca. La estrategia para el segundo día era hacer un poco de casting, luego intentar con carnada, y después del almuerzo, buscar algunas.
El día amaneció hermoso, cálido y casi sin viento, pero el río estaba dos metros más bajo que el día anterior, lo que auguraba una jornada distinta. A diferencia del sábado, donde las correderas y los árboles nos indicaban claramente dónde lanzar los señuelos, en esta jornada los piques se daban en lugares más alejados de la costa, especialmente donde el agua corría más rápido.
Comenzamos utilizando señuelos con paleta 1, aunque algunos optaron por paleta 2, que dieron mejores resultados. Los piques fueron constantes, con dorados que iban desde medio kilo hasta 4,5 kilos. En algunas zonas, llegamos a tener hasta tres piques simultáneos, haciendo que el camarógrafo tuviera dificultades para decidir a quién enfocar primero.
Las primeras dos horas de pesca fueron un verdadero festival, con numerosos piques de dorados. Sin embargo, después de unas dos horas y media, decidimos finalizar la primera jornada alrededor de las 17 horas, ya que los piques con carnada eran menos frecuentes y de tamaño similar a los obtenidos con señuelos.
Nos dirigimos a las cabañas de Don Alonso Pesca (contacto: 345 415-6874), donde toda la familia de Alonso nos recibió con una atención de primera, en un ambiente familiar y acogedor.
Tras una noche de descanso reparador, nos levantamos temprano para continuar la pesca. La estrategia para el segundo día era hacer un poco de casting, luego intentar con carnada, y después del almuerzo, buscar algunas.
El día amaneció hermoso, cálido y casi sin viento, pero el río estaba dos metros más bajo que el día anterior, lo que auguraba una jornada distinta. A diferencia del sábado, donde las correderas y los árboles nos indicaban claramente dónde lanzar los señuelos, en esta jornada los piques se daban en lugares más alejados de la costa, especialmente donde el agua corría más rápido.
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Luego logramos capturar los dorados más grandes del día, de aproximadamente 4,5 kilos. Continuamos pescando hasta que el viento sur comenzó a intensificarse, complicando el resto de la jornada. Algo que nos llamó mucho la atención fue que quienes usaron señuelos pequeños de color verde tuvieron más de nueve piques de boguitas y sabalitos, todos correctamente enganchados de la boca, lo que nos hizo preguntarnos si fue casualidad o si realmente intentaban atacar los señuelos.
Nuestra idea original era pescar hasta el mediodía, almorzar y luego intentar con las bogas antes de emprender el regreso. Sin embargo, al mediodía, cuando nos acercamos a la costa para recoger el almuerzo preparado por la posada, nos dimos cuenta de que las ráfagas de viento alcanzaban los 40 kilómetros por hora, haciendo casi imposible continuar pescando. Decidimos entonces regresar al embarcadero y preparar todo para el viaje de vuelta.
En total, durante las dos jornadas (alrededor de 9 horas de pesca), logramos capturar unos 70 dorados, además de una cantidad similar de piques fallidos. Realmente, el río está en un momento excepcional. Nos quedó pendiente capturar alguna de las grandes bestias que habitan la zona, un desafío que esperamos enfrentar en nuestra próxima visita a Concordia.
Regresamos más que satisfechos con nuestra experiencia en Concordia. Agradecemos, como siempre, a quienes hacen posibles nuestros viajes.
Como en cada nota, les recordamos la importancia de cumplir con las regulaciones de tamaño, cuotas y vedas de cada especie para contribuir a la conservación de esta pasión para las futuras generaciones. Además, no olviden dejar los lugares de pesca tan limpios como los encontraron; llevarse la basura no cuesta nada.
Luego logramos capturar los dorados más grandes del día, de aproximadamente 4,5 kilos. Continuamos pescando hasta que el viento sur comenzó a intensificarse, complicando el resto de la jornada. Algo que nos llamó mucho la atención fue que quienes usaron señuelos pequeños de color verde tuvieron más de nueve piques de boguitas y sabalitos, todos correctamente enganchados de la boca, lo que nos hizo preguntarnos si fue casualidad o si realmente intentaban atacar los señuelos.
Nuestra idea original era pescar hasta el mediodía, almorzar y luego intentar con las bogas antes de emprender el regreso. Sin embargo, al mediodía, cuando nos acercamos a la costa para recoger el almuerzo preparado por la posada, nos dimos cuenta de que las ráfagas de viento alcanzaban los 40 kilómetros por hora, haciendo casi imposible continuar pescando. Decidimos entonces regresar al embarcadero y preparar todo para el viaje de vuelta.
En total, durante las dos jornadas (alrededor de 9 horas de pesca), logramos capturar unos 70 dorados, además de una cantidad similar de piques fallidos. Realmente, el río está en un momento excepcional. Nos quedó pendiente capturar alguna de las grandes bestias que habitan la zona, un desafío que esperamos enfrentar en nuestra próxima visita a Concordia.
Regresamos más que satisfechos con nuestra experiencia en Concordia. Agradecemos, como siempre, a quienes hacen posibles nuestros viajes.
Como en cada nota, les recordamos la importancia de cumplir con las regulaciones de tamaño, cuotas y vedas de cada especie para contribuir a la conservación de esta pasión para las futuras generaciones. Además, no olviden dejar los lugares de pesca tan limpios como los encontraron; llevarse la basura no cuesta nada.
Pezcalandia
Prensa & Difusión
Fuente: novaentrerios
