Septiembre de 2008 marca el décimo año de la promoción desde la sociedad civil ambiental y la aprobación por la Autoridad Nacional del Ambiente de “Septiembre Mes de los Océanos”, que destaca la importancia de la vida marina y su protección.
Por ello en Pezcalandia queremos difundir esta nota que tanto piden nuestros lectores.
La fecha es propicia para que superemos el proceso depredador–contaminador que practican algunos sectores de la actividad económica, en una vorágine que amenaza la vida marina, que contribuye con más del 60% de las provisiones alimenticias de la humanidad, regula el clima, aporta oxígeno, captura carbono y ofrece espacios para la recreación, el ecoturismo, las bellezas escénicas, didácticas, económicas, y de muchos productos y actividades para el bienestar social.
Es plausible que algunas entidades gubernamentales mantengan la política de alineamiento conservacionista de los cetáceos: a lo interno la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP), la Universidad Marítima, y en el marco internacional, el Ministerio de Relaciones Exteriores. Destacamos la sanción que la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) impusiera al Oriental Blue Bird, barco japonés de bandera panameña, por dedicarse al transporte de carne de ballena contraviniendo las políticas internas y externas de la República de Panamá en materia de protección de los cetáceos.
Necesitamos pasar de lo cuantitativo a lo cualitativo; del mayor número de naves abanderadas a ser una nación responsable que exige a su marina mercante el cumplimiento de las políticas nacionales e internacionales en materia de calidad de transporte, seguridad, protección a la vida y el ambiente.
La 
Universidad Marítima Internacional de Panamá, propuesta por la Asociación Verde de Panamá (ASVEPA), avanza en su misión de formar los profesionales para el proceso de recuperación de los recursos marinos, pero esa iniciativa aún es limitada, esperamos que se amplíe.
El relleno de las áreas costeras y el acaparamiento de servidumbres en los litorales (playas, manglares, accesos y vistas costeras marinas) limitan el derecho ciudadano a disfrutar de las bellezas escénicas oceánicas y las posibilidades recreativas que contribuyen a la renovación psicosocial de la población laboral y de la familia panameña. Pongamos fin al abuso.
Los puertos siguen siendo áreas contaminadas. La deforestación devastadora de los bosques y los manglares genera altas cantidades de sedimentos; mientras los corales mueren, se disminuye el oxígeno y captura de carbono, los tiburones son depredados, los huevos y la carne de las tortugas se venden en sitios públicos, se permite el uso extensivo de las artes de pesca (que son trampas de muerte para la biodiversidad marina), la basura y otras descargas contaminantes se vierten en los ríos y mares.
Por todo lo anterior, se requiere un mayor esfuerzo de parte de la ARAP, la AMP, las universidades, escuelas, las ONG ambientalistas, las asociaciones de pesca deportiva, los usuarios para evitar el deterioro y recuperar la biodiversidad así como el compromiso decidido de las empresas navieras y de sus firmas legales, para que las flotas mercantes protejan la vida marina.
El Parque Nacional Coiba y las áreas protegidas marinas, no escapan a esta amenaza. Las actividades de aprovechamiento comercial deben establecerse fuera de los límites de las áreas protegidas. Coiba genera semillas de la biodiversidad oceánica.
En “Septiembre, Mes de los Océanos”, solicitamos no contaminar nuestros mares, preferir los hoteles, las instalaciones, los locales o las viviendas amigables con el ambiente, sumarse a las jornadas de limpieza submarina y de las playas y utilizar alternativas biodegradables.
Disfrute del avistamiento de las ballenas y los delfines a mar abierto, apoye la creación del Santuario Ballenero de las Américas, denuncia el desaleteo de tiburones, y recuerde, elige a los candidatos comprometidos con el ambiente. Vale más la naturaleza viva, que la muerta.
El autor es presidente de la Asociación Verde de Panamá
Photo Casa maerica.es - Fondear.org
Universidad Marítima Internacional de Panamá, propuesta por la Asociación Verde de Panamá (ASVEPA), avanza en su misión de formar los profesionales para el proceso de recuperación de los recursos marinos, pero esa iniciativa aún es limitada, esperamos que se amplíe.
El relleno de las áreas costeras y el acaparamiento de servidumbres en los litorales (playas, manglares, accesos y vistas costeras marinas) limitan el derecho ciudadano a disfrutar de las bellezas escénicas oceánicas y las posibilidades recreativas que contribuyen a la renovación psicosocial de la población laboral y de la familia panameña. Pongamos fin al abuso.
Los puertos siguen siendo áreas contaminadas. La deforestación devastadora de los bosques y los manglares genera altas cantidades de sedimentos; mientras los corales mueren, se disminuye el oxígeno y captura de carbono, los tiburones son depredados, los huevos y la carne de las tortugas se venden en sitios públicos, se permite el uso extensivo de las artes de pesca (que son trampas de muerte para la biodiversidad marina), la basura y otras descargas contaminantes se vierten en los ríos y mares.
Por todo lo anterior, se requiere un mayor esfuerzo de parte de la ARAP, la AMP, las universidades, escuelas, las ONG ambientalistas, las asociaciones de pesca deportiva, los usuarios para evitar el deterioro y recuperar la biodiversidad así como el compromiso decidido de las empresas navieras y de sus firmas legales, para que las flotas mercantes protejan la vida marina.
El Parque Nacional Coiba y las áreas protegidas marinas, no escapan a esta amenaza. Las actividades de aprovechamiento comercial deben establecerse fuera de los límites de las áreas protegidas. Coiba genera semillas de la biodiversidad oceánica.
En “Septiembre, Mes de los Océanos”, solicitamos no contaminar nuestros mares, preferir los hoteles, las instalaciones, los locales o las viviendas amigables con el ambiente, sumarse a las jornadas de limpieza submarina y de las playas y utilizar alternativas biodegradables.
Disfrute del avistamiento de las ballenas y los delfines a mar abierto, apoye la creación del Santuario Ballenero de las Américas, denuncia el desaleteo de tiburones, y recuerde, elige a los candidatos comprometidos con el ambiente. Vale más la naturaleza viva, que la muerta.
El autor es presidente de la Asociación Verde de Panamá
Photo Casa maerica.es - Fondear.org
