jueves, 1 de enero de 2009

Pesca en el Lago Meliquina

Luego de la apertura de la temporada en el río Correntoso nos dirigimos hacia el club Norysur, hacia el refugio que este antigüo club tiene en el Lago Meliquina. Allí pasamos dos días completos disfrutando de sus instalaciones, en Pezcalandia informamos todo sobre la actividad, el envio de este articulo es anonimo a su pedido destacando la labor de Guillermo su autor y colega. Llegamos bien temprano en la mañana como para disfrutar el día completo. Luego de un extraordinario desayuno, habitual en el club, nos subimos al bote que ya nos habían preparado y partimos hacia la boca del río Hermoso. Tanto el lago como el río tienen bastante agua, casi podríamos decir que un nivel similar al del año anterior para esta misma fecha. Dejamos nuestro bote en una playita cercana a la desembocadura y hacia allí partimos para realizar nuestros primeros intentos. Mientras Horacio hacía algún arreglo de último momento en su líder, yo hice mis primeros intentos desde afuera del agua y al no obtener resultados ingresé algunos pasos dentro del lago y comencé a castear hacia un borde de la corredera que el río generaba en su ingreso. Utilizaba caña #5 con línea de hundimiento fast IV y un streamer. Los primeros piques no se hicieron esperar y en menos de diez minutos dos hermosas arco iris de aproximadamente medio kilo (un tamaño standard en este lugar) ya habían sido retratadas y devueltas al agua.Unos minutos después Horacio sacaba una linda marrón que le dió una interesante pelea. Luego de ello no obtuvimos más respuestas y decidimos cambiar de lugar, no sin antes efectuar algunos intentos con líneas de flote y ninfas sobre un sector con vegetación acuática muy profusa. Caminamos hasta la desembocadura de otro arroyo cercano llamado Blanco o Pichi Liu pero no tuvimos suerte, este último está demasiado cerca de algunas construcciones y embarcaderos por lo que supusimos un lugar demasiado frecuentado.Subimos al bote y emprendimos viaje hacia el arroyo Verde, distante a unos 500 metros hacia el norte, para los que no lo conocen este es un importante arroyo que cruza el conocido coto de caza y reserva animal llamado Parque Diana. En su desembocadura tuvimos las mejores respuestas, siempre con líneas de hundimiento rápido y siempre con streamers. Algunas pruebas con ninfas no dieron el mismo resultado aunque algunas capturas obtuvimos, generalmente de menor porte y más espaciadas.Por la tarde, luego de un exquisito almuerzo y una reparadora siesta, emprendimos el trayecto hasta otro de los arroyos que tributan sobre el Meliquina, esta vez se trató del Doña Mica, este tributario da comienzo al sector denominado "el acuario" llamado así por la gran cantidad de peces que lo pueblan desde allí y hasta el punto final sobre la desembocadura del arroyo San Francisco.
Buenas capturas en cantidad aunque los tamaños siempre fueron pequeños. Ya previendo la última hora de sol decidimos volver hacia la desembocadura del río Hermoso en busca de alguna captura de mayor tamaño, pero una falla en el encendido del motor nos obligó a cambiar de idea y regresar tempranamente a la playa junto al embarcadero del club desde donde realizamos los últimos lances hasta que no hubo más luz. Allí pude obtener la mejor captura del día, un hermoso macho marrón que picó justo sobre la vegetación del veril tomando una woolly bugger verde en anzuelo #6. Luego de más de 15' de pelea y no sin antes darme un buen susto al enfilar en varias oportunidades hacia las maderas del embarcadero, la pude arrimar a la playa, luego de las fotos, la devolución y las felicitaciones de Horacio y de algunos de los trabajadores del club, di por concluida mi jornada con la satisfacción de un día pleno de pesca coronado por esa captura excepcional y prácticamente a 30 metros de nuestro dormitorio.
Cena y a descansar, nuestro siguiente día sería el último y todavía nos quedaban lugares por explorar.
A la mañana siguiente nos levantamos bien temprano y partimos para recorrer nuevamente todos los arroyos que tantas satisfacciones nos habían dado el día anterior, en la boca del río Hermoso nos encontramos con otros pescadores que iban a pescar los últimos doscientos metros del río, esto nos impidió pescarlos a nosotros como era nuestro plan original, pero en la boca misma del río pudimos obtener nuestras primeras capturas del día. En esta oportunidad observamos que sobre las plantas hundidas que se encuentran en la márgen derecha de la desembocadura en el lago había cierta actividad pero desechamos de pescar con secas al comprobar que las truchas eran de muy pequeño tamaño.Volvimos a hacer la recorrida de los arroyos ya mencionados y sobre la desembocadura del Verde obtuvimos la mejor respuesta de la mañana: 10 truchas entre dos pescadores en un par de horas. Espectacular!!. Volvimos temprano porque el plan de la tarde era la boca del río Meliquina.Luego del almuerzo y la siesta partimos en una camioneta del club hacia la embocadura del río Meliquina, al llegar dos cosas nos desanimaron un tanto: 1) el helado y fuerte viento de frente provocaba altas olas en toda la boca y el puente sobre la ruta provincial 63, lo cual hacía practicamente imposible pescar allí y 2) el nivel del agua era alto y la correntada muy fuerte dificultando el acceso al río y a los mejores lugares de pesca. Pero sabemos que los pescadores con mosca hacen frente a todas las adversidades y luego de ponernos toda la ropa de abrigo que llevábamos, cerramos el auto y partimos en busca de las truchas del río.Como preveíamos la pesca fue en extremo dificultosa, el viento castigaba duramente y justamente del lado derecho; hubo que extremar recursos para evitar los moscazos, lo cual no siempre se consiguió con éxito. En la hora y media que aguantamos estoicamente solo obtuve un pique que me brindó el hermoso salto de una arco iris aunque se desprendió del anzuelo dejándome con las manos vacías. Derrotados por el clima y por el cansancio de varias jornadas de pesca decidimos volver al reparo del club y de su playita junto al muelle para hacer nuestros últimos intentos. Menos mal que volvimos!!.Luego de una hora de castear sin descanso y cuando ya comenzaba el atardecer, Horacio clavó una pequeña arco iris que tuvo la virtud de devolvernos el ánimo que ya creíamos perdido. Un par de minutos después el mismo obtuvo otra arco iris, esta vez de muy respetable tamaño y solo un rato más tarde otra vez tuve la suerte de obtener una muy linda marrón que si bien era más corta que la del día anterior, era mucho más gorda y tan peleadora como ésta. Otra vez la playita a 30 metros del dormitorio nos premiaba con la mejor trucha del día. Charlando con Horacio en el viaje de vuelta que emprendimos a media mañana del día siguiente, concluimos en que este lago, sus arroyos y ríos tienen extraordinarias cualidades para la pesca con mosca. Solo hace falta tiempo, dedicación y la siempre necesaria dosis de suerte para que la pesca sea excelente.Nos fuimos con más ganas de pescar que antes de llegar. Se lo debemos al Meliquina.
Por Héctor Gugliermo