miércoles, 11 de agosto de 2010

La montaña en Aragón

Llego a Pezcalandia desde Aragon España, un artículo por demás elocuente.
El seguro del senderista
Las botas son el elemento clave para practicar montañismo estival Cada vez son más polivalentes y sirven para ir desde por senderos hasta por terrenos de roca y nieve.
Agosto es el mes elegido por la mayoría de los amantes de la montaña para subir picos, realizar travesías y practicar montañismo. Los bellos parajes desde Echo y Ansó en el oeste al valle de Benasque en el este se llenan de aficionados que aprovechan el buen tiempo para hacer deporte y estar en contacto con la naturaleza.
El montañero debe ir bien equipado para disfrutar del Pirineo. Debe tener ropa adecuada, unos bastones, una buena mochila, gorra, unas gafas, crema solar... Pero el elemento fundamental son las botas. Gracias a ellas el montañismo se puede convertir en un verdadero placer. Pero si no se ajustan a las características del senderista, de la estación o la ruta elegida, la excursión será un suplicio. Seguridad y comodidad han de ser las pautas que guíen al excursionista a la hora de calzarse.
En el Manual Práctico del Excursionismo se indica que "unas botas mal elegidas o mal adaptadas al terreno pueden provocar rozaduras, ampollas o tendinitis en el pie", explica este libro de montaña. No existen unas botas todoterreno: unas botas demasiado ligeras, para terrenos llanos, son ineficaces en montaña si se atraviesa terreno de nieve.
Al contrario, unas botas adaptadas al frío y la humedad pueden ser demasiado calientes y pesadas en terrenos más cálidos. "Hay modelos más de verano que tienen rejilla y transpiran muy bien, con una buena suela antideslizante. Son zapatillas de trekking. Pero están pensadas para hacer senderos con poco desnivel. Tienen un buen agarre en la suela, pero el tobillo va al descubierto", explica Sonia, una de las responsables de la tienda zaragozana Limite Sport.
Estas zapatillas son ideales para trayectos cómodos como la Cola de Caballo en Ordesa. La competición Estas zapatillas se pueden utilizar para disputar carreras por montaña. "Llevan un poco más de amortiguación en el talón", dice. El precio de estas zapatillas oscila entre los 60 y los 100 euros. Hay gran cantidad de marcas, aunque dos de las más conocidas son Salomon o Nord Face. También destacan Técnica, Bestard, Asolo, Garmont.
Existe un híbrido entre la zapatilla y la bota. "Es como una zapatilla, pero con caña alta. Aguanta más el tobillo, pero están pensadas para desniveles modestos y trayectos de poca roca. Pero son cien por cien impermeables y se puede ir con ellas por la nieve. Lleva membrana de gore-tex.
Son ligeras, cómodas y muy transpirables", dice Sonia. Cada marca tiene un tipo diferente de horma o anchura de la bota. El senderista debe adaptar su pie al tipo de calzado. "Técnica tiene una horma muy ancha, Sportiva una horma muy estrecha", apunta. Hay calzado de montaña para terrenos más accidentados.
Son de trekking avanzado. "Es una bota con flexión en la suela, que es dura. Te sirve para hacer cualquier cosa a lo largo del año". En invierno es importante tener una bota semiautomática para que se adecúe a terrenos helados. "Tiene un sistema en el que se puede colocar el crampón", explica Sonia. Los precios de las botas para hacer senderismo veraniego oscilan entre los 100 y 135 euros.
Las firmas más conocidas son Salomon, Sportiva, Garmont, Bestard o Técnica. Cuando los clientes quieren comprar una bota, lo primero que le pregunta el empleado es para qué la quiere. "La mayoría se deja aconsejar.
La prioridad es que cuando se pruebe una bota, la note cómoda, que no le oprima, sobre todo en la longitud.
En el calzado de montaña se suele llevar un número más de lo que se lleva en la calle. Si no tienen margen en la punta, las bajadas provocan que las uñas se pongan negras", explica. En la tienda especializada de Inter Sport Miraflores, ubicada en Zaragoza, el calzado que más aceptación tiene es Asolo y Bestard. "Los clientes se suelen gastar para calzado de verano unos 100 euros con gore-tex.
La bota más cara de travesía en verano es una semirrigida marca Garmont Tower GTX, que cuesta 225 euros", explica Pablo, responsable de Inter Sport. Para el verano cada vez se lleva más un calzado que valga para todo tipo de estación. "La gente quiere una bota que no le de calor en verano y que le valga en invierno. Pero no se pueden hacer milagros, porque es muy complicado buscar algo polivalente". Ahora lo que más se vende es la zapatilla para el Camino de Santiago. "Se ve mucha zapatilla para ir por terreno fácil y de media montaña. Son calzados muy cómodos y los hay de hasta 100 euros. El problema es cuando aparece el terreno accidentado de piedras, pedrizas y laderas de nieve", explica Pablo.
Un nuevo y buen tip más para la comunidad Pezcalandia, donde siempre es un lindo día.
Por R. Martin
Fuente Periódico de Aragón