miércoles, 29 de agosto de 2007

Empedrado, buen pesquero de dorados en Corrientes

Hay muchos ejemplares de distintos tamaños pero los más grandes se hacen desear. Llegamos a Empedrado un mediodía de calor, y como ya es costumbre para Hugo y Patricia almorzamos en la entrada del pueblo donde la especialidad son ravioles con estofado; como buen novato en la zona seguí los consejos de mis dos compañeros de viaje, y reconozco que la pasta de este lugar es fuera de serie.Luego de acomodarnos en el confortable Hotel America's Best Inn & Suites que fue nuestro anfitrión en esta oportunidad, pasamos el resto de la tarde reacondicionando el equipo de pesca, paseando un poco y luego de la consabida siesta correntina nos reunimos con quien iba a ser nuestro guía al día siguiente, el Cordobés, otro personaje litoraleño exótico porque llegó hace unos años de Córdoba capital, pero ya está bien aclimatado al lugar. Conversamos un poco sobre las posibilidades, el estado del río, y la pesca; no me quería prometer demasiado, se estaba midiendo, los guías sabemos como eso de ayer estuvo excelente y hoy puede que no, pero me daba cuenta por los comentarios que sabía exactamente dónde estaba el pescado y se salía de la vaina por que los sacáramos con mosca. Las condiciones eran muy buenas para los artificiales; él lo sabía y me decía: "hace dos días" en tal lugar "los encontramos". Y era cierto, habían sacado grandes, con carnada por supuesto, pero la pesca estaba al golpe contra la costa y teníamos todas las de ganar.
LA PESCA
El día siguiente amaneció nublado, con una leve garúa y bastante fresco, había soplado viento sur durante toda la noche; me preguntaron que hacíamos si se largaba a llover fuerte, y obvio que estando a casi 2.500 Km. de casa, mi contestación fue llevar wader, zapatos y campera de vadeo, pero más allá del equipo poner garra, corazón y pases cortos; yo me iba a pescar si o si, y por suerte el clima de a poco comenzó a cambiar y todos embarcamos en el cómodo trucker del Cordobés. Navegamos aguas abajo y comenzamos a tirar sobre las puntas del Paraná; tengo claro que los cambios muy bruscos de clima afectan en general a todas las pescas y en el caso de dorados con artificiales ni hablar. Ibamos pasando lugares sin tener demasiadas respuestas, el viento sur molestaba tanto para castear como para navegar; armé mis dos cañas con la misma combinación de líneas, la 7 con la cortland de 200 grains y la 8 con el shooting head de hundimiento VII y amnesia de 15 lbs; en todos lados cuando tocaban el amnesia me decían, "muy fino, un buen dorado y te va a cortar los dedos"; yo contestaba, "bueno puede ser" y por dentro pensaba "te falta mucho Limay", con el mayor de los respetos por supuesto. Me gustaría aclarar que uso esta combinación de líneas, no por capricho o para traspolar algo que en el sur me da muy buen resultado sin pensar que me encuentro en un ambiente completamente diferente; lo he probado muchísimas veces pescando dorados y en algunos momentos marca una diferencia enorme; es cierto que una de las situaciones de pesca más lindas es cuando están comiendo al golpe y toman la mosca automáticamente cuando toca el agua, en estos casos pescar con líneas de flote es lo ideal y también lo más divertido. Pero muchas otras veces y sobre todo en invierno encontramos a los dorados cerca de veriles en lugares profundos con mucha corriente, menos activos que con temperaturas más templadas, y es en estos momentos donde la combinación de un shooting con amnesia es infalible, hay un mínimo riesgo que un dorado grande al momento de clavarlo pueda enterrarnos el fino amnesia en los dedos, pero, para mi son cosas de la pesca lo asumo como una posibilidad, y por las dudas también llevo unas cuantas curitas.
LUGAR BUSCADOS
Seguíamos navegando y probando en cada punta y palo donde el Cordobés nos indicaba, todavía no llegábamos al lugar "hot" donde habían realizado la pesca hacia un par de días, pero el panorama no era muy alentador; la actividad era casi nula, indudablemente el cambio de clima y el no encontrar todavía el cardumen de mojarras que venían comiendo los dorados era los dos factores que creíamos nos jugaban en contra. Al mediodía un tímido sol se filtró entre las nubes, el viento amainó un poco y se puso muy agradable, llegamos al lugar esperado y en seguida observamos mojarras volar por el aire, señal inequívoca que los dorados estaban cazando; la pesca se activó, sacamos varios medianos y chicos, realizamos garetes donde estaban las mojarras y en todas las pasadas pinchábamos doradillos y teníamos piques, pero los grandes no aparecían, teníamos la impresión que ya habían pasado. Vi la cara de decepción del Cordobés, traté de animarlo un poco, le expliqué que a veces los grandes con mosca son más difíciles; cambié de estrategia primero puse el shooting para bajar más, también intenté con moscas del tamaño y peso de una gaviota a ver si con eso lograba tentar a algún cabezón importante. Cuando eso tampoco dio resultados probé con señuelos, pero seguía sacando los mismo tamaños. Hugo y Patricia estaban en la misma situación con mucha actividad de dorados chicos, los tres estábamos constantemente pinchando un dorado tras otro y esto nos mantenía muy entretenidos, con la esperanza que en algún momento fuera a aparecer un peso pesado o por lo menos un mediano.
ANTECEDENTES
Paramos a almorzar en la isla y fue ahí donde el Cordobés me confesó que hasta hace un par de días atrás habían sacado de 10 y hasta 14 Kilos en los mismos lugares donde ahora el tamaño era entre 1 y 3 Kilos. Le contesté, "mirá, desde hace unos cuantos años guió en el sur muchos días por temporada y te entiendo mejor que nadie, estas cosas pasan, la pesca cambia, el clima influye. Pero para mi lo importante era hacerle entender que si bien el día había comenzado flojo, a esta altura ya teníamos unos cuantos dorados pescados; por supuesto si la expectativa del guía era sacar dorados de 10 Kilos entiendo su bronca, pero así es la pesca y los que nos dedicamos a esto los sabemos mejor que nadie.Al finalizar el almuerzo, las pocas nubes que quedaban se disiparon y el sol asomó con toda su fuerza, el viento se detuvo por completo y parecía un día primaveral muy diferente a la mañana, la temperatura del agua se incrementó un poco y la actividad de los doradillos recrudeció; en algunos lugares veíamos como tres o cuatro venían detrás de las moscas, las mojarras volaban por el aire tratando de escapar a las mandíbulas de los dorados.Perdí la cuenta de cuántos sacamos en 4 horas pero seguro fueron más de veinticinco; la mosca que mejor resultados dio fue la blanca con lomo oscuro, tipo mojarra y la Sage 7 con la Cortalnd de 200 grains el mejor equipo. Para rematar el día nos fuimos a unas barrancas cerca del pueblo que son famosas por las pasadas de dorados grandes, si, estábamos con todas las ganas de pinchar un gordo y así terminar una salida que empezó complicada, pero con la ayuda del clima, las ganas del guía y nuestra garra a esa altura ya era todo un éxito; pero el grande como tantas otras veces en la pesca no apareció, me hubiera gustado quedarme más tiempo en Empedrado, lamentablemente esta vez no pudo ser, pero pronto voy a volver por más. Fuente: El Dia