lunes, 27 de agosto de 2007

Supervivencia en el mar

Actúa con inteligencia en el marCuando abordes un barco, infórmate del equipamiento de supervivencia con el que cuenta. Dónde se encuentra guardado y qué contiene. Si puedes elegir, las balsas salvavidas son más estables que los botes.
¡Abandona el barco!
Si te encuentras en el agua sin una balsa salvavidas, agárrate de cualquier cosa que te ayude a flotar. Nadar te agotará muy pronto. Idealmente, viste un chaleco salvavidas. A falta de uno, busca recipientes plásticos, boyas o trozos de madera. Si debes nadar, escoge las brazadas adecuadas. El estilo “perrito” es lento pero demanda poca energía. El estilo de “pecho” es bueno para nadar debajo del agua, en el petróleo, entre escombros y en mares bravos. Para llevar a cabo una natación de largo alcance, lo mejor es conservar la energía. Las brazadas de costado y hacia atrás resultan excelentes para descansar. Si tienes la posibilidad de enviar una señal de auxilio o si te encuentras cerca de las líneas de navegación, no te alejes demasiado de tu barco abandonado. Únicamente nada hacia la orilla si tienes alguna idea de a dónde te estás dirigiendo. Si dispones de una balsa, trata de llevar contigo tanta ropa abrigada y de protección como puedas, lana, polipropileno y cualquier cosa a prueba de viento o impermeable. Una vez que te encuentres en la balsa, protégete del viento utilizando tu ropa o una lona. Permanece lo más seco que puedas. Se puede sufrir de hipotermia incluso en una balsa. La deshidratación también es un peligro. Como probablemente tendrás las provisiones de agua dulce limitadas, evita los esfuerzos físicos y la exposición al sol para minimizar la transpiración. Si puedes, haz una sombra con las velas o con una lona. En el caso de mucho calor, mantén la ropa puesta y mojada para sentirte fresco. De esta manera, evitarás las quemaduras de sol.Trata de mantener tu piel a cubierto para evitar que el sol la quiebre o la seque. Utiliza crema solar o en su defecto grasa. Si no tienes anteojos de sol, corta una tira de tela y átala sobre tus ojos.Si tienes un suministro de agua, comienza a racionarlo inmediatamente. No bebas mucha agua durante el primer día, no importa lo sediento que estés. Después, limita tu ingesta de 350 a 500 ml. durante unos cuantos días, para finalmente disminuirlo de 50 a 150 ml. diarios. Convierte una lona o una vela en un cuenco para reunir agua de lluvia. Puedes utilizar también una bolsa plástica. Lo ideal sería contar con una lata o una botella dentro de la cual poder almacenar el agua de lluvia. De no ser así, busca cualquier cosa que pueda contenerla. No desearás que ésta se la lleve el mar embravecido.Puedes vivir más tiempo sin comida que sin agua. Las opciones más obvias son el pescado y las algas, pero al ser altos en proteínas precisan agua para ser digeridos. Si tienes raciones de supervivencia que contengan carbohidratos, utilízalas tanto tiempo como te sea posible.
¡Tierra a la vista!
Las aves y las maderas flotando a la deriva, podrían indicarte que te encuentras cerca de la costa. Presta también atención al cúmulo de nubes que se forma sobre la tierra y al viento que, por lo general, sopla hacia la tierra durante el día y hacia el mar durante la noche.