
La madera no solamente se puede utilizar para encender fogatas; aquí les contaremos acerca de otros usos y técnicas útiles para emplear esta materia prima en cualquier situación al aire libre, desde campamentos comunes hasta las peores situaciones de supervivencia.
La madera ha sido utilizada desde tiempos inmemoriales de diversas formas; es cierto que también se ha depredado este recurso, que se han causado incendios forestales por negligencia, y que muchas veces no se cuidan los bosques y las plantas de donde proviene este material tan útil, pero haciendo la salvedad y recordando que debemos ser prudentes en su uso, digamos que como materia prima de circunstancia es prácticamente insuperable.
El uso más común que viene a la mente es como combustible, pero la madera, correctamente empleada sirve para construir refugios o al menos, parte de ellos, para construir embarcaciones, accesorios para elementos ya existentes (asas para ollas, sartenes y cacharros, por ejemplo), para tallar recipientes y utensilios de cocina, accesorios para las mochilas, etc.
También se la puede emplear para fabricar armas de toda clase: arcos y flechas, trampas, lanzas y para reparar armas de fuego.
Dependiendo del tipo de madera disponible se podrá desarrollar una "tecnología" diferente: Los antiguos griegos fueron capaces de desarrollar la tecnología naval así como la conocemos - barcos basados en una quilla - gracias a que en su país contaban con abundantes bosques que les permitieron ampliar su primitivas piraguas prehistóricas hasta lograr el casco del buque como lo entendemos nosotros.
Sus contemporáneos egipcios lograron desarrollar la vela como medio de propulsión, para ser utilizada en sus viajes río arriba o contra la corriente en el Nilo, pero a falta de madera sólida, construyeron sus barcos con juncos, papiros y modestos tablones. Estas embarcaciones, que no eran oceánicas, no les permitieron a los egipcios lograr expandirse por el mediterráneo, pero supieron aprovechar su tecnología carpintera al máximo para a su vez, construir sus monumentos pues empleaban sus relativamente modestas embarcaciones para el transporte de todo tipo de mercancías y materiales.
Estos dos ejemplos prueban que con abundante o escasa madera es posible hacer grandes desarrollos, y que el campamentista o superviviente solamente está limitado por su ingenio y no por la naturaleza.

Fuente: Federico Ferrero y G. Sakuda