Es un joven empresario que fomenta la idea de un turismo sustentable, oriundo de Puerto Alegre (Brasil) que instaló hace casi tres años su emprendimiento a orillas del Paraná. Manifestó su acompañamiento a las autoridades de Flora y Fauna, "el Dorado es un tesoro y tenemos que protegerlo, preservarlo", señaló durante el encuentro con Sergio Zajarevich titular del organismo provincial.
Un cabañero de Ita Ibaté presentó su apoyo a la Dirección de Flora y Fauna por la resolución que restringe la pesca del Dorado en la provincia. Se trata de la resolución 1078 del organismo estatal que rige desde el uno de enero pasado en todo el territorio correntino, contempla solamente la pesca con devolución en busca de la preservación de esa especie.
Sergio Zajarevich, director de Flora y Fauna recibió en su despacho a Diego Simón, un joven empresario oriundo de Puerto Alegre (Brasil), que desde hace casi tres años erigió a orillas del Paraná una cabaña de diez habitaciones con todas las comodidades.
El emprendimiento es el primero que adhirió, por decisión propia, a la modalidad pesca con devolución contemplada en la resolución oficial.
"El Dorado es un tesoro y tenemos que protegerlo, preservarlo. Es mentira que sin matar al pez vaya a bajar el turismo en Corrientes", dijo a la Dirección de Información Pública el empresario.
Tras la reunión con Zajarevich que se extendió por casi tres horas, donde además estuvieron dos periodistas brasileños especializados en pesca deportiva y Alberto Andrian (conductor local de un programa televisivo dedicado a la caza y a la pesca), Simón habló del tema y resaltó su acompañamiento "a las autoridades".
En sus apreciaciones desmitificó que "los turistas dejen de venir porque no puedan llevarse una pieza. Eso es mentira, lo que hay que hacer es saber trabajar y hacerlo durante todo el año y no en determinadas épocas".
Según sus conocimientos, la gran afluencia de pescadores brasileños en aguas correntinas, "se debe a que en Brasil ya no quedan peces de grandes tamaños. Es muy difícil encontrar en los ríos de mi país un Dorado de diez o quince kilos. Ése es el atrayente, la existencia de peces y no matar uno para comérselo o llevárselo", remarcó.
La cabaña que la dirige junto a un hermano gemelo, tiene su capacidad agotada durante todo el año. Incluso, hay reservas hechas hasta marzo de 2009. Cuenta con un plantel de 20 empleados fijos "todos con sus papeles", aclaró. También los guías de pesca que están a su cargo, "ellos comprendieron por ejemplo que una foto con un Dorado cuesta 200 dólares. Mientras que esa misma pieza muerta, tiene un valor que no supera los 20 dólares".
Simón reconoció que sus pares son reacios a "trabajar con esta modalidad, es una cuestión de cultura y de entender que si seguimos con esta forma de trabajar, no tendremos más peces en el río como pasó en Brasil. Por eso es que tenemos muchos pescadores que vienen a Corrientes", insistió en su entender del porqué sobre el aluvión de visitantes brasileños.
En sintonía con la norma provincial el empresario estimó una salida contemplada a mediano y largo plazo con respecto a la actividad. "Con esta protección nos aseguramos un turismo como mínimo a 20 años, mientras, podemos seguir desarrollando nuestro trabajo con la pesca variada con devolución.
El gusto es capturar a un Dorado, verlo de cerca y la aventura de poder encontrarlo en el río, no de matarlo", ejemplificó.
Recibido de un usuario Pezcalandia