Por Rodolfo Perri-Parte III
Estamos en plena temporada. Los días corren y las oportunidades son pocas. Por lo tanto corresponde asegurarnos un determinado sitio en nuestra salida, en el cual no tengamos problemas para entrar y hacer una o dos pasadas.
Dos son las premisas elementales.
Los cazadores no deben nunca ser más de dos por grupo, lo ideal sería uno solo, con su correspondiente perro de muestra. Y la sesión de caza puede ser doble. Una salida mañanera de dos horas o un poco más, sin llegar a tres, y otra, de “yapa”, por la tarde, casi coincidiendo con la caída del sol.
El generoso paréntesis al mediodía para el churrasquito de rigor y el trago de buen vino, al cual siempre se invitará al dueño o encargado. Para los noveles, una vez obtenido el permiso cabe cumplir con la palabra empeñada. Unos pocos blancos y a retirarse luego de agradecer al nuevo amigo. Así se asegurará otra visita para fines de la temporada.
Del trato que se brinde a nuestro anfitrión dependerán las futuras excursiones. Por último, si dice “unos pocos tiros” no pierda la cabeza y recaliente los caños de su arma por más que haya tantas perdices que “se le paren en el caño”. Su moderación será muestra de respeto y confianza para los dueños o encargados. Todas estas advertencias serán ociosas para el caso de contratar los servicios de un guía. Párrafo aparte para esa nueva profesión que en pocos decenios ha sentado ya firmemente sus reales en nuestro medio. Los guías están registrados y cumplen , cuando son responsables, con todos los requisitos, permiso de campo, de armas, de caza, seguro, respeto por los reglamentos. Es decir, el trato leal para el cliente y para el responsable del campo.
Tiene su precio, claro está, pero se acomoda a la forma de vida actual y por otra parte es una fuente de trabajo, para el guía y sus auxiliares (peones que atienden a la visita, hacen fuego y cocinan el asado, o pibes que actúan de retrievers especialmente en lo que concierne a la caza de patos.
El Pato,Comodidad Y Punteria
Ya que hablamos de patos, aprovechamos para cerrar la charla con ese tema, realmente apasionante. La temporada termina un mes antes que la perdiz, si bien se pueda aprovechar los primeros quince días de julio. Este invierno ha sido escaso en lluvias y por lo tanto las zonas de concentración de los patos fueron escasas al menos en la provincia de Buenos Aires. Como consecuencia de ello en nuestro caso, al menos, debimos referirnos a los partidos donde se hayan instalado, hace varios años, los campos de cría “forzada”, los ya famosos feel lot o corrales de alimentación permanente de los vacunos.
Ya hicimos la presentación en otras oportunidades e insistimos en que, obtenido el permiso y dentro de la prudencia y buen trato obligatorio se pueden realizar en esas zonas tiradas notablemente cuantiosas , breves y muy cómodas, ya que el o los tiradores se ubicarán en troneras especiales , cómodamente sentados y sin necesidad de efectuar desplazamientos continuos.
Destacamos esta condición porque es muy indicada para personas mayores de edad, para los cuales es un verdadero regalo poder darle el gusto al gatillo sin mayores esfuerzos físicos. Corren para este sistema, al cual nos referiremos al finalizar la época permitida las mismas prevenciones y cuidados que para la perdiz, si bien debemos señalar que para una de esas cacerías es casi indispensable contratar los servicios de un buen guía profesional.
Por Rodolfo Perri
Para Pezcalandia
Buenos Aires - Argentina