domingo, 13 de julio de 2008

Cochicó, una laguna cuidada

La laguna de Cochicó es una de las destacadas del año.
En Pezcalandia recibimos informes diariamente y si tenemos una estrella es Cochico. Después de cinco años me decidí a visitarla y comprobar las bondades de la pesca del pejerrey en cantidad y calidad.
La pesca del pejerrey es cuantitativa. No es como de otras especies. Si uno pesca menos de diez o quince pejerreyes siente, indefectiblemente, que le fue mal o por lo menos que no fue una buena jornada de pesca.
Este fenómeno de angurria en el pescador tiene que ver con la voracidad del pez y con el vicio incontrolable de ver el pique en la boya. Parece que en la Argentina se empieza a entender el negocio que significa una laguna donde haya buena pesca. La bendición de tener un espejo de agua donde se pueda pescar puede ayudar a la economía regional ofreciendo tareas especificas y dinero extra para el municipio.
A lo largo de los años hemos visto evolucionar en forma discontinua diferentes lagunas y solo algunas han logrado sostenerse y sostener a los prestadores de servicio.
Otras, por desidia, falta de control o porque la naturaleza obró en su contra dejaron de ser una opción a la mano del pescador deportivo.Una laguna de elección Cochicó parece que entró a ser una de las lagunas de elección para el turismo de la pesca deportiva. Al cuidarla han entusiasmado a guías locales a equiparse para atender a los pescadores. Aquellos que organizan excursiones la toman como una posibilidad sin riesgos. Pueden atender a sus clientes con una media que no les fallará. Si la pesca no falla y los servicios tampoco, el producto que ofrecen no tiene fracaso. Aún, cuando este quede a quinientos kilómetros de la Capital.
Es una laguna, que sin tener demasiada calidad en sus servicios, los tiene, y con eso alcanza para que la visiten cantidad de pescadores por fin de semana que se van satisfechos.
Un cambio notable Las embarcaciones de más de siete metros van reemplazando poco a poco a los botes de plásticos.
Esto tiene algunas ventajas: a) Una fuente de trabajo extra. Hay un guía que se ocupa de la embarcación y de atender a los pescadores b) La seguridad se multiplica por el tamaño de la embarcaciones y porque los guías se mantienen comunicados con sus bases c) No hay que remar, ni ser arrastrados para entrar y salir de la laguna d) No se necesita llevar motor o la propia embarcación evitando cualquier riesgo mecánico o meteorológico e) Pescan cómodos hasta cinco pescadores f) Existe control en la medida y en la cuota de pesca por los propios trabajadores que cuidan el recurso. Por supuesto todavía hay botes para el que quiera llevar su propio motor y hay plumas para bajar lanchas, pero aquellos que no tienen infraestructura para navegar pueden tranquilamente pescar en esta laguna bien poblada y generosa tomando una plaza en estas generosas embarcaciones.
La excursión como posibilidad, nosotros fuimos con una excursión organizada por la casa de pesca de Bernal “Pesca y Compañía”. Nos llevaron en un cómodo vehículo Mercedez Benz que salió de la puerta del comercio ubicado a pasos de la Estación de Bernal. Recogimos en la esquina San Juan y Salta de Capital a cuatro pescadores mas, y a media noche estábamos viajando, algo inquietos por la niebla, para Cochicó. Ver una película nos ayudó a disimular nuestra preocupación. Paramos en Saladillo como lo hacen casi todas las excursiones de pesca que llevan ese camino, y luego de un café seguimos la marcha.
A las siete de la mañana estábamos desayunando a pasos de los muelles donde tomaríamos nuestras embarcaciones. La cerrazón era gris y espesa. Guías y pescadores estábamos listos para salir pero no había autorización para meterse en la laguna. Este hecho en vez de molestar nos hacía sentir tranquilo. Alguien estaba pensando en nuestra seguridad. A las nueve de la mañana nos dejaron embarcar y partimos hacia una zona delimitada con la orden de no extender el recorrido mas allá de esos limites.
El día de pesca. El guía nos preguntó si teníamos “paternóster”. Solo dos éramos los que no habíamos llevado. El nos tranquilizó diciendo que tenía para todos. La primera parada fue un fracaso. Una media hora con seis cañas en el agua y un solo pejerrey nos auguraba un mal día de pesca.
Un celular despertó con su modernidad el paisaje mágico del agua quieta, la niebla densa y nuestro silencio ansioso a las boyas. Otro guía estaba reportando a su compañero una zona en la que había pique. Levantamos y luego de una corta marcha nos detuvimos. No nos moveríamos hasta que decidiéramos regresar. La pesca estaba a más de dos metros de profundidad y los piques no cesaron en todo el día. El guía, un gringo joven de ojos claros de unos veinticinco años de edad, nos dobló en capturas. Su continuada experiencia de esta temporada lo ponía en un rol de eficiencia que solo pudimos alcanzar luego de unas horas.
Algunos detalles. Los secretos no eran tantos pero siempre hay que conocerlos para equiparar posibilidades. El paternóster debía ser sensible, la profundidad estaba entre los dos metros y los dos metros y medio desde la plomada a la boya. Pescaban solo los dos últimos anzuelos y las piezas era mayores en aquellos que encarnábamos exageradamente los anzuelos. La cantidad a pescar tenía el límite de la pericia o de la cantidad que uno quisiera llevarse. La cuota de treinta pescados era cuestión de tiempo. La prueba fue que a pesar de la diferencia de equipos y conocimientos del grupo, todos pudieron llevarse, si quisieron, la cuota permitida de treinta ejemplares. El tamaño se sostuvo en un pejerrey mediano de treinta y cinco centímetros con algunas excepciones para arriba y para abajo. Salieron dos o tres de casi un kilo y casi ninguno debajo de la medida reglamentaria.
Conclusión: Cochicó está para no perdérsela. Pesca y Compañía hará una nueva excursión el 9 de agosto y podemos confirmar que su atención no los defraudará.
La pesca pareciera, por nuestra experiencia, que no puede fracasar. Pescamos con líneas paternóster, que no es la mejor herramienta para disfrutar, pero no deja de ser una línea de flote eficiente. Las casas de pesca, por lo general abusan en el tamaño de las boyas para estas líneas y luego tienen que terminarlos con plomos de mas de veinte gramos para mantenerlos enhiestos en el agua. Sirven, pero es mejor para clavar al pescado que las boyas no se excedan y los plomos menos. Anzuelos 1 y 1/0 encarnados con mojarras. Sacamos un solo dientudo y cuando lo usamos como carnada fue tan eficiente como escasa. Encarnar bien. Una mojarra grande o dos mojarras chicas como mínimo. Esto ayuda a mejorar la calidad de las piezas. Pescar con estos elementos trae como consecuencia que muchos pescados salen tragados totalmente por lo que no hay que usar anzuelos menores a los indicados y si es posible evitar anzuelos blandos porque al sacarlos se abren sus muertes y luego se pierden piques.
La pesca en embarcaciones grandes para cinco personas es perfectamente posible y solo habrá que pescar prolijo si el viento se pone molesto.
Fuente Enrique Gómez y Hugo Gallo