viernes, 8 de agosto de 2008

Cuidados en el camping

La maravillosa idea de acampar surgió a fines del siglo XlX como defensa de la vida natural ante el avance de lo urbano, un recreo para relajarse y volver a los orígenes y aumentar el contacto con la tierra, los fugitivos del asfalto buscaban la salud al aire libre o en la intemperie tratando que la armonía sea su mejor medicación. En el campamento Usted logrará placeres poco comunes, respirar oxigeno puro, poder ver las estrellas en una noche clara, el placer de prender fuego con dos varillas de madera, mantener alerta el instinto de conservación, inventar soluciones a partir de elementos rústicos, y conformarse con lo sencillo.
Es que todo se soporta, acampar es una pasión, es como un virus que nació en la insatisfacción de la gente que vive en las ciudades y solo el camping puede reunir dos fenómenos de revitalización, las caminatas y los baños de aire tan puro, una combinación que desintoxica tan naturalmente que ningún remedio artificial lo podría lograr.
El hombre acosado por la civilización, soporta mosquitos, arma carpas y cocina como puede, improvisadamente alumbrado por un farol a querosene.
Pero toda emoción implica peligro pero no locura así que también debe privar el sentido común y para disfrutar a pleno siga estos consejos:
No se esfuerce nunca en el footing o marcha gimnástica, sobre todo si lleva peso excesivo en su espalda; use calzado adecuado, recuerde que en cada camino desparejo puede haber una trampa para sus tobillos y en esto los esguinces no perdonan; tenga precaución al zambullirse en arroyos o lagunas, el piso de estos oasis nunca son parejos y el diablo suele poner alguna piedra en su camino y por lo general siempre son puntiagudas.
Mantenga sus músculos en buen estado, los va a necesitar debido al trabajo rudo a que se someten las extremidades y el tronco.
Llévese un botiquín completo, piense que el médico con guardapolvo generalmente, según Murfy, lo va a encontrar cuando el enfermo ya se curó, no olvide poner un corticoide en el estuche para el caso de una picadura y su consecuente reacción alérgica, este remedio es imprescindible; otro detalle, vacúnese contra el tétanos antes de partir, siempre hay algún clavo o un vidrio justamente cuando Usted decide caminar sin calzado.
Si se encuentra con algún mal bicho sepa que si le tiene miedo hay dos caminos: se corre o se lo mata pero eso sí, no dude y hágalo.Con las comidas es un tema aparte, revise bien los alimentos en conservas por sobre todo que las latas no estén hinchadas u oxidadas; por más contacto con lo agreste que quiera tener no coma hongos silvestres, hiervas salvajes o carnes sin control o que se sospeche de animales infectados.
Use gorros para evitar insolaciones, y por más que cuando se mire al espejo no tenga ni pizca de similitud con Mc Guiver, llévese alguno de esos instrumentos de supervivencia por más que no lo use nunca, si se lo olvida es seguro que lo va a necesitar.
Evaluar si los riesgos son fáciles de eludir o de soportar.Para un ejercito en maniobras, acampar es descansar, en cambio para un mochilero es buscar la aventura, es no darse tregua o respiro, es cazar, caminar, pescar o nadar y también compartir con asados y fogones.
Llevamos muy adentro un alma primitiva y la psiquis goza más en el campo.
Manténgase fuera de tensiones y conflictos y cerca de lo natural, la válvula de escape no es solo salir corriendo al campo sino permanecer en él. Y recuerde, como decimos en Pezcalandia, para acampar siempre es un lindo dia.......
Fuente Norberto Furtman